El debate sobre la «desaparición del trabajo» ha llegado también al sector hotelero, incluso en las tareas de limpieza de habitaciones. Pero buena parte de los cambios tecnológicos y organizativos en curso sirven sobre todo para intensificar el trabajo. Crédito fotografía: Ilustración de María Romero para Alba Sud Algunos analistas, al calor del protagonismo […]
El debate sobre la «desaparición del trabajo» ha llegado también al sector hotelero, incluso en las tareas de limpieza de habitaciones. Pero buena parte de los cambios tecnológicos y organizativos en curso sirven sobre todo para intensificar el trabajo.
Crédito fotografía: Ilustración de María Romero para Alba Sud
Algunos analistas, al calor del protagonismo mediático adquirido por las camareras de piso, gracias a su continua movilización durante los últimos cuatro años, han planteado la posibilidad de que el trabajo de las «kellys», como son conocidas popularmente, tienda a desaparecer a causa de los cambios tecnológicos en curso. La idea de fondo es que cuando los costes de los procesos de robotización de las tareas de limpieza sean más bajos que los de las trabajadoras éstas serán sustituidas irremediablemente .
La fuerza de trabajo en los departamentos de pisos está altamente feminizada y cuenta con una elevada presencia de inmigrantes procedentes de países empobrecidos. En la cultura dominante los trabajos de limpieza están asociados a las tareas realizadas por las mujeres en el ámbito doméstico a causa de la división sexual del trabajo, lo cual permite a los empresarios naturalizar una situación de desigualdad y pagar salarios bajos . Pero a pesar de los bajos salarios, desde el ámbito empresarial hay una clara voluntad de reducir los costes laborales de los departamentos de pisos en los hoteles. Estos suponen entre un 20% y un 30% de sus plantillas, e incluso más de un 40%, según sean las características de estos establecimientos (como el hecho de tener o no restaurantes, por ejemplo). En la cuenta de explotación de muchos de ellos los costes laborales pueden llegar a superar la mitad de sus gastos, por lo que no es de extrañar este interés.
Reducción de costes laborales
Hay que recordar que la reducción de costes laborales en estos departamentos lleva ya unos años en marcha. Para las empresas hoteleras el objetivo principal en la gestión sus recursos humanos no ha sido otro que el de flexibilizar el trabajo, con lo que poder hacer frente a las permanentes fluctuaciones en la demanda (factor clave en este sector), a la vez que intensificar al máximo su rendimiento.
Los mecanismos usados por las empresas hoteleras han sido múltiples. El recurso a la externalización del departamento de pisos, gracias a la reforma laboral de 2012, ha permitido reducir en más de un 40% los salarios de las trabajadoras. Además les ha permitido ahorrar en gastos de gestión y poder pagar solamente por habitación hecha, según sea la ocupación real del hotel. Por otra parte, el uso de los contratos a tiempo parcial con la imposición de ratios de habitaciones imposibles de cumplir ha hecho que muchas camareras tuvieran que hacer más horas sin retribución. El aumento de la vulnerabilidad de multitud de trabajadoras a raíz de la crisis y las últimas reformas laborales, junto a elevados niveles de desempleo y una mayor inseguridad contractual, ha jugado un papel determinante para que éstas tuvieran que aceptar la imposición de incrementos en sus cargas de trabajo. Finalmente cabe destacar cómo las empresas se han asesorado técnicamente para reorganizar y dimensionar sus plantillas .
Cambios tecnológicos al servicio de la intensificación del trabajo
¿Qué papel pueden jugar los cambios tecnológico en todo este contexto? Más que el énfasis en la inevitable desaparición del trabajo en los departamentos de pisos a causa de los procesos de robotización, parece oportuno observar algunos de los procesos en curso. Buena parte de los cambios tecnológicos y organizativos que se están poniendo en marcha pueden ser leídos como mecanismos al servicio de los procesos de intensificación del trabajo. Algunos de estos cambios tienen que ver con el uso de maquinaria de limpieza más eficiente, como robots de limpieza o tubos de aspiración integrados en el propio edificio. O con el uso de productos de limpieza mejor adaptados a los diversos tipos de superficies en los que deben actuar. Pero detengámonos en dos tipos de innovación que podrían ser fundamentales para el trabajo de las camareras de pisos.
Uno de ellos tiene que ver con el incremento de la capacidad de gestionar información clave en tiempo real. Sensores de movimiento que permiten saber cuándo una habitación está libre pueden optimizar el trabajo de las camareras de piso para la empresa, al evitar tiempos muertos o desplazamientos considerados innecesarios. Por otra parte, las balizas de posicionamiento , o beacons, incrementan la capacidad de saber en todo momento cuál es la ubicación de las trabajadoras, lo cual, además de tener un claro objetivo de control, facilita el seguimiento y coordinación de sus tareas por parte de sus superiores. Algunos de estos proyectos de microgeolocalización son presentados como una forma de mejorar el ambiente laboral y la motivación de las trabajadoras . Asimismo, también se están poniendo en marcha nuevas apps que pueden centralizar y sincronizar toda la información necesaria para mejorar la coordinación entre distintos departamentos, en especial los de pisos, recepción y mantenimiento. De esta manera, la información sobre el estado de una habitación puede estar disponible para todas las áreas implicadas y evitar así descoordinaciones o fugas de tiempo.
El otro ejemplo de innovación hace referencia a los procesos de racionalización de los procedimientos de trabajo de las camareras de pisos. Estos pueden implicar una revisión global de la asignación de las cargas de trabajo, de los utensilios y productos empleados, e incluso del orden de las tareas asignada y la forma de ejecutarlas. Por ejemplo, reorganizar la asignación de cargas de trabajo en función de créditos más que por habitaciones puede ayudar a la empresa a un control más ajustado de la distribución de tareas. Los créditos funcionarían como unidades de tiempo de trabajo necesario para hacer una determinada tarea. Pero la carga de trabajo que supone una habitación no siempre es la misma -en función, por ejemplo, del número de huéspedes o de las propias características de la habitación-. Así, más que una asignación de un determinado número de habitaciones, con la simple distinción de ser o no de salida, lo cual es una unidad de medida demasiado rígida para la diversidad de cargas de trabajo que puede implicar la limpieza de una habitación, los créditos permitirían organizar las asignaciones de trabajo de un modo más segmentado y variable. Este tipo de innovación puede ir acompañada del establecimiento de normas fijas de procedimientos y orden en las tareas de limpieza, e incluso de los utensilios usados en cada momento. Esto permite estandarizar aún más los requerimientos y formas de trabajo en una suerte de taylorización de la labor de limpieza de habitaciones.
Sobrecarga de trabajo, en el centro de la disputa
Estos procedimientos de intensificación del trabajo a través de innovaciones y cambios tecnológicos y de gestión de los recursos humanos, se añaden a otras dinámicas que en los últimos años han provocado un incremento de las cargas de trabajo de las camareras de piso hasta el punto de volverse una causa relevante en el incremento de la conflictividad laboral en el sector. La reciente huelga indefinida declarada por las camareras de piso y mozos del Hotel Be Live Experience del Grupo Globalia en Lanzarote, desde el pasado 23 de agosto, con paros de dos horas diarias, en demanda de una regulación de las cargas de trabajo resulta ilustrativa de un problema cada vez más extendido. El conflicto tiene su origen en el proceso de externalización del departamento de pisos. La empresa multiservicios contratada por el hotel redujo el salario de las trabajadoras en torno a un 40%, lo cual provocó diversas concentraciones de protesta y denuncias por parte del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) ante el servicio de inspección laboral. La resolución judicial favorable a las trabajadoras hizo que la empresa tuviera de revertir esa disminución salarial y equiparar sus sueldos a lo establecido en el Convenio de Hostelería de Las Palmas. La reacción de la empresa, según denunció CCOO, no fue otra que reducir personal y aumentar la carga de trabajo, tanto en número de habitaciones como en áreas comunes, de tal modo que se convirtió en algo habitual trabajar hasta 10 horas diarias para poder cumplir con los partes de tareas asignadas.
Los procesos de intensificación del trabajo, sean por la vía que sean, suponen un deterioro de la salud de las trabajadoras, tanto físico como psíquico, y una reducción de su horizonte laboral en este tipo de ocupación. No solo es muy complicado que lleguen a la edad de jubilación, sino que con estos ritmos su vida laboral difícilmente puede ser muy larga. Así, se está construyendo un marco laboral en el que el trabajo de las camareras de piso podrá hacerse solamente durante unos años, mientras puedan rendir al máximo, y luego tendrán que buscar empleo en otro ámbito porque las dolencias acumuladas no les van a permitir seguir rindiendo. Los cambios descritos contribuirán, sin duda, a hacer más intercambiables a estas trabajadoras.
De este modo, la intensificación del trabajo se ha vuelto la cuestión fundamental en la disputa entre capital y trabajo en los hoteles. El cambio tecnológico está presente sin duda en esta disputa, pero lejos de anunciar la desaparición inevitable del trabajo opera como un mecanismo clave para incrementar la productividad de las trabajadoras, o su explotación, lo cual no es más que la otra cara del discurso empresarial. La agenda sindical y de las asociaciones de «kellys» enfrenta en este campo probablemente su principal reto: revertir una de las principales causas del deterioro de las condiciones laborales de las camareras de piso.