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Recompensas, sanciones y narrativa antidrogas: las múltiples caras del intervencionismo en Venezuela

Fuentes:

Estados Unidos profundiza su ofensiva contra Venezuela: no le bastan las sanciones económicas que desde hace años golpean al pueblo trabajador, ahora ofrece millones de dólares a quien proporcione “información” sobre Maduro. En realidad, se trata de incentivar abiertamente intervencionismos o golpes de Estado al servicio de sus intereses. Rechacemos con firmeza esta prepotencia imperialista.

El 7 de junio el gobierno estadounidense anunció que duplicará a 50 millones de dólares la recompensa que ofrece por información que conduzca a la detención de Nicolás Maduro. El anuncio fue realizado por la fiscal general, Pam Bondi, del Departamento de Justicia y ratificado por Marco Rubio del Departamento de Estado. En 2020, Donald Trump había fijado la cifra de 15 millones de dólares, en enero de este año, Joe Biden la incrementó a 25 millones. Esta medida forma parte de una política sostenida de sanciones económicas, presiones diplomáticas y políticas desestabilizador para favorecer su dominio político.

Bajo el argumento de «control del narcotráfico», en lo que menos ha mostrado interés, el gobierno de Estados Unidos utiliza este discurso como cobertura para su injerencia política en Venezuela. La recompensa es ofrecida por el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado. Según su comunicado, el departamento antidrogas estadounidense afirma que se ha incautado de treinta toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus asociados, utilizando estas acusaciones como parte de su ofensiva para justificar su política intervencionista.

Estados Unidos se arroga el “derecho” de ofrecer recompensas por información sobre el Presidente y otros altos funcionarios de un Estado soberano. Esa es la prepotencia de la “justicia” extraterritorial propia de una potencia mundial. Ofrecer millones de dólares por “información relacionada” con figuras absolutamente públicas, como las del Gobierno venezolano, se inscribe con su política de intervencionismo. El objetivo real es incentivar, ofreciendo millones de dólares, el golpismo con un mensaje dirigido centralmente a las Fuerzas Armadas, buscando quebrar la cadena de mando y abrir el camino a un cambio de régimen funcional a sus intereses.

El sector de la derecha venezolana, encabezado por María Corina Machado respalda abiertamente la política agresiva de Estados Unidos e incluso exige que se intensifiquen las sanciones contra Venezuela. Machado se ubica como una dirigente política trumpista nacional en sintonía con la derecha latinoamericana, representada por figuras como Javier Milei y Jair Bolsonaro. En el caso de Milei, se trata de un aliado central del sionismo en la región que respalda el genocidio en Palestina y sostiene la agenda imperialista en América Latina, un sionismo del cual se abandera también María Corina.

Estamos ante una política de injerencia y de agresión contra Venezuela, que debe ser categóricamente rechazada. Condenamos la prepotencia imperialista con la que Estados Unidos busca imponer sus propios fines políticos. Su llamada política de “máxima presión” está diseñada para infligir el mayor daño posible, como lo muestran las sanciones que han golpeado duramente al pueblo trabajador y, ahora, las “recompensas” que incentivan el golpismo. Oponerse a las políticas del imperialismo no implica en modo alguno avalar al gobierno de Maduro. Frente a su política, sólo los trabajadores y el pueblo venezolano son los llamados a ajustar cuentas con el mismo y no ninguna potencia imperialista ni una oposición derechista que actúa como su aliada.

Esta ofensiva forma parte de la estrategia integral de Washington hacia América Latina, que combina sanciones económicas, presiones diplomáticas, cooptación de gobiernos para asegurar su control sobre recursos estratégicos, mientras amenaza territorios clave con abundancia en recursos naturales y corredores geopolíticos, y hasta con operaciones militares como hemos visto en otros países. El caso venezolano se enmarca en una escalada.

Si no, veamos la intervención multinacional en Haití avalada por la ONU, el fortalecimiento de gobiernos autoritarios y represivos como el de Bukele y la subordinación de administraciones que, incluso bajo un discurso progresista, aplican medidas favorables a las corporaciones transnacionales y a la agenda de seguridad estadounidense. Se trata de una política dirigida a reafirmar el dominio imperial en un contexto de creciente disputa por la región, que exige una respuesta común de la clase trabajadora y los pueblos de América Latina contra toda forma de opresión y saqueo.

Milton D’León. Editor de La Izquierda Diario (Venezuela) y miembro del Consejo Editorial de la Revista Estrategia Internacional. Internacionalista, autor de múltiples artículos y ensayos sobre política, economía, luchas sociales y cultura de América Latina y el Caribe y otras regiones desde la teoría marxista. Actualmente reside en Venezuela. Caracas / @MiltonDLeon

Fuente: https://www.izquierdadiario.es/Recompensas-sanciones-y-narrativa-antidrogas-las-multiples-caras-del-intervencionismo-en-Venezuela-270018