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La hipótesis del Financial Times es que se afianza el peligro de una recaída de la crisis

Recesión de «doble fondo»

Fuentes: IAR Noticias

La hipótesis coincidente que proyectan la mayoría de los medios y analistas del sistema es la del «crecimiento débil» (salida lenta de la recesión), con una recuperación leve de las variables económicas que no alcanzará para reactivar los dos pilares básicos del crecimiento económico mundial: El empleo y el consumo.

Los números oficiales, la proyección de los datos de la economía real, revelan un fenómeno contrapuesto: Hay señales leves, los países imperialistas centrales comienzan a salir suavemente del proceso recesivo, pero no hay datos ni señales que revelen una recuperación inmediata del empleo y de los niveles de consumo.

La economía global comienza a «tocar fondo» (salir de la desaceleración), después de pasar por la peor recesión y crisis financiera desde la Gran Depresión, señala el Financial Times, el otro gran vocero emblemático del sionismo financiero  angloestadounidense.

Para el diario, en el cuarto trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009, el ritmo de contracción de las economías más avanzadas era similar a la caída libre del PIB en los comienzos de la crisis de 1929.

Ante la actual situación -señala el Financial -, cabe plantearse tres cuestiones. ¿Cuándo terminará la recesión global? ¿Cómo será la recuperación económica? ¿Hay riesgos de que se produzca una recaída?

En cuanto a la primera pregunta, todo indicaría que la economía global tocará fondo en la segunda mitad de 2009. En muchos países desarrollados, (EEUU, Reino Unido, España, Italia y otros miembros de la zona euro) y en algunas economías emergentes (casi todas europeas)  «los brotes verdes siguen estando rodeados de malas hierbas».

En otras economías avanzadas, como Australia, Alemania, Francia y Japón, y en la mayor parte de mercados emergentes, como China, India, Brasil y otras zonas de Asia y América Latina, la recuperación ya ha comenzado a percibirse levemente, lo que es indicativo -según el diario- de que hay una salida suave de la desaceleración económica.

Como será la recuperación
 
Con respecto a como será la recuperación, el Financial dice que vendrá  en forma U (recesión larga y salida lenta), con crecimiento débil y por debajo de la media durante al menos un par de años.

Para el diario, en la hipótesis de una recuperación en forma de U, el empleo seguirá cayendo drásticamente en EEUU y en otros países: en las economías avanzadas, el índice de desempleo superará el 10% en 2010.

«Ésta es una mala noticia para la demanda y las pérdidas bancarias, pero también para los trabajadores cualificados, un factor fundamental para el crecimiento de la productividad laboral a largo plazo».

La salida en U se afianza por la contracción crediticia de los bancos, que  limita la capacidad de gastar de los hogares y de invertir de las empresas, los endeudados consumidores se enfrentan a la caída del precio de la vivienda y de los mercados de valores, de sus ingresos y del empleo.

El sistema financiero -continúa Financial Times-, a pesar de las medidas adoptadas, sigue estando sumamente deteriorado. «Las entidades bancarias tradicionales se enfrentan a unas pérdidas potenciales derivadas de préstamos y activos de billones de dólares, además de sufrir una grave falta de capitalización».

La baja rentabilidad, debido al alto endeudamiento y a los riesgos de impago, al bajo crecimiento y a las constantes presiones deflacionistas sobre los márgenes corporativos limitarán la disposición de las empresas a producir, contratar personal e invertir, señala el diario.

El endeudamiento del sector público a través del aumento de los grandes déficit fiscales amenaza con desplazar la recuperación del gasto del sector privado. Además, los efectos de los paquetes de estímulos, se dejarán de notar a principios del próximo año, lo que «aumenta la necesidad de un incremento de la demanda privada para sostener el crecimiento continuo».

La reducción de los desequilibrios globales implica que los déficit por cuenta corriente de las economías más pródigas como EEUU, reducirán los excedentes de países que tienden al exceso de ahorro, como China y otros mercados emergentes, Alemania y Japón. No obstante, si la demanda interna no crece a un ritmo suficientemente rápido en países excedentarios, la recuperación del crecimiento global será más débil.

La recesión de «doble fondo»

 
Según el Financial Times, este escenario de «crecimiento débil» aumenta el riesgo de que se produzca una recesión de doble fondo, en forma de W (alza temporal cuando la economía siente el impulso del estímulo fiscal que luego se desvanece).

Hay riesgos -señala- asociados a estrategias de salida de la relajación monetaria y fiscal: hagan lo que hagan la autoridades, saldrán mal paradas. Si se toman en serio los grandes déficit fiscales y aumentan los impuestos, recortan el gasto y acaban con el exceso de liquidez en poco tiempo, frenarán la recuperación, haciendo que la economía vuelva a un estado de estagflación (recesión más deflación).

Otro motivo para temer en una recesión de doble fondo es que «los precios del petróleo, la energía y la alimentación crecen ahora mismo por encima de los fundamentales económicos y podrían subir más, por la liquidez excesiva y la demanda especulativa. Los 145 dólares el barril registrados el año pasado afectaron seriamente a la economía mundial y, más en concreto, a la actividad comercial. La economía mundial no podría resistir otro golpe, si la especulación hace que el petróleo supere rápidamente los 100 dólares el barril».

En resumen, para el Financial Times lo probable es que la recuperación sea débil (recesión larga y salida lenta) y se sitúe por debajo de la media en las economías avanzadas, y hay un gran riesgo de que se produzca (cuando se desvanezca el efecto de los salvatajes de empresas y bancos por parte del Estado)  una recesión de doble fondo, o sea una recaída de la crisis impulsada por la falta de reactivación del crédito, el consumo y el empleo.

En líneas generales, la hipótesis del financiero angloestadounidense está en línea con la proyecciones que realizan los expertos y economistas alineados en una visión «pesimista» respecto de la salida de la crisis.

 La clave alfabética

Según una encuesta de The Wall Street Journal realizada a fines de abril  entre economistas, las posibilidades de una recuperación atraviesa un complicado escenario cuya salida está marcada por letras del alfabeto.

La letra «V», señala el tipo de recuperación rápida que suele llegar después de una profunda recesión.

La letra «U», marca una recesión más larga y una recuperación más lenta.

La letra «L», señala años de crecimiento lento y doloroso.

 En la  la «W», se produce un alza temporal cuando la economía siente el impulso del estímulo fiscal que luego se desvanece.

Finalmente está la «D» mayúscula, no por su forma sino por otra Gran Depresión.

¿ Qué letra del alfabeto marcará finalmente  el desenlace de la crisis?

Pese a que los reportes son complicados y detallados, su esencia es fácil de resumir.

Los optimistas creen que la recuperación tendrá forma de V. Los escépticos sostienen que se verá más como una W (alza temporal) , o incluso como una sucesión de letras W, concluye.

O sea que, en la visión los pesimistas, la recuperación es solo un espejismo transitorio que tiende a desvanecerse.

Hay que puntualizar que en Wall Street y en los principales centros financieros de Europa y EEUU se impone -en general, entre los expertos- la visión «pesimista» encabezada claramente por el Financial Times y el Wall Street Journal, que representan la tendencia masiva del pensamiento económico-financiero imperial.

Los que pagan la crisis

Pero, más allá de la visión de los analistas del sistema, la llamada  «salida de la crisis» tiene claramente dos lecturas paralelas:

Por un lado, los pulpos financieros de Wall Street y las bolsas mundiales, reciclan una nueva «burbuja» ganancial, no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino con fondos públicos (de los impuestos pagados por toda la sociedad), puestos compulsivamente al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista con la crisis.

Y por otro, mientras el proceso inflacionario-recesivo desatado desde las economías centrales (EEUU y Europa) ya genera hambre, pobreza y devaluación acentuada del poder adquisitivo de las mayorías a escala planetaria, un selecto grupo de mega-empresas y multimillonarios multiplican a escala sideral sus activos empresariales y sus fortunas personales.

Simultáneamente, la economía real del Imperio y de las potencias centrales colapsa en todas sus variables, y los sectores más desprotegidos ya sufren los «ajustes» mientras una crisis social, todavía de efectos imprevisibles, asoma de la mano de los despidos masivos en Europa y EEUU.

Está claro entonces que lo que es «crisis» para unos (los despedidos y los sectores más desprotegidos de la sociedad), resulta «burbuja ganancial» para otros (el capitalismo financiero que desató la crisis con la economía del apalancamiento especulativo).

Y también está claro que los  masa asalariada (mayoritaria y peor paga) y los pobres, son a su vez los mayores perjudicados por la utilización fraudulenta (estafa con el Estado capitalista) de fondos de impuestos públicos para salvar a empresas privadas, ya que no cuentan con los recursos (ahorros y medios capitalistas de supervivencia) de las clases altas o medias altas.

Y que serán esos mismos sectores quienes absorberán y cargarán
-nuevamente- sobre sus hombros todo ell peso de la nueva etapa de «ajustes» fiscales y despidos que se avecina con la «recaída» de la crisis, pronosticada por los propios voceros del poder económico sionista que desató el colapso recesivo con la especulación financiera.