Tal vez convenga apuntar estas fechas en el diario. Lo leía ayer de Joan Botella en estas mismas páginas: «¡Quién nos iba a decir que hoy el gran defensor del libre comercio mundial es China y el proteccionismo lo cultivan los estadounidenses!» La guerra comercial USA-China comenzada esta primavera bajo el signo inequívoco de la […]
Tal vez convenga apuntar estas fechas en el diario. Lo leía ayer de Joan Botella en estas mismas páginas: «¡Quién nos iba a decir que hoy el gran defensor del libre comercio mundial es China y el proteccionismo lo cultivan los estadounidenses!»
La guerra comercial USA-China comenzada esta primavera bajo el signo inequívoco de la ofensiva estadounidense. Parece una de tantas, pero podría hacer época. Aunque Estados Unidos ha jugado cuando le ha convenido la carta del proteccionismo, nadie duda en identificarlo con lo más expansivo del imperio. El antiguo imperio chino, en cambio, se llamaba así precisamente por ignorar al resto del mundo tanto como fuera posible y hoy, como sabemos, el grado de lo posible a la hora de ignorar el mundo es muy escaso, justamente en razón de los que eligieron One World como divisa.
Dicho de otro modo, la apuesta por el proteccionismo estadounidense no sería significativa si no se hiciera a expensas de la potencia más renuente a expandirse, y con la arbitrariedad de una inequívoca agresión. El que ataca es el que está a la defensiva y toca defenderse al que no quiere atacar.
Es una cuestión de máximos y mínimos, es un extraño punto de inflexión en un arco muy largo de acontecimientos, y aunque sea algo poco espectacular podría tener efectos muy hondos. Cada cual debería ser muy celoso con los grados de libertad de que disponga a la hora de maniobrar en un ajuste que llevará mucho tiempo.
Un punto de inflexión puede actuar como punto arquimediano en una palanca. Es fama que Arquímedes pedía un punto de apoyo para mover el mundo. Hoy dos potencias bajo la cara de sus mandatorios que pugnan por ver quién tiene más fuerza, por un lado, y por ver quién tiene la palanca más larga, por otro. Es un buen tema para dibujantes y humoristas. Pero no hay un punto fuera del mundo, y justamente por eso, nos afectará a todos.
El cálculo de umbrales en materia histórica es mucho más arte que ciencia. La curva viene de lejos, pero el umbral, la penumbra de esta inflexión, podría empezar a esbozarse allí por el 2008. Si ahora nos acercamos al centro del área de penumbra, eso significaría que no veremos decidida la balanza antes de otros 10 años, más o menos.
China y Estados Unidos no están en las antípodas como dice la cultura popular pero sí es cierto que están en extremos opuestos del hemisferio norte, que es el que concentra casi todo el poder del planeta.
Tal vez algún día en el futuro nos preguntemos, no por qué ganó Trump las elecciones, sino porqué se le permitió ganarlas. Esta guerra comercial no es sólo una cuestión de países, es igualmente una redefinición de los intereses locales y globales del capital, y por tanto afectará a la complejísima y variable correlación local-global en su conjunto.
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