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Que se vayan todos menos uno

Fuentes: Rebelión

Tiene que ser ejemplarizante la condena a los ladrones del Central Azucarero de Barinas, porque no es posible si en verdad vivimos un proceso revolucionario, que sigan proliferando robos, injusticias, traiciones, corrupción, en las altas esferas y delegaciones del gobierno. No por incapacidad gerencial sino por profunda debilidad y voracidad heredada, de ciertos adictos al […]

Tiene que ser ejemplarizante la condena a los ladrones del Central Azucarero de Barinas, porque no es posible si en verdad vivimos un proceso revolucionario, que sigan proliferando robos, injusticias, traiciones, corrupción, en las altas esferas y delegaciones del gobierno. No por incapacidad gerencial sino por profunda debilidad y voracidad heredada, de ciertos adictos al robo, es que tienen lugar estos saqueos a nuestra Res-Pública tan cuantiosos como detestables, que recuerdan la piratería «tecnocrática» de la ¿superada? cuarta república.

¿Qué le pasa a la justicia, sus fiscales, sus jueces, sus tribunales; a la defensoría, contraloría, asamblea nacional…? ¿No se han dado cuenta todavía que no hay marcha atrás? ¿Qué hay un pueblo bolivariano que ha empezado a sentir con beneplácito los cambios? ¿Quién manda aquí mientras no haya -ojalá nunca más- otro secuestro magnicida?

Miren: si no hay respeto por la grandeza una y mil veces demostrada por nuestro comandante, con su probada, honesta, humana, revolucionaria acción y dedicación con alma y vida, los insípidos jojotos politiqueros y/o corruptos vengan de donde vengan, serán pasto seco de nuestra -no por mucho tiempo más- contenida llamarada. Y conste que lo haremos como sea, organizada o anárquicamente.

¿Organizada? como vamos, no podrá ser.

Veamos para tomar solo un elemento de los citados, que hoy especialmente viene al caso :

¿ qué está pasando con ustedes señores políticos legisladores?

Dígannos; ¿que pretenden hacer con nuestra constitucional función protagónica; con nuestra participación ciudadana? Si Chávez algún día no puede con ustedes, deben saber que nosotros -en tanto pueblo actuante- si podremos. Recordamos las palabras de Julio Marenales fundador del MLN-Tupamaros del Uruguay, quien ante nuestra pregunta de si creía que Chávez era un populista más en el gobierno, tal como titulaba El Nacional aquél día, respondió: » No; no lo creo, pero si eso fuera así algún día, lo que si sé, es que este pueblo ya entendió…ya hizo suyo su mensaje y ahora la avalancha revolucionaria puede pasarlo a él mismo incluso, por encima…»

Tienen que ayudar a abrir las vías hacia los Consejos Comunales sin temores… si no es así no va a ser posible que la gente pueda cumplir su función protagónica constitucional, al menos con la urgencia y el marco legal apropiado para la conformación de los Consejos Comunales. Una ley que está fuera de ese contexto, podría ser aprobada en las próximas horas por la Asamblea Nacional. Fuera de contexto -decimos- porque no se han elaborado previamente otras que son básicas para su funcionalidad, como una Ley de Participación Ciudadana que determine claramente la esencia de las Asambleas de Ciudadanos, que luego darán lugar a los Consejos Comunales; la Ley de Contraloría Social para definir el marco técnico-legal y administrativo de las tareas de control; la Ley de Transferencia de Recursos a los Consejos Comunales y Parroquiales, y conjuntamente, el procedimiento de instalación de las Salas Técnicas requeridas por los Consejos Locales de Planificación Pública. Salas Técnicas éstas, que recibirán las propuestas de los Consejos Comunales y Parroquiales para transformarlas en proyectos viables al agregarles los elementos técnico-administrativos necesarios para la conformación de las Contralorías Sociales.

Las contralorías no suelen ser del agrado en los ámbitos gubernamentales, cuando estos generan expectativas o posibilidades materiales de corrupción. Esta ha sido característica sobresaliente en los gobiernos burócratas y neoliberales de la 4ª república. Pero ese no es nuestro caso actual, al menos no debe serlo. Por eso no entendemos ciertas actitudes como ésta que estamos denunciando.

Pero lo que resulta más incomprensible para los que somos partidarios de echar a andar todos los controles y contralorías populares posibles, empezando desde los adentros de nuestras propias Instituciones de Gobierno, son las recientes Reformas promovidas desde la Asamblea Nacional, a las Leyes del FIDES y la LAEE en las que se elimina la distribución de recursos a los Consejos Parroquiales, desapareciendo la figura del Consejo Federal de Gobierno establecido en el Art. 185 de nuestra Constitución Bolivariana.

Intentamos alertar a nuestros parlamentarios; hay un pueblo dispuesto a asear cualquier campo de batalla; a ordenar y depurar las filas provenientes de tantas innecesarias e inoperantes «comandancias», con un propósito de hacer patria que hoy es impostergable: seguir a paso firme -no importa lo extenso que se presente el camino- junto a Hugo Chávez construyendo en revolución.