Agrupaciones laborales cuestionan la estrategia de que parte de los fondos para el retiro de los trabajadores mexicanos debe ser invertida fuera del país ante la ausencia de proyectos viables para financiar aquí. Proponen destinarlos a proyectos rentables dentro del país y afirman que en los siete años en que han operado las Afore han ganado, por cobro de comisiones, 50 mil millones de pesos, «sin levantarse del escritorio».
Agrupaciones laborales se oponen a que los ahorros de los trabajadores se inviertan en las bolsas de valores del mundo, como ocurrirá a partir de enero. Aseguran que ya se negocia con el gobierno la creación de una administradora de fondos para el retiro (Afore), y refutan de paso a la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar): en México sobran los sectores que requieren inversión y ofrecen rendimientos atractivos.
Ejemplos de esto, señalan representantes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), del Sindicato Mexicano de Electricistas y de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), son la explotación de gas natural, refinación de gasolinas, construcción de carreteras y de viviendas.
Aun el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Alfredo Elías Ayub, reconoció el 10 de noviembre que la paraestatal analiza la posibilidad de financiar sus proyectos de expansión con recursos de las Afore.
«Queremos inyectar capital de las Afore a la CFE, como capital y no como deuda. Todo mundo está consciente de que tenemos que dar ese paso en esta reforma. Es un paso con el que todos los partidos están de acuerdo», expresó.
La ley prohíbe por ahora que las Afore inviertan el ahorro de los trabajadores en proyectos de las paraestatales (sólo en títulos de deuda del gobierno mexicano y de grandes empresas), aunque en 2005 podrán colocar hasta 15 por ciento de estos recursos (80 mil millones de pesos) en instrumentos de riesgo en las bolsas del mundo. Ahí comienza la preocupación obrera.
La UNT del bloque sindical independiente considera que el régimen de Afore es un «atraco» para el sector obrero y un «negocio redondo» para los bancos. Las tres organizaciones sindicales coinciden en que en los siete años de vigencia de este sistema, las Afore han ganado, sólo por comisiones, casi 50 mil millones de pesos, «sin levantarse del escritorio», ironizan.
La cuestión hoy, indica el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), grupo defensor de los derechos laborales como derechos humanos, es el riesgo de que los trabajadores pierdan sus ahorros ante una eventual crisis económica mundial o que no obtengan los rendimientos esperados.
Por qué la desconfianza
El temor es justificado. En Chile, pionero en América Latina en la inversión de fondos para el retiro en los mercados mundiales, se descubrió este año que una «falla fiscal» ha impedido a 7 millones de trabajadores («socios») cobrar 594 millones de dólares en utilidades en los últimos 19 años.
La Federación Internacional de Fondos de Pensiones (FIAP) denunció que una doble tributación previno que los trabajadores recibieran tan sólo este año 67 millones de dólares. La «injusticia fiscal» radica en que los trabajadores pagan impuestos como contribuyentes y como socios de las empresas a las que financian.
En Argentina, la alta concentración de los fondos de pensiones en títulos de deuda del gobierno (80 por ciento) generó un incumplimiento del pago a jubilados tras la crisis de 2001. Hoy, 20 por ciento de la deuda incumplida por el gobierno de ese país pertenece a los sistemas de pensiones.
En Colombia, las administradoras sencillamente han ignorado la ley y han excedido los topes de inversión interna y externa. El gobierno busca que los recursos se inviertan en deuda pública, instituciones financieras, entidades cooperativas y títulos del banco central.
En Japón, la confianza de los trabajadores en los sistemas de ahorro de desplomó en siete años. En 1997, más de la mitad de los nipones desconfiaba del sistema y en 2004 la cifra creció a casi 75 por ciento, indicó un reciente sondeo del diario Yomiuri Shimbun.
Nueva Afore
El líder de la FSTSE, Joel Ayala, informó que ya ha entablado conversaciones con el titular de Hacienda, Francisco Gil, para conformar una Afore con los ahorros de 2 millones de burócratas.
Los recursos podrían invertirse en la explotación de gas, refinación de gasolinas y construcción de carreteras y vivienda. Representarían «un monto económico importante» para solucionar el déficit financiero del ISSSTE, que este año cerrará en 25 mil millones de pesos, aseguró.
El objetivo es que estas «áreas estratégicas» reciban los recursos directamente del Estado, evitando la mediación de las Afore privadas, ya que se trata de recursos de los servidores públicos.
El Cereal alerta, sin embargo, que este modelo (sistema de cuentas individuales) ya fue aplicado en el IMSS y que sus resultados no fueron óptimos. Recuerda que esta transformación en el sistema de pensiones no ayudó a aliviar la actual situación financiera del instituto, lo que motivó la reforma de agosto pasado.
Aunque sin vínculo visible, la propuesta de la FSTSE se inserta en el Modelo Nacional de Seguridad Social, impulsado por la UNT, que busca garantizar «el pago puntual de las jubilaciones y pensiones» e impulsar las actividades productivas del país, como ocurre en otras naciones.
El gobierno de Sudcorea anunció recientemente que invertirá los fondos de pensiones y todos los recursos ajenos a su presupuesto de corporaciones estatales, sector privado y fondos extranjeros en la construcción de colegios, clínicas y viviendas. El objetivo es lograr el crecimiento de 5 por ciento fijado para este año e incentivar la economía interna.
Perú anunció en octubre que las administradoras de pensiones invertirán 118 millones de dólares en 2005 en infraestructura carretera. En este país las restricciones para invertir en el extranjero obligaron a las administradoras a invertir dentro del país.
En México, el presidente Vicente Fox afirmó el mes pasado que 40 por ciento del ahorro de los trabajadores (de un total de 500 mil millones de pesos, 11 por ciento del PIB) se ha utilizado en proyectos productivos. En la Consar no existe tal desglose, pero se precisa que más de 80 por ciento de estos recursos se utiliza para financiar deuda del gobierno.
Guillermo Arthur, presidente de la FIAP, confirma que «México está demasiado empantanado en títulos públicos, lo que hace menos eficiente y menos segura la gestión del ahorro».
El Cereal considera que, en general, el sistema de ahorro para el retiro merma los recursos de los trabajadores con las altas comisiones por el manejo de cuentas, lo que se acentúa en 42 por ciento de los trabajadores que gana menos de dos salarios mínimos.