La victoria del Presidente Lula ya en la primera vuelta electoral viene cargada de incertidumbres e interrogantes. ¿Cómo continuar? ¿Qué tipo de gobernabilidad será posible? Gran parte de las dudas se atribuye a la estupidez política y a la irracionalidad estratégica de los dirigentes del propio PT. Ciertamente, contando con la impunidad de sus compañeros […]
La victoria del Presidente Lula ya en la primera vuelta electoral viene cargada de incertidumbres e interrogantes. ¿Cómo continuar? ¿Qué tipo de gobernabilidad será posible? Gran parte de las dudas se atribuye a la estupidez política y a la irracionalidad estratégica de los dirigentes del propio PT. Ciertamente, contando con la impunidad de sus compañeros antes acusados de corrupción, llevaron adelante la misma estrategia inmoral. Este escándalo hace que el nuevo gobierno empiece carente de credibilidad y debilitado éticamente. Peor todavía, anima a la elite dominante -conservadora o neo-liberal – a rearticularse alrededor de sus intereses privados, económicos y sociales de espaldas al interés colectivo.
Tal hecho representa un retroceso en nuestra democracia que estaba dando grandes pasos en la línea republicana, es decir, en la dirección de las políticas públicas y de inclusión social de nuevos sujetos históricos antes mantenidos en la exclusión. Es notorio que nuestras elites políticas y económicas se sienten incómodas con un obrero en la presidencia. Ellas levaron a cabo la Independencia y proclamaron la República sin el pueblo y hasta contra el pueblo. Nunca cultivaron una relación orgánica con él. Al contrario, jamás lo reconocieron y admiraron, con excepción de su carnaval y su canción popular. **De resto, lo trató como a *Zé Ninguém, Palurdo Armadillo, zé povinho ignorante de los **grotões, manipulable políticamente. Que ahora alguien, proveniente de este «no-mundo» llegue al poder central equivale a la usurpación de un derecho de los dueños del poder. Harán todo para hacer inviable su gobierno y si pudieran, destituirlo. Lo que dijo el presidente del Partido del Frente Liberal (PFL): «No vamos a dejar al gobierno gobernar», revela una mentalidad anti-pueblo. Pues, fue el pueblo el que eligió a Lula para gobernar. Pero para él, el pueblo es sólo un detalle, no cuenta.
A pesar de estos percances algunos puntos merecen ser enfatizados.
En primer lugar es imperioso que el gobierno estreche lazos con su base real de sustentación que son los movimientos sociales organizados y las grandes mayorías, de las cuales cerca de cuarenta millones, fueron directamente beneficiadas por las políticas públicas. Ellas tienen consciencia de que Lula es uno de ellos. Votando por Lula harán un acto de confianza en sí mismas. No lo entregarán a la saña de los que quieren perjudicarlo. Ellas dicen: él es nuestro y de los nuestros.
En segundo lugar, importa profundizar las políticas sociales y suprimir la intención del proyecto macroeconómico de colonizar toda la política. Aquí cabe una revisión de la política económica para que realmente sea el soporte de las políticas públicas. Por los menos para que, el divorcio entre la macroeconomía y el proyecto político-social, en el marco del neoliberalismo global imperante, sea realmente disminuido.
En tercer lugar, se necesita de gestos simbólicos fundadores que confieran una marca histórica al gobierno Lula. Para mí son dos: una profunda reforma política que dificulte al máximo posible la corrupción, consolide los partidos ideológicos, posibilite el control social y relacione esencialmente la democracia con la justicia social. El segundo sería una reforma agraria como * paquete cerrado, amplia e integral que cree condiciones sociales y económicas de tal envergadura que incentiven a las personas a quedarse en el campo y estimulen a las de las periferias de las ciudades a que regresen a la tierra y en ella sean productivas.
Finalmente, el gobierno debe despertar a la relevancia estratégica de la cuestión ambiental, pues el país tiene mucho que colaborar para salvaguardar el sistema de la vida y del Planeta.
(Traducción ALAI)
– Leonardo Boff es Teólogo.
* Documento Relacionado:
La principal marca del Gobierno Lula es la ambigüedad (http://alainet.org/active/13571)