Revisado por Caty R.
Chury: Bueno, Petras, contame como me contás siempre en el arranque los temas en que estás trabajando y que ocupan tu actividad…
Petras: En primera instancia lo más importante que estamos analizando son las elecciones, el proceso electoral en Colombia. Éste es el tema principal que hemos tratado porque incluso la izquierda ha sembrado mucha confusión sobre los resultados del proceso electoral. O mejor dicho, no han tratado el resultado electoral en un contexto más amplio y eso es lo que debemos discutir. Porque el hecho más sobresaliente es que el 56% del electorado no ha votado. Es decir, el 56%, consciente o inconscientemente, tomó la posición de las FARC. No digo que estén informados por las FARC ni que necesariamente sean simpatizantes, pero por varias razones comparten la idea de que no vale la pena votar en las elecciones, principalmente porque las dos opciones eran muy desfavorables y no ofrecen nada para el pueblo.
Para entender eso creo que debemos volver a unos años atrás, particularmente a los 10 últimos años del gobierno de Uribe, e incluso anteriormente. Este resultado electoral está en el contexto de 4,3 millones de personas desplazadas. En el contexto de una represión feroz que ha matado a más de 1.800 sindicalistas, incluidos dirigentes. Han matado a cientos de activistas de derechos humanos, abogados y periodistas. Y eso influye mucho en la actitud de la gente hacia las elecciones en dos sentidos: se sienten aterrorizados por el Gobierno y, algunos, presionados en este contexto para votar porque los militares estaban presentes en todos los lugares de votación. Los paramilitares y los políticos vinculados con el paramilitarismo que llega hasta el mismo Gobierno han incidido en todos los lugares de elecciones.
Pero más que nada debemos entender que cuando se organizan unas elecciones éstas deben ser un proceso de debate, de reivindicación de las necesidades del pueblo. Y un contexto de terrorismo prolongado y generalizado no se puede comparar con lo que siente la gente en un contexto pacífico y democrático. En este contexto tenemos un país militarizado, 300.000 soldados más los policías y los paramilitares. No es un contexto democrático para elecciones.
Y es más, el Estado utiliza todos los mecanismos, los medios de comunicación, o «desinformación», utiliza todas las prebendas del Estado circulando en los barrios para conseguir algún voto. Y también tenemos el hecho de que el candidato presidencial, el que ganó, el «Diablo» Santos, es una persona involucrada en los asesinatos, era el Ministro de Defensa que organizó los «falsos positivos», estimulando a los militares a matar civiles para demostrar que el ejército ha tenido grandes éxitos matando subversivos.
Descubrimos en poco tiempo que muchas de las víctimas no tenían nada que ver con la guerrilla, ni con los grupos simpatizantes, ni nada. Eran simplemente civiles, principalmente campesinos y gente pobre elegidos para asesinarlos y demostrar que el ejército tenía grandes éxitos en el combate. Santos está implicado y juzgado en este contexto.
Con esto problemas los diarios, tanto en Uruguay como en México, dicen que la derecha arrasa. ¿Arrasa qué? Los votos de Santos han sido simplemente el 30,8% del electorado. Si tenemos en cuenta a los que no votaron, el 70% que consiguió sobre el 44% que fue a votar no llega a lo que dicen, es un treinta y pico por ciento.
Y hay que analizar los lugares donde votaron y no votaron. En los grandes barrios populares el absentismo ha sido de dos tercios. Lo mismo en sectores rurales, algunas provincias han tenido casi el 75% de absentismo.
Donde sí consiguieron una mayoría abrumadora de votantes fue en los barrios afluentes, los barrios de la clase media acomodada y la clase media baja en menor porcentaje. Pero en los barrios altos consiguieron un 70 o un 75%. Entonces hay una gran diferencia entre los sectores populares y las regiones en el resultado de las votaciones. Muchos sindicalistas, particularmente en las provincias, no votaron por ninguno de los dos. Y lo mismo algunos grupos de derechos humanos.
Ahora, para disfrazar este proceso electoral ilegítimo, los oficialistas utilizaron dos pretextos. Primero dijeron que las lluvias bajaron la participación. Si uno no quiere mojarse por un candidato, eso es un buen indicador del desprestigio que tiene el sistema electoral.
Y segundo, la copa mundial no toca a todas las horas del día, hay tiempo para ver los partidos y hay tiempo para votar. Entonces, estas excusas para justificar la bajísima participación no tienen legitimidad.
¿Para qué están dando tanta publicidad los diarios disfrazando el hecho de que el peor asesino del Gobierno de Uribe gana las elecciones con un 30,8% del electorado? ¿Por qué? Yo creo que es porque indica que están preparados para apoyarse en una nueva política de acomodación con el imperialismo estadounidense. Es una señal de que en el próximo período el señor Santos, con Obama y la derecha latinoamericana, están preparados para una nueva ofensiva. Y los medios de comunicación, incluso los periódicos supuestamente progresistas, están dispuestos a entrar en ese juego.
Chury: Petras, esa es una de las realidades que estamos analizando y pasamos a otra de las que tú generalmente tienes información muy profunda. Parece que se han aplacado las repercusiones de los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel, ¿tanto poder maneja el sionismo sobre los medios de comunicación que ya esto está ganando la amnesia y el olvido de la gente en el mundo? ¿O cómo se puede analizar todo esto?
Petras: Hay dos razones, primero, el poder que Israel tiene a partir de la quinta columna de las organizaciones sionistas y la gran mayoría de las organizaciones judías que ya están afiliadas al sionismo. La fuerza del sionismo en Estados Unidos llega a tal punto que se está globalizando. Una expresión de esto es el profundo trabajo que está haciendo el sionismo estadounidense sobre el gobierno de Kirchner y, particularmente, otra vez el nuevo canciller, Héctor Timerman, que es el enlace entre el sionismo estadounidense e Israel con la política argentina. Y la señora de Kirchner nombró a Timerman, primero como embajador en Estados Unidos y ahora como canciller remplazando a Taiana, un funcionario que más o menos mantenía alguna posición razonable con respecto al sionismo. Ahora tiene a un funcionario a tiempo completo trabajando por Israel y coordinando la política con los sionistas de los Estados Unidos. Aquí lo hemos visto actuar de una forma muy vergonzosa, peor que cualquier otro embajador en Washington por sus relaciones promiscuas e íntimas con los sionistas; y este problema va a repercutir en América Latina.
Aquí están dando repercusión en los medios de publicidad sobre el hecho de que Israel, bajo enorme presión, está permitiendo entrar comida y medicamentos, por lo menos algunas líneas de alimentos; lo que no está permitiendo son maquinarias para que los palestinos no sólo puedan consumir, sino producir, cultivar, exportar, abrir fábricas, que están todas cerradas. Hay que continuar con el boicot y las protestas. Este fin de semana en la ciudad de Oakland, cerca de San Francisco en California, que es el quinto puerto más importante de los EEUU, los portuarios organizaron un boicot a un barco de Israel, no descargaron la mercancía, fue un gran éxito. La compañía presentó una demanda judicial para acabar con el boicot, pero el juez decidió que Israel es un violador de los derechos humanos y que los que organizaron el boicot tienen razón.
La conciencia del asesinato de la flotilla está muy generalizada. Los demás crímenes diarios que perpetra Israel, matando a un padre de familia con tres hijos ayer; anteayer otros tres palestinos asesinados en la frontera… Las atrocidades de cada día de Israel no tienen tanta importancia, no aparecen en la primera o segunda páginas. Si hay alguna noticia es una pequeña reseña en las páginas interiores. En ningún caso aparece alguna condena a Israel aquí, en los medios de comunicación.
Ahora la campaña de los sionistas en el New York Times, el Washington Post y Wall Street Journal, que casi son periódicos de la embajada de Israel totalmente favorables a cualquier crimen, ha lanzado una propaganda feroz contra Turquía. Si recordamos por un momento, hace tres años todo el grupo israelí aquí, en Estados Unidos, actuaba a favor de Turquía. De repente Turquía critica a Israel por los asesinatos de sus ciudadanos y los asesinatos en Gaza e inmediatamente la maquinaria da un giro de 180 grados y dicen que Turquía es un país de terroristas islámicos, que los muertos de la flotilla eran islámicos. Y han lanzado una campaña arrojando basura sobre el Primer Ministro de Turquía. No tienen ninguna vergüenza. Cuando Israel cambia la línea ellos dan un vuelco total. Los sionistas son peores que los peores de la época del estalinismo. No tienen nada independiente en la cabeza, sólo son la voz de Israel y eso es espantoso. No importa si es un cirujano, un premio Nobel, si era un famoso actor de Hollywood o director, tienen toda esta mentalidad de fieles incondicionales a cualquier acto de delincuencia del Estado de Israel. El servilismo aquí es increíble.
Chury: Se ha criticado al presidente Correa de Ecuador por los problemas que ha tenido con los movimientos indígenas, particularmente por la ley del agua. ¿Qué se sabe de eso?
Petras: Correa es un político de tinte reformista por su política reivindicativa que vincula algunas concesiones a programas sociales, subvenciones, pero en el marco macroeconómico es una política destructiva. Ha invitado a las multinacionales mineras a explotar los predios de minería y muchos de estos predios están en los territorios tradicionales de los indígenas.
Ahora cometió dos errores. Primero, sin consultar a los indígenas ha firmado estos contratos marginando las consideraciones ambientales, las condiciones pesqueras y el agua del pueblo indígena.
Segundo, ha tomado estas decisiones con una beligerancia hacia los opositores y críticos actuando con una agresividad que no tolera una reconsideración. Y eso ha provocado la ira de los grupos indígenas.
Y tercero, los grupos indígenas tienen mucha experiencia en estas historias de explotación, tanto de tóxicos, petróleo, como otras minas que en el pasado han contaminado enormes regiones de cultivos, aire, agua y tierras de los pueblos. Entonces no hablan por hablar, no es teoría, han tenido experiencias negativas.
Y para Ecuador, para Correa, es una política destructiva. Lo que quiere es estimular el crecimiento a partir de las exportaciones mineras para compensar la caída en las exportaciones industriales y las exportaciones del agro. Primero porque no ha cambiado la moneda, sigue utilizando el dólar, lo que hace caras las exportaciones no tradicionales como las manufacturas. Y eso también ha creado una situación donde Correa mantiene un discurso populista, crítico con aspectos de la política externa de los EEUU pero por otro lado es muy amistoso con las multinacionales.
Últimamente ha dado un giro hacia la política estadounidense abrazando a Hillary Clinton y diciendo que están en un camino de mejorar las relaciones. Tenemos que ver hasta qué punto eso está influenciado por su política minera. Si está combinando ahora la resolución de la contradicción entre una política interna minera conservadora con una crítica del imperialismo. Ahora parece que hay un acercamiento con el gobierno de Obama y Clinton junto con este proyecto de explotar la minería.
Chury: Petras, estamos en el final, te agradezco mucho este análisis…
Petras: Pero hay otro análisis que quiero hacer.
Estamos analizando la participación de Uruguay en la Copa utilizando el método marxista, y hemos descubierto que en el año 30 ganó Uruguay a Argentina…
En el 50 ganó a Brasil. Y ahora, en 2010, parece que Uruguay va a enfrentarse a Argentina y a Brasil otra vez en la segunda vuelta. Y hay que decir que con Diego Forlán tirando fuerte, a ver si ahora, el año 2010, es el año de los uruguayos…
Chury: Bueno, no sabés la cantidad de gente que va a quedar contenta contigo…
Petras: Bueno, es el método marxista que nos determina que las chances son muy buenas para Uruguay este año.