Hasta 1999 los pueblos originarios de Venezuela sufrieron discriminación y olvido, pero la promesa que les hiciera en aquel momento el presidente Hugo Chávez los convirtió en protagonistas del proceso revolucionario que cambió definitivamente su historia.
Desde su campaña electoral, el tema de los derechos indígenas estuvo presente y apenas se convirtió en jefe de Estado, Chávez impulsó una reforma de la Carta Magna donde por primera vez elevó la atención a esos pueblos al rango constitucional.
A diferencia de otros países de América Latina, en Venezuela no existía un reconocimiento legal explícito que protegiera la cultura de las comunidades indígenas, formas de vida, espacios vitales o propiciara la atención social y económica de sus habitantes.
El papel distintivo conferido por la Constitución de 1999, fue sobresaliente y convierte a esta nación en parte del grupo de países suramericanos que establece derechos diferenciados para ese sector.
La nueva Carta Magna reconoció el carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe de la sociedad venezolana; paralelo a ello, en 2001 el Gobierno venezolano ratificó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y en 2005 aprobó la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas.
En 2007 y como parte de ese proceso de reivindicaciones, Chávez creó el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas y en apenas unos años, la nación logró ubicarse a la cabeza de los países latinoamericanos en materia de protección a esas comunidades.
Estimaciones oficiales indican que esas comunidades ancestrales conforman aproximadamente el 2,8 por ciento del total de la población (32 millones de habitantes).
Más de 40 grupos que incluyen a los Akawayo, Amorúa, Añú, Arawak, Arutani, Ayamán, Baniva, Baré, Barí, Caquetío, Cumanagoto, Chaima, E´ñepá, Gayón, Guanono, Hoti, iInga, Japreria, Jirajara, Jivi, Kari´ña, Kubeo, Kuiva, Kurripako, Mako, Makushi, Nengatú, Pemón, Piapoko, Píritu, Puinave, Pumé y Sáliva.
Además de los Sánema, Sapé, Timoto-cuica, Waikerí, Wanai, Wapishana, Warao, Warekena, Wayuu, Uwottüja, Yanomami, Yavarana, Ye´kuana y Yukpa, todos ellos conforman el multiétnico tablero indígena del país.
Están ubicados en los estados de Zulia, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Anzoátegui, Sucre y Apure, algunos de los cuales comparten territorios con Brasil, Colombia y Guyana.
Bajo la dirección del líder de la Revolución bolivariana, esas poblaciones olvidadas dejaron de ser tribus y fueron llamados como lo que son, pueblos indígenas, además, se reconocieron las lenguas aborígenes como tal y no como dialectos.
Guaicaipuro, Tekun Umán, Túpac Amaru, Tamanaco, Chacao y Paramaconi pasaron a ser los verdaderos héroes del pueblo venezolano; plazas, parques e instituciones de todo tipo comenzaron a nombrarse así.
El sueño de Chávez 20 años después
Dos décadas después de aquella trascendental reforma constitucional, social y política, que visibilizó a los pueblos originarios en Venezuela, muchos son los logros.
Al respecto, el viceministro de esa cartera César Caria, en una entrevista para la sección Escáner de Prensa Latina, expresó: “antes de Chávez, no éramos nada, hoy somos indígenas en Revolución”.
Pero sus sueños, acotó, no quedaron plasmados sólo en la Carta Magna, desde entonces y hasta la fecha “se aprobaron al menos seis leyes y cerca de 42 artículos relacionados directamente con la protección de nuestros pueblos”.
La creación de la vicepresidencia indígena del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la inclusión de representantes en los dos procesos constituyentes y los derechos alcanzados dentro del Poder Legislativo constituyen algunos de los avances políticos, resaltó Caria.
“Largo ha sido el camino recorrido durante estos 20 años, pero ello nos permite exhibir logros que muy pocos países de la región pueden presumir en materia de protección a sus comunidades ancestrales”, subrayó el viceministro a Escáner.
Varias son las instituciones y los programas sociales creados durante el proceso revolucionario, pero sin dudas, resaltó, una de las más trascedentes es la Misión Guaicaipuro, surgida para propiciar el desarrollo armónico y sustentable con una visión de etnodesarrollo, al fortalecer la gestión comunitaria.
De igual forma, ese proyecto busca impulsar el proceso de demarcación del hábitat y tierras, así como potenciar el avance integral de los pueblos originarios para garantizar el disfrute efectivo de sus derechos sociales.
Otras obras -señaló- están encaminadas a defender la identidad en materia de idioma, hábitos, costumbres y tradiciones.
Actualmente, explicó el alto funcionario, Venezuela cuenta con un Instituto de Idiomas Indígenas, 65 nichos lingüísticos (espacios estimulantes para el aprendizaje de la lengua originaria en la primera infancia) y mil 962 escuelas interculturales, así como una Dirección Nacional Intercultural Bilingüe.
Todo ello, recalcó, en función de la preservación de nuestro idioma; “hoy incluso nuestros ancianos, asesorados por los docentes, trabajan en la creación de manuales en lenguas originarias para los pequeños”.
Desde la visión indígena, el conocimiento se trasmite de generación en generación y la oralidad es su principal recurso para la enseñanza y el aprendizaje.
Dentro de su identidad no se habla de generación de relevo, las organizaciones y movimientos se fundamentan en el acompañamiento y continuidad de lucha.
Movimiento Indígena Unido de Venezuela (Miuven)
El 4 de octubre del 2019, en medio del recrudecimiento del bloqueo y las agresiones de Estados Unidos, y los intentos desestabilizadores de la extrema derecha, se creó el Movimiento Indígena Unido de Venezuela (Miuven) como parte de la estrategia gubernamental para consolidar la unidad nacional.
La organización que nació desde la militancia del PSUV, impulsa la participación de esos pueblos en la toma de decisiones políticas y defiende sus derechos dentro de la Revolución bolivariana.
Durante el acto de constitución, el presidente Nicolás Maduro anunció: «estamos dando un paso más en la línea de construir una amplia alianza del pueblo y sus bases… estamos dando un paso gigantesco para darle poder político a las comunidades del pueblo venezolano para la construcción del socialismo”.
Sobre el papel del movimiento, el viceministro Carias comentó a Escáner que «es un órgano articulador, interlocutor entre el Estado y las comunidades indígenas. Desde nuestra cosmovisión funciona como una política con un enfoque social».
En el Miuven, dijo, “confluyen todos los pueblos originarios, líderes y lideresas que creemos en la izquierda, en el proyecto de Chávez, sumamos voluntades para avanzar en una agenda común en beneficio propio”.
«Debemos resaltar que todas esas iniciativas, programas, proyectos, nos permitieron además enfrentar de manera coordinada la pandemia de la Covid-19, que golpeó a muchos de nuestros hermanos fuera de Venezuela”, recordó.
Para Carias, las políticas de Salud del Estado, junto a las estructuras organizativas creadas por el Gobierno fueron efectivas en esa batalla, en la cual destacó asimismo la cooperación de los médicos cubanos en las campañas de vacunación y atención sanitaria a esas comunidades.
No obstante, reconoció el viceministro que “aún nos queda mucho por andar, muchas batallas por enfrentar y obstáculos por superar, no sólo dentro del país, sino también a nivel regional.
«Pero sabemos que hay una voluntad política, un reconocimiento de nuestros derechos, un legado que nos dejó el Comandante Chávez y con el cual estamos comprometidos los venezolanos que creemos en una sociedad inclusiva para todos», concluyó el funcionario.
*Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, la editora jefa Luisa María González, la editora Amelia Roque, el jefe de la Redacción Centro-Suramérica Alain Valdés, y el webmaster Diego Hernández.