Michel Temer sometió la recuperación de la economía de Brasil a la participación del sector privado y la disciplina fiscal del gobierno. «Al asumir el gobierno, recibimos un país con una deuda creciente y constatamos que el nivel de gasto que se consolidó en los últimos años es insostenible», sostuvo el presidente brasileño en referencia […]
Los sectores que se oponen a la propuesta de Temer sostienen que, de esa manera, el gasto público ya no tendrá un crecimiento real, lo que limitará la inversión en sectores sociales degradados que demandan mayores recursos, como la educación y la salud. La propuesta ya fue aprobada en la Cámara de Diputados, pasó a discusión en el Senado y generó una ola de protestas cuyo epicentro estuvo entre los movimientos estudiantiles, que ocuparon escuelas y universidades en contra de la iniciativa.
Temer se refirió indirectamente a esos movimientos y señaló que un punto fundamental en una democracia es el diálogo, para el cual, aseguró, es necesario apoyo y comprensión. A su vez, reiteró que el gobierno tiene la obligación de volver a contar con la confianza del sector privado, al que se comprometió a abrirle mayores espacios de inversión mediante la concesión de servicios y obras de infraestructura.
En respuesta a las críticas por un programa de privatizaciones que su gobierno analiza, afirmó que hay personas que quieren combatir el desempleo, que afecta a doce millones de personas, pero no quieren incentivar a la iniciativa privada.
Asimismo, el mandatario sostuvo que gobierno y sector privado deben trabajar juntos, pues solamente así «serán superados los dramas que hoy preocupan a todos los brasileños». En su opinión, si esa mayor participación de la empresa privada en la economía se concreta, para mediados del año próximo habrá una recuperación del empleo y ello incentivará la actividad económica.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-313756-2016-11-09.html