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Comentarios del sociólogo James Petras

Rebelión en la granja

Fuentes: CX36 Radio Centenario

Revisado por Elisa Viteri

Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo estadounidense James Petras, desde su huerto en Binghamton, Nueva York, EE.UU.

Lunes 21 de febrero de 2011: «el factor más dinámico son los jóvenes desocupados, que suman más del 60% de la población. Se trata de una población demográficamente muy joven, sin empleo y que se encuentra con que las alternativas son: la emigración (salir a Europa) o la rebelión. Frente al panorama que hemos descrito, la mayoría durante muchos años optaron por salir; ahora, cuando salir se ha vuelto cada vez más difícil debido a las políticas migratorias de Europa y EE.UU., han optado por la rebelión».

Justamente en la presentación del espacio internacional estábamos hablando de lo complicadas que parecen las cosas por allá por Yemen, Libia, Marruecos y Somalia. Después tus comentarios sobre Egipto del lunes pasado, quería plantearte estos temas, aunque podemos hablar de otros que tú consideres.

Hay que analizar en profundidad, más allá de las manifestaciones, lo que está detrás de todo eso. Primero, debemos entender que el proceso marcha de forma desigual. Por ejemplo ahora en Egipto y en Túnez, que ya derrocaron a los dictadores en una primera fase, están entrando en la segunda, donde exigen una limpieza total del Estado y de los aparatos, así como la realización de pasos concretos hacia la democracia y no la simple sustitución de un régimen autocrático por otro. En Túnez, hoy día hay una gran manifestación exigiendo la renuncia del gobierno de transición. Mientras, en Yemen, Libia, Jordania, Argelia, Irán, Bahréin y Marruecos siguen en la primera fase de la transformación de sus gobiernos monárquicos, absolutistas y represores. Creo que entre los próximos gobiernos que van a verse afectados están Libia, Bahréin y Yemen, cuyos gobiernos están a punto de caer.

Ahora, ¿qué hay detrás de todas estas manifestaciones? En primera instancia, debemos hacer un breve análisis de sus economías.

La economía en estos países se concentran en uno y dos sectores, los cuales financian a los gobiernos. Estos son el petróleo y el turismo, sectores que no producen mucho empleo, principalmente entre la gran masa de jóvenes con educación universitaria y de postgrado. Segundo, la gran presencia de capital extranjero imposibilita la creación de una burguesía que podría crear pequeñas y medianas industrias, ya que, al ser países que dependen de las exportaciones, la burguesía no tiene cabida. Sólo caben las empresas del Estado, a su vez controlado por una oligarquía, y el capital extranjero. Además, la importación de mano de obra externa proveniente de India, Pakistán y otros países también bloquea la utilización de mano de obra local.

Por último, podemos hablar de cómo utilizan soldados extranjeros, mercenarios de Pakistán y otros países africanos, que no tienen ninguna relación con el pueblo.

Para proteger este sistema económico parasitario, se dedican a comprar armas por miles, por millones. En vez de invertir y diversificar la economía, estas oligarquías prefieren importar armas, formar ejércitos y policía para proteger esta economía no diversificada.

Ahora, esa economía crea una clase dominante cerrada, que no es realmente una clase, sino que se trata de clanes, rentistas e individuos que viven de las rentas y no tienen ninguna función económica productiva. Es una burguesía lumpen que gana dinero a partir del control del tesoro y que utiliza estos grandes ingresos concentrados para invertirlo en coches de lujo, docenas de casas, yates, prostitutas y también cuentas externas. Hay miles de millones en bancos extraterritoriales que, como decimos, es capital muerto, no ofrece ninguna posibilidad de que se cree ninguna clase media. Las pequeñas empresas que existen están totalmente bloqueadas por las importaciones, que dependen de la política estatal. Además, la clase media pública sufre la inflación y los altos costos de las mercancías que vienen del exterior.

El factor más dinámico son los jóvenes desocupados que suman más del 60 % de la población. Se trata de una población demográficamente muy joven, sin empleo y que se encuentran con que las alternativas son: la emigración (salir a Europa) o la rebelión. Frente al panorama que hemos descrito, la mayoría durante muchos años optaron por salir; ahora, cuando salir se ha vuelto cada vez más difícil debido a las políticas inmigratorias de Europa y EE.UU., han optado por la rebelión. En todo caso, muchos de ellos quieren quedarse en su país, por lo que constituyen la fuerza motor de toda esta movilización, ya que no ven ningún futuro en una economía oligárquica y exportadora de materias primas.

Tenemos esta mezcla de economía, estructura de clases y, frente a eso, la falta de una salida política. Como esta oligarquía es muy reducida, depende del ejército, las fuerzas represivas y como monarquías absolutistas y anacrónicas, no permiten opiniones que vayan en dirección a la modificación o el cambio de este sistema. Simplemente, son diferentes versiones de gobiernos autocráticos con una dinastía de familias que van desde el monarca o el dictador a su hijo y los otros parientes, que se sitúan alrededor del Gobierno.

Estos Estados dependen en gran medida de sectores muy atrasados, las tribus, para controlar a los sectores modernos. Sin embargo, actualmente la gran mayoría de las tribus y los sectores religiosos se están uniendo a las protestas. Este factor cuestiona a los regímenes, ya que la oligarquía depende de estos sectores tradicionales para controlar y reprimir a los sectores modernos de desocupados, la clase media y los trabajadores.

Y ahora como están perdiendo este eslabón, parece que todo se está cuestionando.

Quiero subrayar de nuevo que muchos de los soldados que trabajan para los regímenes de los países petroleros son mercenarios extranjeros, principalmente pakistaníes y africanos, que son utilizados como fuerza mercenaria.

Este proceso no puede terminar sin cambios porque las causas son estructurales. Pueden reprimirlo, otro quizá, pero a largo plazo, con estas consecuencias de gran alcance que perjudican a tantos sectores, lo único que buscan estos dictadores es abrir un diálogo para que poder frenar las movilizaciones en la calle. Sin embargo, estos diálogos no pueden ir muy lejos por las condiciones económicas de las que hemos hablado.

Casi todos estos países, si no todos, son países satélites del imperio.

Sí, ese es el factor que debemos subrayar. Cuando hablamos de economías de enclaves, debemos entender que esos enclaves son una forma de compartir el poder entre el capital imperial y las familias. Hay una articulación entre las elites imperialistas y las clases dominantes parasitarias. Lo mismo pasa con los militares: todos los regímenes de esta parte del mundo compran más de 180 mil millones de dólares en armas cada año. Sólo Arabia Saudí ha firmado contratos por 70 mil millones de dólares en armamento. Ese es precisamente el gran negocio del imperialismo en estas regiones, el cual tiene la doble función de abrir bases militares en estos países, como ya la tiene en Bahréin. Las fuerzas navales de EE.UU. tienen el control del gran puerto de Bahréin, así como en Arabia Saudí hay base militar estadounidense. Tenemos que entender que la venta de armas es el único sector industrial clave que creció un 7% el año pasado en Europa y EE.UU., frente al estancamiento de lo civil.

Finalmente, debemos entender que el control imperial allá es tanto político como militar y económico. Sin duda es una forma extraordinaria de imperialismo, porque no se trata simplemente de tener una base militar o de venderles armas o de tener un puerto naval, sino también el saber combinar eso con el control de los sectores económicos importantes y el mercado de venta.

Otro factor clave es que estos gobiernos colaboran con Israel, trabajando bajo la batuta estadounidense en el apoyo de las agresiones de Israel, el país más influyente en la política interna de EE.UU. Sin embargo, la política israelí de apoyar dictadores y represores pro estadounidenses le ha causado enormes problemas a la Casa Blanca. Por un lado, los sionistas aquí presionan para que el gobierno siga apoyando a estos regímenes autocráticos, mientras por otro, los políticos profesionales dicen que mientras sigamos apoyando estos regímenes, que están cayendo, para servir a Israel, perdemos todos los medios para influir en los nuevos gobernantes que van surgiendo de estos movimientos. El dilema entre someterse a los sionistas apoyando a los gobiernos represores o buscar la forma de integrarse sustituyéndolos por un recambio más compatible con la situación del imperio es al que se está enfrentando el gobierno estadounidense en estos momentos.

¿Habrá veto contra el presupuesto del presidente Obama por parte del Senado?

El presupuesto está en una situación de total parálisis porque el gobierno está dividido. Por un lado, está el Congreso, controlado por los republicanos, que apuestan por aumentar los recortes de forma brutal y extensiva, lo que afectará a la seguridad social y a las pensiones, y por implementar los reajustes que hagan falta contra la subida de los precios. Obama no está en contra de eso, en principio, pero el ritmo de los cambios debe más lento, porque él mismo teme que, de implementar los planes republicanos en todo, vaya a perder un 50 % del electorado que lo votó. En ese caso, si no aprueban un nuevo financiamiento para la deuda y para el funcionamiento cotidiano del gobierno, no tienen dinero para pagar los millones de funcionarios. El gobierno terminará paralizado.

Eso puede crear una crisis mundial en el sistema financiero y una corrida del dólar porque, sin más activos y sin la aprobación de un presupuesto y financiamiento nuevo, dejaría de funcionar definitivamente. Por eso, las bolsas, los especuladores y los inversores están muy nerviosos, porque hasta ahora el gobierno sigue dividido entre los ultras y los conservadores moderados, y mientras tanto Obama no encuentra una solución. En este aspecto, vamos caminando hacia el abismo.

Quiero repetir que, si el gobierno no consigue financiamiento, sufrirá un parón y no habrá forma de continuar con las funciones diarias.

Un hecho realmente grave, ¿no? Sin duda alguna

Muy grave, y es algo que no ha aparecido en los grandes titulares todavía. Pero la fecha se está acercando. Sólo quedan unas 3 semanas hasta el 10 de Marzo, día en el que debe comenzar a funcionar el nuevo financiamiento y, de momento, no aparece en el horizonte ninguna posibilidad de acuerdo. Lo veremos con más atención cuando la fecha se vaya acercando.

Petras, muy buena la aclaración porque además seguramente muchísima gente en el mundo puede creer que lo que se está tratando es un tema doméstico, interno de los Estados Unidos, pero tú estás aclarando que la repercusión universal es muy grande

Sí, va a afectar a todos los mercados del mundo y podría provocar un crac en la economía mundial, porque las olas van a extenderse más allá de Wall Street, más allá de Washington y del país. Van a extenderse a todas las economías vinculadas financieramente con los Estados Unidos y eso es muy grave. Debemos seguir atentos sobre lo que puede pasar. Al mismo tiempo, hemos visto aquí una rebelión muy significativa en el estado de Wisconsin, donde ayer se movilizaron 100.000 empleados públicos, maestros, médicos y otros, en contra de un gobernador que quiere implementar la agenda de la derecha y eliminar las negociaciones colectivas de los sindicatos, reducir las pensiones y acabar con el financiamiento público de la salud.

Aquí vemos otro conflicto que va más allá del «Demócrata y Republicano». Por primera vez, el pueblo organizado, los sindicatos locales y los empleados públicos entran en una gran confrontación: la huelga y la protesta más grande que hemos visto en más de 50 años aquí. Una huelga general del sector público contra este gobernador que trata de eliminar efectivamente a los sectores sindicales. Hablé con un sindicalista que me dijo que esta lucha es hasta la muerte porque, si el gobernador consigue aprobar esta ley, va a eliminar efectivamente el funcionamiento de los sindicatos. Más allá de los recortes, es el sindicalismo representativo el que está en juego. Estamos en una situación donde la extrema derecha, controlando puestos importantes en el gobierno, ha provocado por primera vez un tipo de levantamiento popular que utiliza en algunos casos las consignas de Egipto: hablan de un levantamiento popular estilo de El Cairo.

Petras, hemos llegado al final. Todo muy novedoso, un buen análisis. Te felicito en nombre de la audiencia y nos encontramos el lunes

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