(1’39» / 391 Kb) – Después del receso del 2° Batallón de Construcción e Ingeniería del Ejército Brasileño, las obras del proyecto de desvío de las aguas del Río São Francisco recomenzaron. Los militares que trabajan en el proyecto desde junio de 2007, volvieron a los trabajos de topografía y construcción de un dique y […]
(1’39» / 391 Kb) – Después del receso del 2° Batallón de Construcción e Ingeniería del Ejército Brasileño, las obras del proyecto de desvío de las aguas del Río São Francisco recomenzaron.
Los militares que trabajan en el proyecto desde junio de 2007, volvieron a los trabajos de topografía y construcción de un dique y dos canales más de aproximación del río a las estaciones de bombeo del agua en la región de Cabrobó, Pernambuco, región nordeste brasileña. De acuerdo con el ejército, la tropa de 380 hombres también está presente en el municipio de Floresta, también en Pernambuco.
Un recurso del Tribunal Regional Federal de la 1ª región llegó a suspender las obras en diciembre, hasta que el Supremo Tribunal Federal decidió la continuidad del proyecto. En el mismo período, el obispo de Barra, Bahía, Luiz Flavio Cappio, intensificó la lucha de movimientos sociales contra la transposición e hizo una huelga de hambre que duró 26 días.
Los contrarios a la transposición alegan que el proyecto, en lugar de dar prioridad a la sed y al hambre del pueblo del semiárido, privilegia a los intereses del agronegocio. Serían beneficiados los empresarios de la fruticultura y del cultivo de camarón. Informaciones del propio gobierno federal apuntan que 70% de las aguas transpuestas serán destinadas a la irrigación, 26% para el uso urbano industrial, donde ya existe agua y sólo 4% para la población de las caatingas – vegetación característica de la región nordeste brasileña.