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ALBA: Deuda Social y Derechos Humanos

Propuestas para el Nuevo Orden Social, Económico y Cultural

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Bajo el liderazgo del Presidente Chávez, y con el apoyo de la gran mayoría del pueblo venezolano, se ha puesto en marcha un proceso de transformación social que desafía el viejo orden político-social neo-liberal basado en el imperio. Igualmente importante es que el Presidente Chávez propuso un nuevo proyecto para tratar de integrar toda América Latina, ALBA, que desafía el proyecto imperial, ALCA, diseñado para consolidar el imperio neo colonial.

El presente documento empezará analizando dos dimensiones de ALBA, su diagnóstico crítico de los problemas de Latinoamérica y su actual situación, perspectivas y obstáculos. Seguirá un análisis de la «deuda social» en Latinoamérica en el contexto del modelo imperial centrado en la acumulación capitalista (lo que se denomina «neo-liberalismo»).

En la segunda parte se abordarán una serie de propuestas para un nuevo orden social, económico, cultural y ecológico, por lo que se examinarán los principios básicos, instituciones y proyectos para acceder a dicho orden, considerando a tal efecto la inter-relación entre representación popular y cambios administrativos, así como los cambios clave en las relaciones sociales de producción y en el desarrollo de las fuerzas de producción.

En el apartado de conclusiones nos centraremos en las necesarias medidas de seguridad y transformaciones culturales que aseguren que los cambios sociales sean sostenibles e irreversibles.

ALBA: Una Perspectiva Contemporánea

ALBA proporciona varios objetivos claramente señalados:

1. Supone un diagnóstico crítico de la condición humana en Latinoamérica basado en el análisis del Presidente Chávez de los problemas socio-económicos de la zona.

2. Se centra en el papel del imperialismo estadounidense y europeo como determinantes principales del estancamiento económico y regresión social en la región.

3. Proporciona una crítica de ALCA, el principal proyecto de EEUU para consolidar un modelo de dominación y explotación imperial.

4. ALBA ofrece una alternativa a la fragmentación actual y a la dispersión de luchas contra-hegemónicas basadas en estrategias nacionales.

5. ALBA es un modelo alternativo de integración que promueve varios principios básicos favorables para sus estados miembros: a) complementariedad económica: una división de la producción basada en beneficios recíprocos; b) extensión y profundización de los mercados domésticos en condiciones relativamente iguales de posiciones competitivas; c) incremento del consumo y producción de bienes de consumo de masas que favorezcan la mejora de los niveles de vida; d) defensa colectiva contra imposiciones estadounidenses y condiciones adversas con socios comerciales latinoamericanos; e) formación de un bloque poderoso negociador a fin de reducir, renegociar, rechazar o investigar la deuda exterior ante los bancos acreedores; f) ALBA crea el marco inicial para unos futuros Estados Unidos de Latinoamérica – la realización de la visión original bolivariana, y g) crea un bloque regional capaz de negociar sobre una base de mayor igualdad con otros bloques regionales como la UE, NAFTA y ASEAN.

Desde un cálculo racional económico y político, las ventajas de ALBA son obvias y numerosas, especialmente para la gran mayoría de los pueblos de Latinoamérica y sus productores de tamaño medio y pequeño. Sin embargo, la realización del proyecto ALBA se enfrenta con la firme oposición del imperialismo estadounidense y de la UE, así como con el rechazo, dentro de Latinoamérica, de las clases gobernantes y elites políticas con vínculos desde hace tiempo con el capital extranjero, los bancos exteriores y el estado imperial.

La Situación Actual de ALBA

A pesar de los obstáculos políticos al avance de ALBA tanto externos como internos, actualmente se evidencian varios pasos positivos. ALBA es una concepción alternativa a ALCA, y está apoyada por un poderoso Estado patrocinador. Destruye la propaganda promovida por los ideólogos imperiales y sus colaboradores latinoamericanos de que no hay alternativa «realista» o «práctica» a los modelos de integración imperiales. ALBA recoge un proyecto elaborado por intelectuales que trata de enraizarse entre las masas o al menos entre los militantes de toda Latinoamérica. Además, ALBA proporciona una crítica concreta y un programa alternativo a ALCA que erosiona la visión unipolar proyectada por los medios de comunicación de masas.

ALBA es un proceso, no es un suceso único dramático. Como tal, se han ido dando los primeros pasos hacia la integración regional, lo que demuestra las virtudes positivas de la integración que persigue. La puesta en marcha de Petro-Caribe y del comercio cubano-venezolano, acuerdos de inversión y ayuda, son ‘modelos’ para sirven para profundizar en la integración latinoamericana. Las propuestas para vincular las empresas públicas de energía también caminan en la misma dirección. Lo más importante de todo es que ALBA está jugando un papel primordial en el aumento de la conciencia latinoamericana, tanto a la hora de unificar como de fortalecer la conciencia de masas anti-imperialista y de crear las bases para afirmar un conjunto común de agendas regionales. Hoy en día, la conciencia regional o latinoamericana ha desafiado la hegemonía estadounidense a nivel de masas y, en gran parte, la ha sustituido.

ALBA ha constituido también un aspecto importante en el aumento de la conciencia latinoamericana, que coexiste con la conciencia nacional y de clase mediante una relación sinérgica, en la que cada una refuerza a la otra.

Un avance institucional importante (en línea con ALBA) para crear conciencia latinoamericana es la aparición de TELESUR como emisora de medios de masas contra-hegemónica. Junto con la aparición de cientos de organizaciones bolivarianas y anti-imperialistas en Latinoamérica, las bases sociales de ALBA están creciendo por toda la región.

Deuda Social: El Papel del Imperialismo

El término «deuda social» se refiere a la regresión social a gran escala y largo plazo sufrida por la inmensa mayoría de los pueblos latinoamericanos. La «deuda social» presupone que alguien debe compensar a quienes hayan sufrido pérdidas en el proceso de expansión global capitalista. Es el lenguaje de la burocracia internacional de Naciones Unidas como CEPAL. Como tal proporciona datos útiles sobre una serie de problemas sociales en Latinoamérica pero fracasa a la hora de proporcionar, en determinadas situaciones, una correlación entre las configuraciones de poder internacional y sus políticas y las regresivas consecuencias sociales.

Debe notarse también que los índices y medidas utilizados, por ejemplo los de CEPAL y el Banco Mundial, son inadecuados y subestiman profundamente los niveles de pobreza, los estándares de vida y otras dimensiones de las condiciones sociales.

La pobreza masiva ha aumentado por toda Latinoamérica; los aumentos sustanciales en la misma se han hecho evidentes desde Mexico a Argentina, especialmente en Nicaragua, Haití y Colombia, que han contemplado y contemplan una presencia militar y paramilitar estadounidense importante.

Los estándares de vida para la gran mayoría (incluidos los servicios educativos y sanitarios) han descendido como resultado de las privatizaciones, de los pagos de la deuda externa y de la políticas de libre comercio. Los niveles de vida en retroceso y la pobreza masiva son causa y consecuencia de la concentración y centralización de la riqueza y del capital en un número pequeño de bancos extranjeros y nacionales. Las desigualdades han alcanzado niveles sin precedentes mientras que el capital y los productos del exterior dominan los mercados y economía locales y, al igual que las decisiones económicas políticas, se concentran en manos de los regímenes políticos clientelistas. Los presupuestos de sanidad y educación se recortan y la extensión de clínicas y colegios privados de elite han reforzado las desigualdades mientras que se abren nuevos «sectores servicios» a la inversión exterior. La «especialización» en los sectores de exportación de materias primas y productos agrícola-mineros al servicio de los países imperiales ha disparado las cifras de desempleo y subempleo y polarizado al extremo la estructura de clases.

La causa de la regresión social (que nunca es mencionada ni por la CEPAL ni por el Banco Mundial en ninguno de sus escritos sobre pobreza o «pobreza extrema») es el imperialismo y las políticas neo-liberales defendidas por las agencias internacionales.

El imperialismo juega un papel importante a la hora de crear, extender, profundizar y reproducir la regresión social mediante varios mecanismos y políticas. El mecanismo más importante de explotación imperialista y la causa de la regresión social es la absorción de puestos políticos estratégicos y de sectores económicos. Los colaboradores latinoamericanos formados en el imperio, vinculados al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a Wall Street, formulan políticas «macro-económicas», monetarias y de rentas a través de sus puestos en los Ministerios de Economía y Hacienda y en los Bancos Centrales. Sus políticas facilitan la absorción por los bancos multinacionales de la UE y de EEUU de los principales bancos e instituciones financieras, telecomunicaciones, sectores agrícola-mineros, industrias del gas y petróleo, comercio y servicios. A través de su control político y económico de sectores estratégicos, facilitan el flujo masivo de miles de millones de dólares en intereses y pagos (del principal), royalties y envíos de beneficios que descapitalizan la economía. Estas elites de poder pro-imperial firman acuerdos «incondicionales» con el FMI y el Banco Mundial que profundizan las privatizaciones y los monopolios privados. El resultado supone estancamiento económico, desempleo creciente, niveles de vida en descenso y un incremento de la pobreza – es decir, la «deuda social» es un resultado de profundas relaciones estructurales que son reproducidas por los regímenes contemporáneos ya se llamen de «centro-izquierda» o de «centro-derecha». Más importante aún, mientras esas relaciones estructurales existan, es difícil imaginar ningún acuerdo de gobierno a gobierno más allá de ALBA.

Este es particularmente el caso de los regímenes latinoamericanos que apoyan la ocupación estadounidense de Haití y las bases militares en sus países (Ecuador, Colombia, Perú, Paraguay, Bolivia, Brasil, El Salvador y la Republica Dominicana). Si la «deuda social» es el producto de la penetración política imperial y de sus absorciones económicas, y los regímenes locales latinoamericanos colaboran en defender ese bloque de poder, es difícil entonces para ALBA avanzar por la vía de acuerdos gobierno a gobierno. ALBA debe confiar en que los movimientos de masas cambien los bloques dominantes existentes en Latinoamérica. Si el imperialismo es el enemigo estratégico y el mayor determinante de regresión social, el obstáculo inmediato para invertir la deuda social son las clases gobernantes locales que aplican las políticas neo-liberales

El socialismo del siglo XXI del Presidente Chavez: Propuestas para Avanzar y Consolidar el Nuevo Orden

Cuando escribimos acerca de un «nuevo» orden social, económico, cultural y ecológico no queremos referirnos a reformas injertadas en un viejo orden de bancos capitalistas y propiedad latifundista. El nuevo orden no significa simplemente más gasto social para los pobres sin cambiar la concentración de la renta y la propiedad. El nuevo orden significa invertir la pirámide social – donde la mayoría reciba la mayor parte de la riqueza y controle la mayor parte de los medios de producción, finanzas y comercio, mientras las elites reciben la parte menor de la riqueza y controlan asimismo una porción minoritaria de los bienes. Para invertir la pirámide social es fundamental la redistribución de propiedades de los holding a las empresas públicas nacionales, cooperativas y autogestión trabajador-ingeniero dentro de un plan nacional. Significa que la prioridad presupuestaria fundamental es la dedicada al gasto social y a la inversión pública, no la exoneración de impuestos y subsidios para el capital privado. Significa eliminar las ventas y los impuestos regresivos a favor del incremento de los impuestos directos sobre la riqueza, especialmente sobre los bancos de propiedad extranjera y las compañías energéticas, así como sobre los grandes intereses sobre la propiedad, incluyendo los monopolios sobre los medios de comunicación.

El nuevo orden sólo puede avanzar si va acompañado por la creación de un nuevo bloque de poder político. Las nuevas instituciones representativas no pueden operar eficazmente si van sobrepuestas sobre los corruptos órganos existentes. Cuatro propuestas socio-políticas forman el núcleo de una transformación sistémica:

1. Instituciones Nuevas de Representación Popular: Esto significa reemplazar los partidos oligárquicos con asambleas populares que elijan directamente a los candidatos para el poder legislativo. La elección directa por las mayorías trabajadoras se basa en una representación proporcional de trabajadores industriales, subempleados y desempleados, obreros asalariados, trabajadores de la construcción y profesionales. Las prioridades legislativas se basarán en las necesidades sociales mayoritarias: a) producción de bienes para consumo popular, b) vivienda, c) salarios, d) pensiones, e) infraestructura social (agua, electricidad, saneamiento y aire no contaminado), f) legislación positiva para las mujeres, afro-venezolanas e indias.

2. Reemplazar el Aparato Administrativo por Asambleas Representativas y Legislación Positiva requiere de una Administración Eficaz y Políticamente Competente. Para poner en marchas las nuevas políticas, los sectores administrativos necesitan ser reestructurados y reformados: a) reducir las capas burocráticas mediante jubilaciones anticipadas; racionalización y reestructuración de estructuras administrativas para hacerlas compatibles con las nuevas prioridades sociales, b) introducir criterios de actuación para evaluar la eficiencia administrativa y de gestión y proporcionar una base racional para promociones, degradaciones y aumento de salarios, c) crear una comisión auditora independiente que asegure la responsabilidad financiera – frente a la corrupción, la redistribución de fondos y la transparencia de archivos, d) crear nuevos cuerpos administrativos paralelos a las viejas y corruptas e ineficaces agencias políticamente hostiles, incrementar el presupuesto de las nuevas y reducir el de las viejas.

3. Introducir Nuevas Relaciones Sociales de Producción. Esto se logra facilitando el control de los trabajadores para democratizar las empresas e incrementar la producción y responsabilidad y para avanzar hacia una gestión conjunta trabajador-ingeniero basada en consejos de trabajadores elegidos en asambleas generales con supervisión de la dirección.

4. Desarrollar las Fuerzas de la Producción. Esto se logra mediante las siguientes medidas: a) maximizar la integración de trabajadores sub-empleados y desempleados en empleo más productivo y de valor añadido, b) acelerar la absorción estatal de fábricas cerradas, en quiebra o de firmas muy endeudadas en consulta con los sindicatos y con organizaciones de base comunitaria; c) intervenir en fábricas problemáticas con niveles altos de infrautilizada capacidad; d) expropiar propiedades urbanas y rurales infra-desarrolladas, organizar consejos productivos en el campo y en las ciudades; e) invertir a gran escala y a largo plazo en proyectos de infraestructura intensiva: puertos, autopistas, carreteras y vías de ferrocarril poniendo en marcha el vasto ejército de desempleados.

Estas propuestas son eminentemente prácticas, factibles y se pueden llevar a cabo con los recursos financieros gubernamentales – teniendo en cuenta las altas ganancias obtenidas de la exportación petrolífera. Son esenciales para consolidar y profundizar la base social de la revolución bolivariana, diversificar la producción y aumentar el consumo doméstico. Para financiar estos ambiciosos programas se requerirá la reasignación de recursos de programas exteriores a las prioridades domésticas.

Reestructurando la Política Macro-Económica; Crecimiento Doméstico y Seguridad Nacional

Las prioridades en seguridad nacional coinciden muy bien con el logro de los objetivos socio-económicos. Hay varias prioridades que se hacen evidentes en una época de conflicto en aumento y posible ruptura de relaciones con el imperialismo estadounidense:

1. Sacar todas las reservas de los bancos de EEUU; vender todos los holding en instalaciones físicas estadounidenses (CITGO, refinerías, etc…) para evitar que sean confiscadas y congelación de activos. La financiación liberada puede recolocarse en el desarrollo de la producción doméstica, en las refinerías y en el mercado interno.

2. Disminuir las reservas excesivas («dinero muerto») e incrementar las inversiones en proyectos prioritarios, especialmente en aquellos que proporcionen mayor valor añadido al petróleo en relación con las industrias como las petro-químicas, las dedicadas a producir fertilizantes, plásticos, etc… Esto aumenta los ingresos nacionales a partir de la mera venta de petróleo en crudo, mercados diversificados, aumento de la autosuficiencia y disminución de la vulnerabilidad ante bloqueos o embargos imperiales.

3. Invertir en las industrias domésticas de armamento – incluyendo las de armamento pesado, helicópteros y sistemas de defensa con misiles; reforzar las fronteras (especialmente en áreas costeras y adyacentes a Colombia); ampliar y fortalecer las agencias de contra-inteligencia para responder con rapidez a las continuas incursiones de las fuerzas militares y paramilitares colombianas; introducir nuevos cargos revolucionarios e instructores para entrenamiento militar y policial.

4. Estimular la satisfacción local en logística militar de uniformes, transportes, etc… promocionando a los productores nacionales

No puede haber discusiones serias sobre cambios socio-económicos de independencia nacional sin una política extensa de seguridad nacional. Sobre todo es necesario que las fuerzas nacionales de seguridad sean políticamente compatibles con las transformaciones socio-económicas. La solidaridad internacional y las relaciones exteriores independientes dependen directamente de fuertes cimientos domésticos tanto socio-económicos como en el terreno de la seguridad. Se construyen cimientos fuertes nacionales sobre avances objetivos (materiales) y subjetivos (conciencia).

Revolución Cultural dentro de la Revolución

Hay dos desarrollos esenciales subjetivos interrelacionados que son necesarios para mantener una revolución contra la agresión externa y la subversión interna: la profundización y extensión, simultáneamente, tanto de la conciencia nacional como de clase. Para lograr estos objetivos hay una multiplicidad de lugares en los que puede desarrollarse una conciencia integral nacional y de clase. Construir una conciencia anti-imperialista puede ir desarrollandose a través de una multiplicidad de actividades que acumulativamente convergen y crean el «Nuevo Patriota». La intervención estatal es fundamental para construir y facilitar la cultura nacional:

1. Implementando una cuota de presentaciones en los medios de masas basada en un 75% en las producciones locales, utilizando actores, música e historias locales, etc…

2. Fomentando y financiando un complejo local, regional y nacional de arte, deportes, humanidades, literatura, bibliotecas accesibles, especialmente para las bases sociales de la revolución.

3. Ampliando los medios de masas: publicando periódicos, revistas semanales y mensuales y libros dirigidos a audiencias especiales: mujeres, adolescentes, entusiastas del deporte, sanidad, etc… Combinar el entretenimiento y la educación en la televisión pública.

4. Financiando un cine nacional enfocado a un realismo crítico, documentales, historias infantiles con contenido social así como temas personales y universales.

5. Financiando los intercambios internacionales culturales y científicos, creando parques de ciencias, promocionando estudios científicos en todos los niveles de la educación, estimulando las explicaciones científico-racionales del universo.

6. Aumentando la financiación de la investigación científica social e histórica para ensanchar la comprensión de las luchas populares, los problemas sociales, las amenazas imperialistas y las alianzas internacionales.

7. Promoviendo las actividades solidarias – organizar foros internacionales y animar grupos de solidaridad bolivariana por todo el mundo, especialmente con las organizaciones de masas. Cortar definitivamente la extradición de revolucionarios a estados paramilitares, como Colombia.

8. Promocionando la diversidad cultural en los medios de comunicación, especialmente en la propaganda, animando la presencia de afro-venezolanos e indio-venezolanos en las esferas sociales, en la ciencia, educación y economía (y no sólo en canto y danza).

9. Revolucionando la educación: Reforma de los contenidos de los programas, de la formación de los profesores, aumentando las prácticas basadas en el conocimiento teórico de la historia contemporánea y en los desarrollos históricos del imperialismo y del anti-imperialismo, de la falsa conciencia y de la conciencia de clase. Animando a ser «rojo» y «experto» – profesionales competentes con conciencia revolucionaria. Se deberían estudiar de forma crítica y comparativa estudios de tradiciones revolucionarias, tanto nacionales como internacionales.

Las revoluciones culturales son necesarias, especialmente en un proceso revolucionario, para evitar el estancamiento, la regresión, la corrupción y la burocratización. Una revolución debe renovarse constantemente para evitar reproducir una nueva estructura de clase elitista. Crear una transformación cultural vibrante es tanto causa como consecuencia de la integración nacional: los avances culturales dependen de un estado-nación fuerte independiente de la hegemonía imperialista; una cultura nacional fuerte contribuye a crear mayor cohesión nacional.

Integración Nacional

A través de la historia pasada y reciente, los poderes imperialistas han seguido tácticas de «divide y vencerás» para hacerse con el control de los países, como los poderes coloniales europeos demostraron en la India (musulmanes contra hindúes), los franceses en Africa y EEUU hoy en Iraq (chiíes contra sunníes) y en Irán (persas contra árabes y kurdos). En Venezuela, Washington sigue actualmente la misma táctica, fomentar un movimiento separatista en el estado de Zulia sobre la base de engañosas identidades pseudo-regionales. La condición primordial para la supervivencia y desarrollo efectivos de un estado nacional moderno es una fuerte unidad territorial, sectores económicos complementarios y un mercado interno poderoso. Para conseguir la integración nacional, la mayor parte de los estados-nación han seguido los siguientes pasos:

1. Acción firme y decisiva, cuanto antes mejor, para eliminar elites secesionistas actuando como sucedáneos de estrategias imperiales.

2. Integración de toda su población – no dejando espacio a las elites para que puedan manipular y utilizar las quejas de sectores ‘marginales’ o de minorías como arma para socavar la integración de una nación. Esto implica la inclusión de los afro-venezolanos, de mujeres, de indios-venezolanos entre otros como participantes activos en todas las esferas de la vida pública a todos los niveles. Es especialmente importante ofrecer la completa ciudadanía a los millones de trabajadores agrícolas colombianos, a los trabajadores domésticos y a los trabajadores de la construcción que residan en Venezuela desde hace muchos años.

3. Para compensar las ventajas educativas que siempre han tenido las elites, habría que emprender acción afirmativa que implique una formación compensatoria; la formación técnica y universitaria sirve para maximizar la entrada masiva de niños de clases pobres y trabajadoras en instituciones de nivel educativo superior. Esto es importante políticamente porque esta es la base social más fuerte de la Revolución Bolivariana.

4. En los muchos sindicatos existentes y muchos grupos de barrio, hay poca participación activa de sus integrantes debido a que están controlados por «oligarcas progresistas». La integración necesita la democratización de las organizaciones de la sociedad civil, abrirlas al debate y el voto secreto y libre en posiciones políticas. Las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos son fuertes dependiendo de su poder de convocatoria. «Ser miembro de carnet» en las numerosas organizaciones sin una participación activa, no crea una base fuerte para apoyar y defender el avance del proceso revolucionario. Tenemos el caso de la extinta URSS con 20 millones de miembros en el Partido Comunista y no fueron capaces de reunir a 100.000 personas para que acudieran e impidieran el golpe dirigido por Yeltsin con unos cuantos miles de personas en Moscú.

Sobre todo, la integración nacional implica control público de los sectores económicos estratégicos de la economía: la banca, para proporcionar crédito, el comercio, para optimizar la asignación de los intercambios con el exterior y de la energía, el sector minero y el del petróleo para crear nuevas industrias. La integración nacional ha sido la premisa fundamental de un estado unitario fuerte que a su vez actuó como cimiento histórico del desarrollo dinámico de EEUU, Alemania y Japón en el siglo 19 y en China en el siglo XX.

Integración Internacional

La base fundamental de la integración internacional ha sido la compatibilidad política, la complementariedad económica y los beneficios mutuos. Es imposible para regímenes neo-liberales, nacionalistas o socialistas «integrar» sus economías si su comercio, inversión y políticas de renta son diametralmente opuestos. Este es el caso hoy en Latinoamérica, donde el comercio extra-regional y las políticas de inversión suplantan los ‘acuerdos regionales’.

Lo que puede darse es una mayor integración entre Cuba y Venezuela sobre la base de la compatibilidad política entre nacionalismo y socialismo, economía complementaria (energía para servicios sociales) y beneficios recíprocos.

La integración internacional es más un objetivo de futuro que quizá pueda conseguirse a través de cambios graduales: asociación e intercambio entre empresas públicas, acuerdos entre productores de materias primas, unión de países con deuda, desarrollo de un frente común anti-imperialista o por la no intervención basado en un rechazo a las doctrinas y bases militares de EEUU. La integración internacional como objetivo y como base para crear una solidaridad popular internacional y una conciencia anti-imperialista es mucho más viable e importante en la coyuntura actual que intentar gastar una gran suma de recursos financieros en «comprar» (temporalmente) amistades con regímenes neo-liberales extranjeros.

El Nuevo Orden Económico

Los regímenes nacionalistas, colectivistas y neo-liberales han sido, en mayor o menor grado, culpables de saquear las economías en aras del rápido crecimiento del PIB. Afortunadamente, en los últimos años ha emergido una poderosa nueva conciencia ecológica que se ha reflejado en la vida diaria. Comida, agua y aire contaminados reducen los niveles de vida. El deterioro ecológico convierte los desastres naturales en catástrofes humanas. Se rechazan indicadores cuantitativos de crecimiento económico a favor de indicadores cualitativos de la calidad de vida. Pero las políticas ecológicamente progresistas no son consecuencia obligada de políticas socialmente o económicamente equitativas. Como hemos visto en experiencias pasadas, los regímenes que proporcionan cuidados sanitarios gratuitos pueden también producir políticas económicas muy contaminantes que incrementen las enfermedades respiratorias – como en el caso de la extinta URSS.

Los programas ecológicos progresistas necesitan centrarse en tres niveles de políticas interrelacionadas: prácticas estatales, de empresas e individuales.

Las propuestas de políticas estatales que persigan un desarrollo sostenible deben trabajar en varias dimensiones:

a) Estrategias a largo plazo para la conservación de los recursos naturales antes que dar prioridad a la consecución del máximo beneficio en el momento.

b) Desarrollo de políticas coyunturales o a corto plazo compatibles con objetivos estratégicos. Esto significa que la reducción de la contaminación debe empezar ya.

c) Hacer de la evaluación medioambiental una parte integral de cualquier propuesta de nuevas inversiones especialmente en las industrias extractivas (petróleo, gas, bauxita, etc…)

d) Desarrollar políticas a gran escala y a largo plazo diseñadas para conseguir aire limpio, agua limpia, tratamiento adecuado de aguas residuales y proyectos para eliminación de basuras tanto en los barrios como en los lugares de trabajo.

e) Incluir comisiones y expertos en ecología en todos los órganos importantes de toma de decisiones que afecten al medio ambiente.

f) Ampliar el transporte público de escasa utilización con alternativas a la energía fósil en lugar del transporte privado movido por petróleo fósil.

g) Promulgar legislación y regular una serie de agencias que hagan cumplir la normativa para la protección del medio ambiente en las fábricas, así como el desarrollo de tecnologías alternativas.

h) Proporcionar subsidios estatales para la conversión a tecnologías ecológicamente limpias.

i) Reorientar financieramente los recursos que dañan el medio ambiente por el uso del petróleo y los gaseoductos en el Amazona, ampliando y conservando el transporte marítimo.

j) Intensificar la regulación estatal sobre la industria maderera, el contrabando, el tráfico de droga y otras prácticas depredadoras que destruyen los recursos naturales.

k) Ampliar las zonas verdes urbanas, construir parques, zoológicos, acuarios, mediante una legislación estricta del uso de la tierra.

l) Reducir el nivel de la basura ciudadana a través de campañas nacionales de reciclado obligatorio, educación pública y fuertes multas en los vertidos ilegales.

m) Educación obligatoria en la educación pública y privada sobre temas de ecología, empezando en las escuelas de enseñanza primaria y continuando durante todo el proceso educativo.

n) Nacionalizar toda la propiedad costera para hacerla accesible al público, colocando adecuados contenedores para recogida de basura y tratamiento de aguas residuales

Propuestas Ecológicas a Nivel Local:

1. Introducir campañas voluntarias semanales de limpieza en las barriadas.

2. Imponer una normativa firme a vendedores callejeros, dueños de puestos callejeros, para que eliminen las basuras que produzcan con su actividad.

3. Regularizar la recogida de basuras.

4. Reubicar incineradoras altamente contaminantes fuera de los centros de población.

5. Organizar actos reivindicativos públicos de acción estatal contra empresas contaminantes públicas o privadas.

Nivel Individual

1. Organizar comités de barrio sobre medio ambiente para educar a los hogares en prácticas sanas de respeto al medio ambiente (p.ej., no arrojar basuras por la ventana).

2. Combinar la sanidad con la educación ecológica al nivel de las clínicas médicas de atención primaria.

3. Establecer patrullas voluntarias de barrio para proteger el medio ambiente.

4. Prohibir talleres muy contaminantes en los barrios.

5. Promover el uso de quemadores de gas natural para cocinar de bajo poder contaminante.

6. Utilizar materiales ecológicos en las campañas contra el analfabetismo.

7. Introducir multas legales para los que de forma repetida perjudican a sus vecinos.

8. Promocionar la limpieza en las calles y el reciclado en la programación de radio local,

en los foros públicos y en la publicidad.

CONCLUSION: Asegurando que el Nuevo Orden sea Irreversible

Un proceso revolucionario es tanto más sólido y sostenible cuanto más activa sea la base de masas que lo apoye. Esto requiere abrir las avenidas a la participación popular y cerrar los canales a los agentes subversivos financiados.

Hay varias propuestas que pueden fortalecer la relativa irreversibilidad de la revolución:

Políticas de Irreversibilidad

1. Multiplicar los escenarios de asambleas populares: barriadas, lugares de trabajo, actividades culturales, etc…

2. Multiplicar los poderes concedidos a las asambleas populares para resolver problemas sustantivos y proponer legislación positiva. La asistencia y participación popular disminuirá si la gente no tiene poder para resolver problemas importantes.

3. Multiplicar las elecciones y debates sobre políticas públicas en lugares de trabajo y barriadas.

4. Procesar a sujetos y colaboradores, que se hacen pasar por ONGs y que están financiados por gobiernos imperiales; prohibir la financiación extranjera de actividades políticas. Acelerar los procesos judiciales y juicios de quienes estén implicados en actividades golpistas, sabotajes económicos y espionaje, así como asesinatos políticos.

5. Aumentar de forma obligatoria la educación anti-imperialista en todos los niveles de la educación pública y privada, a través de medios de masas, actividades culturales y en los lugares de trabajo y barriadas.

6. Patrocinar y promover documentales sobre las experiencias diarias de los pueblos masacrados por las guerras imperialistas, intervenciones y transiciones al capitalismo.

7. Igualar las rentas y servicios sociales e incrementar la participación material que el pueblo tiene en la defensa del proceso revolucionario.

8. Reducir los salarios y privilegios de congresistas y funcionarios para desanimar a los oportunistas, arrivistas capitalistas y opositores de tomar el control de partidos políticos y del estado. Elecciones asamblearias: la democracia popular debe neutralizar la aparición de una nueva oligarquía «revolucionaria» de «nuevos» ricos tratando de corromper la revolución desde dentro.

9. Ampliar y masificar las milicias populares, para contrarrestar cualquier golpe interno o intervención militar exterior.

10. Expropiar todos los medios de comunicación implicados de alguna forma en incitaciones de golpe militar o invasión exterior.

Hay muchas lecciones negativas y positivas que aprender de anteriores procesos revolucionarios, en que las revoluciones fueron anuladas y de casos en que las revoluciones se consolidaron. Podemos citar como ejemplos de revoluciones revocadas los de la URSS, Nicaragua y Chile.

Chile

En el caso de Chile, la razón principal de su aplastamiento fue el total descuido gubernamental del tema de la seguridad, fundamentalmente el fracaso para ir con el cambio de régimen hacia una transformación del estado que lo hiciera compatible con la transformación socio-económica. El fracaso a la hora de apreciar el nivel de penetración de la CIA y el Pentágono en la sociedad civil fue fatal. La lección es clara: Necesidad de cerrar todos los canales a la penetración imperialista de la sociedad civil; necesidad de coordinar los cambios socio-económicos con transformaciones del aparato de seguridad.

Nicaragua

El fallo estratégico de los sandinistas fue permitir que una contra-revolución interna funcionara en coordinación estrecha con fuerzas armadas paramilitares de la contra apoyadas por EEUU. La lección es clara: no pueden llevarse a cabo elecciones en medio de una guerra que destruye la economía y empobrece el país. Los colaboradores domésticos con la agresión armada imperialista deberían estar sujetos a detención preventiva hasta que la guerra acabe, como ocurrió con los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

URSS

La propiedad estatal y la planificación central no son condiciones suficientes para mantener una revolución si una elite burocrática se hace con el estado y margina la participación popular de masas. Los peligros ante una revolución son tanto internos como externos: fundamentalmente el surgimiento de una nueva clase educada con el símbolo del dólar en sus ojos y antecedentes de privilegios y ambiciones. La lección importante es que la democratización de las relaciones sociales de producción, la participación directa en la política y la subordinación de dirigentes a las asambleas populares reduce las desigualdades y activa a las masas para defender la revolución contra la ‘nueva clase’.

Cuba: La lección positiva

La revolución de Cuba que ha sido tan irreversible proporciona varias lecciones positivas a la hora de sostener una revolución. No hay un único rasgo de la revolución cubana suficiente para explicar su sostenibilidad. Son fundamentales una serie de factores interrelacionados. La propiedad pública eliminó la potencial financiación contra-revolucionaria, los sabotajes económicos y la colaboración imperialista. Un sistema eficiente militar y de seguridad apoyado por una milicia de un millón de personas y comités de vigilancia de barrio eliminaron la posibilidad de que actuaran terroristas, asesinos y saboteadores apoyados por el imperio. Un ejército veterano, muy profesional, disciplinado y bien curtido en batallas sirve como importante elemento disuasorio ante una invasión armada por parte de EEUU. Igualmente importante, un vasto programa de reformas socio-económicas, especialmente en sanidad, educación y empleo, ha creado una adhesión importante a la revolución. Las asambleas populares en el lugar de trabajo y en las comunidades proporcionan canales para debates legislativos, propuestas, críticas y medios de expresión de las preferencias de los votantes. La movilización popular de masas, los programas de extensión cultural y educativa han creado una poderosa conciencia anti-imperialista.

Sin embargo, en Cuba han emergido y se han profundizado varias contradicciones a lo largo de las pasadas dos décadas. Desigualdades, turismo, remesas familiares, la economía anteriormente dolarizada, robo de propiedad pública, han ido creando una nueva clase rica que amenaza la revolución desde dentro. Reconociendo el peligro, Fidel Castro y Felipe Pérez Roque han hecho un llamamiento a una ‘revolución dentro de la revolución’. El Ministro de Cultura Abel Prieto ha animado la ‘batalla de ideas’ para contrarrestar la base objetiva y subjetiva de la contrarrevolución. Desde arriba y desde abajo, se continúa combinando inversiones importantes a gran escala en reformas sociales y amplios programas culturales y educativos para que la revolución siga a pesar de las contradicciones surgidas. El proceso será irreversible bajo la actual correlación de fuerzas. La adaptación de las lecciones de Cuba a las condiciones de Venezuela apunta a la transformación del estado, a la diversificación económica, a la profundización y ampliación de la conciencia nacional de clase y, sobre todo, a la organización de un partido revolucionario. Estas medidas convertirían el proceso revolucionario de Venezuela en irreversible.