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Se cumple el centenario del reconocimiento con el Premio Nacional de Literatura a Marinero en tierra

Rafael Alberti: poeta en la calle y la bahía gaditana

Fuentes: Rebelión

En París, una de las ciudades a las que se exilió, tras la guerra española de 1936-1939, el poeta y miembro del PCE, Rafael Alberti, continuó escribiendo su libro de memorias: La arboleda perdida; Alberti nació en El Puerto de Santa María, en 1902, y falleció a los 96 años en este municipio gaditano; se tuvo que desplazar a Francia con su mujer, la también escritora de la Generación del 27, María Teresa León.

“He andado por las calles de París y vivido con el grande y humano Pablo Neruda, verdadero ángel para los españoles, en las orillas del Sena, 31, Quai de Horloge”, destacó en La arboleda perdida; asimismo Alberti y María Teresa León contactaron con Picasso, quien les recomendó para que hicieran traducciones en Radio París-Mondiale para el público de América Latina.

Durante la infancia y juventud, el poeta evoca cómo su familia priorizaba la educación religiosa (“en los principios más rígidos de la fe católica”); de hecho, sus padres, tíos y otros deudos otorgaban más relevancia a la salvación del alma que a una prueba general sobre los niveles de lectura/escritura.

El poemario Marinero en tierra fue publicado en 1924 por Biblioteca Nueva; un año después Alberti recibió el Premio Nacional de Poesía por esta obra; la página Web del Ministerio de Cultura español destaca que en el jurado participaron los escritores Antonio Machado; José Moreno Villa; Ramón Menéndez-Pidal; Gabriel Miró y Carlos Arniches.

El ministerio subraya otros datos sobre la biografía del poeta; se inició en la pintura y llegó a exponer en el Ateneo de Madrid, en 1922; acudió con frecuencia a la Residencia de Estudiantes de Madrid, en la que se relacionaron y –en algunos casos trabaron amistad- autores como Luis Buñuel, Federico García Lorca, Salvador Dalí, Jorge Guillén o Juan Ramón Jiménez.

El autor de los poemarios La amante (1926); El alba del alhelí (1927) o Sobre los ángeles (1929) empezó a militar en el Partido Comunista en 1934; durante la guerra española de 1936 se implicó en la defensa de la II República, además de ejercer como secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas en Defensa de la Cultura -constituida el 30 de julio de ese año, con sedes en Madrid y Valencia-, y en la que participaron María Teresa León; María Zambrano; Rosa Chacel; José Bergamín o Miguel Hernández.

Tras los inicios de su exilio en París, el creador gaditano se desplazó a Argentina, donde vivió hasta iniciada la década de 1960; fue entonces cuando pasó a establecerse en Roma; de esta etapa forman parte obras como Baladas y canciones del Paraná (1954); Abierto a todas horas (1964) o Roma, peligro para caminantes (1968).

Finalizada la dictadura franquista, Rafael Alberti regresó -en 1977- al estado español; y, en los comicios que se celebraron en junio, fue diputado electo del PCE (encabezaba la lista provincial de Cádiz), cargo del que dimitió pocos meses después.

Entre otras distinciones, recibió en 1965 el Premio Lenin de la Paz que otorgaba la Unión Soviética; y en 1983, el Premio Cervantes de Literatura en el estado español.

Reeditada por Cátedra en 1979, la Antología del Grupo Poético de 1927 incluye un apartado sobre Rafael Alberti; la selección del poeta, ensayista y traductor Vicente Gaos destaca algunos poemas de Marinero en tierra; por ejemplo: “El mar. La mar./El mar. ¡Sólo la mar!/¿Por qué me trajiste, padre,/ a la ciudad?/¿Por qué me desenterraste/del mar?”

O también: “Si mi voz muriera en tierra,/llevadla al nivel del mar/y dejadla en la ribera./Llevadla al nivel del mar/y nombradla capitana/de un blanco bajel de guerra.”

La Antología destaca asimismo el poema Malva-Luna-de-Yelo: “Brazos de mar, en cruz, sobre la helada/bandeja de la noche; senos fríos,/de donde surte, yerta, la alborada;/¡Oh piernas como dos celestes ríos,/Malva-luna-de-yelo, amortajada/bajo los mares de los ojos míos!”.

Gaos subraya cómo el Premio Nobel de Literatura en 1956, Juan Ramón Jiménez, hizo una loa de Marinero en Tierra (el Premio Nacional de Literatura fue concedido en 1925 ex aequo a Rafael Alberti y Gerardo Diego).

La Antología valora otros aspectos de su obra, como la fundación de la revista Octubre, durante la II República, junto a María Teresa León; además, “ha cultivado el teatro escribiendo una quincena de piezas dramáticas y farsas escénicas de carácter político; ha hecho una versión modernizada de la Numancia de Cervantes y, conjuntamente con su mujer, una adaptación cinematográfica de La dama duende de Calderón”.

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes selecciona otros cuatro poemas insertos en Marinero en tierra; entre estos, Sueño del marinero: “Yo, marinero en la ribera mía,/posada sobre un cano y dulce río/que da su brazo a un mar de Andalucía,/sueño en ser almirante de navío,/para partir el lomo de los mares/al sol ardiente y a la luna fría.”

Otra de las piezas poéticas –Elegía del niño marinero- está dedicada a Manuel Ruiz Castillo; Alberti comienza con las dos estrofas siguientes: “Marinerito delgado/,Luis Gonzaga de la mar,/¡qué fresco era tu pescado,/acabado de pescar!”.

Y “Te fuiste, marinerito,/en una noche lunada,/¡tan alegre, tan bonito,/cantando, a la mar salada!”.

La Fundación Rafael Alberti (Una casa abierta a la poesía) se constituyó en 1993; la cronología de la Fundación señala, entre otros hitos, 1917, que inaugura la etapa de juventud en su obra: se traslada a Madrid, cambia la inclinación (inicial) a la pintura por la poesía, empieza a conocer a otros autores de la Generación del 27 y su compromiso político. Otra fase de interés tiene lugar a partir de 1930: se casa con María Teresa León dos años después y “ambos viajarán por Europa y la Unión Soviética”.

El periódico Rebelion.org ha publicado diversos artículos sobre el ideario de Rafael Alberti, la obra y etapas literarias/vitales; como Rafael Alberti: los años romanos, del historiador y ensayista Higinio Polo (noviembre 2021, antes en El Viejo Topo): “En octubre de 1934 el poeta está en Moscú otra vez, donde llegan la noticias de la revolución de Asturias, mientras la policía del bienio negro allana su casa de Madrid, y decide dirigirse a Italia (…)”; unos años antes, los finales de la dictadura de Primo de Rivera, el poeta gaditano había tomado parte en las protestas contra el régimen.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.