El incremento en el coste de los servicios y productos de primera necesidad encadenado a la dependencia de programas sociales hacen más visible el rostro real de la pobreza en Puerto Rico, trascendió hoy.El gobierno puertorriqueño amplió la brecha entre pobres y ricos al propiciar en el último año un alza en el precio de […]
El incremento en el coste de los servicios y productos de primera necesidad encadenado a la dependencia de programas sociales hacen más visible el rostro real de la pobreza en Puerto Rico, trascendió hoy.
El gobierno puertorriqueño amplió la brecha entre pobres y ricos al propiciar en el último año un alza en el precio de los servicios básicos esenciales, como la energía eléctrica, el agua potable y transportación pública, denunciaron representantes comunitarios.
El doctor José Vargas Vidot, director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, aseguró que recientemente se duplicó la cifra de personas acogidas al plan nutricional de esa institución, debido al alto costo de la vida y al incremento del desempleo, superior al 12 por ciento.
‘En Puerto Rico no se quiere admitir que la mayoría de las personas están subempleadas, especialmente cuando hablamos de poblaciones marginadas’, anotó Vargas Vidot.
A esto se añade el alquiler de viviendas en los sectores marginados del área metropolitana de San Juan, que en general supera el 50 por ciento del ingreso individual.
Vargas Vidot aseguró al diario Primera Hora que en los últimos meses se duplicó la cantidad de personas, de 30 a 60, a las cuales ofrecen almuerzo diariamente.
Aclaró que la mayoría que se integró últimamente al plan comunitario de asistencia social no constituye el perfil tradicional de los ambulantes, como se denomina a las personas que viven en la calle.
Dijo que los nuevos beneficiarios del programa alimentario tienen un hogar, pero los ingresos no les alcanzan para costear el agua, la luz y el teléfono, además de la comida.
Aunque a simple vista Puerto Rico, un estado libre asociado a Estados Unidos desde 1952, muestra una suntuosidad matizada por más de dos millones de automóviles en sus carreteras y lujosos suburbios, el 72,6 por ciento de la población vive en precarios niveles de pobreza.
Esta estadística, brindada a mediados del año pasado por el Negociado del Censo de Estados Unidos, es indicativo que en los últimos años la pobreza se incrementó en más de un seis por ciento, principalmente a los sectores de clase media y la población emergente.
Iniciativa Comunitaria es sólo una de las muchas instituciones privadas puertorriqueñas que se dedican a socorrer a las personas más necesitadas, proveyéndoles al menos una ración individual diaria de comida.
La Fondita, una entidad similar, aumentó su asistencia de 150 a 225 personas, de acuerdo con su directora ejecutiva, Ciení Rodríguez.
Actualmente se estima en unos tres mil, mayormente jóvenes adictos a drogas, los ciudadanos que deambulan por las calles del barrio capitalino de Santurce.
Vargas Vidot aclara que la situación afecta a unas siete mil personas en toda la isla, cuya población asciende a tres millones 800 mil habitantes.
Aseguró que en San Juan se registran cerca de 10 nuevos ambulantes cada mes, debido a que no les alcanza la pensión por retiro o porque llevan meses sin encontrar empleo.
Dijo que aquellas personas que reciben el PAN (Programa de Asistencia Nutricional), el dinero asignado no les da para hacer sus compras mensualmente, aparte de que están a punto de quedarse sin vivienda, porque el alquiler o la hipoteca sobrepasa los 300 dólares.
Según datos de entidades sociales privadas ofrecidos por el diario Primera Hora, el 80 por ciento de la población sin hogar tiene alguna condición de salud mental, incluyendo adicción a drogas legales o ilegales.
Se indicó que cerca del 56 por ciento de esas personas llevan más de un año en la calle y que el 51 por ciento ha tenido problemas con la justicia, generalmente relacionado con algún delito por droga.
Doris Quiñones, directora del programa de servicios de apoyo a poblaciones en situación de marginación de la entidad Estancias Corazón, afirmó que en Puerto Rico la pobreza está ligada intrínsicamente a los ambulantes.
‘La mayoría de la población de deambulantes proviene de la extrema pobreza, (como parte) de una población que requiere servicios básicos de salud, tanto físicos como mentales, hasta personas que prefieren vivir en la calle que con su propia familia’, recalcó Quiñones