Tras intervenir en Radio Euskadi y atender a varios medios al objeto de valorar las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela ayer 14 de abril, pongo por escrito algunas puntualizaciones que he efectuado oralmente al tener que contrastar ciertas opiniones. 1) ‘No ha triunfado la candidatura de Maduro’. Primera afirmación incorrecta a refutar. Aunque sean unas […]
Tras intervenir en Radio Euskadi y atender a varios medios al objeto de valorar las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela ayer 14 de abril, pongo por escrito algunas puntualizaciones que he efectuado oralmente al tener que contrastar ciertas opiniones.
1) ‘No ha triunfado la candidatura de Maduro’. Primera afirmación incorrecta a refutar. Aunque sean unas cifras ajustadas, Maduro gana por aproximadamente 235.000 votos. Ello representa un porcentaje del 50.66%. Este resultado es suficiente de acuerdo a las reglas de juego, pues el otro candidato se queda con el 49.07%.
2) ‘El resultado podría cambiar con los votos procedentes del extranjero’. Algunos medios especulan con que el voto del exterior (principalmente recogido en los EEUU, Estado español y Colombia) podría revertir la situación dado que usualmente es de inclinación opositora. Siendo cierto esto último, el porcentaje de votantes en otros países sobre el censo electoral significa el 0.53%. Aunque todos supuestamente hubieran ido a la urnas y votarían por Capriles no cabría modificar el resultado final pues la diferencia porcentual entre los candidatos es de un 1.5%.
3) ‘El chavismo ha sido derrotado’. En 2012 Chávez obtuvo 8.1 millones de votos y en 2013 Maduro ha logrado 7.5 millones de votos. En consecuencia, se han perdido unos 600.000 votantes. De acuerdo en el dato objetivo. No obstante, ya el candidato no era obviamente Chávez. Entre votos muy personalistas que ya no han repetido la opción del Gran Polo Patriótico y personas descontentas se explicaría tal pérdida. De forma que se pueden hacer muchas lecturas. En mi opinión, Maduro no ha tenido un mal resultado, sin Chávez, con una oposición jugando al ahora o nunca, etc., pues cabe decir que básicamente ha mantenido el voto y que ha perdido poco. Hubiera sido curioso que sacara más votos que el mismo Chávez.
4) ‘Capriles es el ganador’. Hay que reconocer que Capriles ha pasado de los 6.5 millones de votos en 2012 a los 7.2 millones de votos en 2013. Es decir, ha aumentado algo más de 600.000 votos. Sin embargo, no han sido suficientes para vencer en estos comicios. Guste o no a sus partidarios de dentro y de fuera no podrá ser el presidente del país.
5) Capriles ‘no reconoce el resultado, Maduro es ilegítimo y el gobierno ha sido derrotado’. Esta es la reacción en su primera rueda de prensa. Son afirmaciones de una gran gravedad, además de inciertas. Si en algunas entrevistas alabé a Capriles por su rápido reconocimiento de los resultados de 2012 y su aparente tranquilidad al fallecer Chávez, ahora debo decir que, no se si por él mismo, por sectores que lo acompañan, o por ambas causas, su comportamiento es altamente peligroso. El ‘futuro y la paz’ de Venezuela, ha dicho, está en conocer los resultados. Esto se hará y los mismos se corroborarán. Hasta que se haga, lo que llevará unas semanas, tener al país en la incertidumbre es irresponsable.
6) ‘Maduro deja el país más dividido que nunca’. Los resultados, 50.66% frente a un 49.07% abonan este tipo de afirmaciones. Pero esto ocurre muy habitualmente en otros lugares cuando las diferencias son cortas, incluidas elecciones en los EEUU y nadie maneja tales términos apocalípticos. ¿Si hubiera ganado Capriles ya no habría un país dividido? ¡Claro que Venezuela está partida política y socialmente¡ como otros países latinoamericanos y del mundo, porque hay proyectos políticos, económicos, sociales, internacionales, etc., distintos. Y no ahora, la división viene desde hace décadas. Por ser simples, Maduro representa la opción de las transformaciones a favor de los más desfavorecidos; Capriles es el regreso a la Venezuela clasista y neoliberal. La división es objetiva, no subjetiva; es histórica, no actual; tiene unas profundas causas, no inventada; es producto de una combinación de factores, no una consecuencia electoral.
7) ‘No hay proyecto chavista sin Chávez’. Evidentemente algunas elementos de la gestión gubernamental cambiarán, pero, como escribió Maduro en ‘The Guardian’ (12 de abril) ‘El proyecto de Chávez está más vivo que nunca’. Hay un proyecto, hay una estructura y hay un apoyo social. Sí será fundamental hacer las cosas bien, combinar estrategias con realismo, resolver fallas, guiarse por la autocrítica, ser eficaces, obtener resultados, etcétera. Si se logra, tenemos Revolución Bolivariana para rato. Si no es así pues lamentablemente las cosas se complicarán.
8) ‘Esta lucha terminará el día que Venezuela sea más próspera’. En este punto estoy completamente de acuerdo. Esta afirmación es de Capriles en su reciente rueda de prensa. Solo le añadiría un matiz: el enfrentamiento dejará de existir cuando, además, esa prosperidad esté repartida; cuando la riqueza esté justamente distribuida; cuando las diferencias sociales no sean abismales.