«… la vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa…» Albert Einstein Respetado Camarada: Usted, nosotros y nosotras, en Venezuela y en el mundo, conocemos nuestros derechos. Tenemos décadas enarbolando la dignidad del pueblo bolivariano, por ello recurrimos a Usted para […]
«… la vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa…»
Albert Einstein
Respetado Camarada:
Usted, nosotros y nosotras, en Venezuela y en el mundo, conocemos nuestros derechos. Tenemos décadas enarbolando la dignidad del pueblo bolivariano, por ello recurrimos a Usted para decirle: Si como Presidente, hoy máximo líder y exponente de nuestras causas libertarias en Venezuela, necesita saber algo más del caso de Julián Conrado para hacer justicia y tomar una decisión digna y justa, que se siga honrando su condición revolucionaria y humanitaria, en correspondencia con su habitual práctica bolivariana, con humildad le proponemos: antes de la primera audiencia pública en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y de su próxima reunión con su amigo Juan Manuel Santos, pensamos debe optar por una de las tres opciones más sencillas que tiene a la mano:
La primera es hablar directamente con su prisionero.
La segunda, hablar Usted con la Coordinadora «QUE NO CALLE EL CANTOR», FUNDALATIN y los abogados de Julián Conrado.
La tercera que su Ministro de Interior y Justicia (MIJ), Ministro de Defensa (MD), Fiscala General de la República (MP), Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y/o el presidente de la Asamblea Nacional, LE MUESTREN LA CORRESPONDENCIA DEBIDAMENTE RESPONDIDA por ellos a los defensores de Julián Conrado en la que se pide su Libertad, Asilo y/o Refugio Humanitario, que conforme a derecho debería existir.
Como no existe respuesta alguna de ellos, debería ordenar a los miembros del Poder Ejecutivo que les es pertinente que cumplan inmediatamente con la Ley y asuman su responsabilidad, a los otros Poderes del Estado; exhórtelos a ser fieles con su deber y también con la colaboración entre Poderes del Estado.
Es de hacer notar que en estos casos no sería plausible la máxima legal de aplicarles a las autoridades referidas el «silencio administrativo» por no respondernos como ciudadanos con el derecho de interpelarlos, lo que implicaría la aceptación de todo lo planteado por nosotros en diversos escritos, ya que entregado Julián, de nada serviría para la debida justicia. Puede solicitarnos copia de recibo en cada uno de sus despachos.
También les puede preguntar a los mismos funcionarios si han hecho algo para ofrecerle protección a la monja Eugenia Russian, presidenta de FUNDALATIN, quien ha recibido amenazas, junto a miembros de la Coordinadora, por asumir la defensa del cantor, al que le han asignado precio, por su cabeza en Colombia-EEUU, no sabemos en que «Bolsa de Valores» la «cotizaron», pero es bastante más que la suma ofrecida por la del líder libio Muamar el Gadafi.
Todo lo anterior, y lo que sigue, puede verlo también en más de cien portales de internet, las más destacadas: Kaos en la Red, Aporrea y Rebelión, aquí señaladas con sus link´s de hipervínculos en cada texto relacionado.
Si estas alternativas no le fuesen suficientes para decidir –antes de la audiencia referida del TSJ y de la reunión con Santos-, en justicia la suerte de un poeta cantor colombiano, compatriota y bolivariano-aliprimeriano, como le gusta llamarse él, le sugerimos respetuosamente lo siguiente:
Camarada Presidente, podría requerir al MD, o directamente a la Dirección General de Inteligencia Militar (DIM), que le explicase la participación de funcionarios policiales de inteligencia colombianos en nuestro territorio en el secuestro y posterior desaparición forzada, con detención ilegal de Julián, conjuntamente con militares y agentes venezolanos encapuchados, conforme a declaración legal del secuestrado-detenido que consta en uno de los expedientes; seguros estamos de que esta insólita circunstancia, violatoria de la soberanía nacional y de los DDHH, no le ha sido informada.
Según el «Acta Policial» del secuestro se realiza el día (04) de Junio de 2011(contradiciendo sus propias declaraciones Señor Presidente, las felicitaciones enviadas y alegría expresada por el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el comunicado oficial del Ministerio de Interior y Justicia de nuestra república, de los días 1 y 2 de junio); como consta en los tribunales que por fin han conocido del caso, los venezolanos que participaron en la «captura» sin identificarse son: un Coronel, un Capitán, tres Sargentos Mayores, uno Primero, los otros de Segunda y Tercera respectivamente, un Inspector Jefe (DGIM), tres Agentes I, II y III (DIGIM), siete funcionarios en total adscritos al MD por la parte venezolana, participaron en el secuestro según ellos, todos con sus respectivos nombres, que por razones obvias aquí omitimos, así como el nombre y cargo del General que les dio la orden.
Obviamente los colombianos no aparecen identificados (cantidad similar a la de sus pares venezolanos, identificados por sus «particulares maneras de expresarse» y quienes extrañamente le pedían «negociar» con Julián), ni los vehículos (también consta en autos), ni tampoco el «avión» que los trasladó, «con menor cantidad de funcionarios desde Guanare»; mientras colombianos discutían con los agentes venezolanos si el destino era Colombia o Maiquetía, Julián, vendado escuchó que era «pa´ Caracas, La Carlota».
Por otra parte, las autoridades policiales y militares, o los Ministros respectivos, podían explicarle Presidente, porque «el capturado» duro desde el 31 de mayo hasta el 05 de agosto incomunicado, ¡67 DIAS INCOMUNICADO E INDEFENSO!, sin abogado y lo más grave sin presentarlo ante las autoridades judiciales, ni fiscal alguno, para «legalizar su captura», de los cuales los primeros siete (7) días estuvo con los ojos vendados y amarrado de día y de noche, ¡168 HORAS PRESO, VENDADO Y AMARRADO DE PIES Y MANOS 7 DÍAS!, lo que llevo a Julián a pensar que lo tenían secuestrado «verdaderos paramilitares», pensando que a su esposa la habían matado (ella no aparece en el expediente, ni en el «Acta Policial» claramente forjada).
También puede pedirle al Señor Canciller que le muestre la nota diplomática del gobierno colombiano hecha en los lapsos legales, junto con los requerimientos obligantes de los tratados y/o de las leyes venezolanas donde solicite alguien, legalmente facultado, la extradición y soliciten la medida cautelar de privativa de libertad de Julián. Asimismo puede requerir al compatriota Canciller que le muestre la copia o el original donde él le envía esos documentos al MIJ para que este los envíe al TSJ para su revisión y control legal.
Luego de esos pasos, una vez que le comprueben que el gobierno de Colombia solicito la petición antes mencionada, entonces pregúntele a la Fiscalía General, donde estaban sus fiscales y fiscalas durante los primeros 66 días del secuestro-detención, en los que Julián no supo de su existencia en nuestra patria, y si procede que cuando por primera vez aparece un fiscal -el 5 de agosto-, el Ministerio Publico solicite a un Juez de Control, la medida cautelar de privación de libertad prevista en el art. 396 del Código Orgánico Procesal Penal (COPP) «…si la solicitud de extradición formulada por un gobierno extranjero…» existiera, y si es posible que sin cumplir con este prerrequisito de conocer quien lo requiere (Estado requirente) ante la Cancillería venezolana, como ocurrió, puede un fiscal de la República Bolivariana de Venezuela, hablar si quiera de extradición en justo derecho y apegado a ley en un juzgado, lo que es peor, que la Jueza 26 de Primera Instancia en Funciones de Control, Dra. Norma Ceiba Torres, «legalice» su arbitraria detención, a petición de la Fiscalía.
Pregúntele a la Presidenta del TSJ sobre los visos de legalidad en todo lo actuado y las responsabilidades legales que las múltiples violaciones cometidas acarrea, así como los responsables en cada una de ellas; y además que pasa con el Habeas Corpus, desde hace tiempo ahora de su competencia -si algún día así lo decide el TSJ-, interpuesto ante el juzgado Quinto de Control, quien lo acepto para darle curso y remitió al TSJ «para que decidiera la instancia competente», introducido desde el 11 de junio para la protección de los Derechos Fundamentales de Julián Conrado violados (Habeas Corpus, proceso legal breve brevísimo según los juristas por su naturaleza y esencia). Pregúntele a la Defensora del Pueblo si sabe quién es Julián Conrado, y si por casualidad está enterada de algo, que ha hecho, por lo menos en este caso, para honrar esa hermosa institución bolivariana que tanto nos ha costado antes y después de su constituyente de 1999.
Como nada de eso se hizo así, o lo que se hizo es ilegal, conforme manda la ley en Venezuela, nuestra Constitución y en los tratados libremente suscritos por la República Bolivariana de Venezuela, a Usted le será fácil deducir si a Julián se le violaron sus Derechos y su dignidad, y si se ha respetado la digna tradición humana del derecho al Asilo y/o Refugio, para reponer el Estado de Derecho infringido. Una vez sabido eso, pregunte Usted a sus cuerpos de inteligencia si saben o sospechan de quien o quienes están tras el pago de las recompensas ofrecidas por Colombia-EEUU, ellos los cobradores de las recompensas y los ofertantes de la paga son sus verdaderos enemigos en este caso.
Pregúntele a sus Ministros de Interior y Justicia, de la Defensa, de Relaciones Exteriores, miembros todos de la Comisión Nacional de Refugiados que ha pasado con la solicitud de Asilo y/o Refugio de Julián Conrado, hecha ante el Representante en Venezuela del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Mohamed Alwash, certificando por el Oficial de Protección, Daniel Ruíz, a través la copia original de un libro de Bolívar, en el que se vio obligado a escribir el poeta colombiano su solicitud de protección humanitaria de manera pública, desde su Carraca (prisión), en su condición de perseguido político, enviada a través de un soldado bolivariano -que los hay y muchos, como el de Turiamo-, que clandestinamente hizo llegar a la Coordinadora «QUE NO CALLE EL CANTOR» y a FUNDALATIN, para su posterior legalización.
Por último pregúntele a los médicos que lo han examinado si es posible que un hombre como él, en este caso el cantor del pueblo colombiano insurgente, requiere atención médica, reposo y refugio humanitario también por su precaria salud, habiendo tenido el poeta una tan particular y accidentada vida; un luchador social que desde 1973, siendo estudiante recibió una salvaje y brutal paliza que lo dejo inmovilizado durante semanas, con cicatrices visibles -luego de una manifestación en Cartagena, contra el golpe fascista en el Chile del compañero presidente Salvador Allende-; desde entonces sólo recibió culatazos, patadas, trompadas y garrotazos, con más detenciones.
Aparte del afectuosos cariño de su madre, familiares, compañeros y amigos, junto al reconocimiento, baile y sonrisas de su pueblo por sus canciones y su cantar; de ahí paso a ser trovador y combatiente en la guerra colombiana (lo que le refuerza su derecho de protección) que lleva más de sesenta años, en la que sufrió tres bombardeos (dos de ellos a metros de la explosión central, el otro, él que se hizo violando territorio ecuatoriano en Sucumbíos amenazando con extender la guerra interna colombiana de manera directa a sus vecinos, lo agarro a varias decenas de metros en el último puesto de vigía (en el campamento del comandante Raúl Reyes en conversaciones para el Intercambio Humanitario de Ingrid Betancourt con el gobierno francés), aunque también voló literalmente por los aires, pero a menos distancia), ha padecido decenas de ametrallamientos aéreos y en combate de infantería, más de 40 brotes de paludismos y cerca de 20 de leishmaniosis, dengues, hepatitis, reumatismo, picadas de culebra, plagas, problemas de próstata -como consta en «EL LIBRO DE CONTROL DE EVALUACIONES Y EXÁMENES MÉDICOS A LOS DETENIDOS CIVILES Y MILITARES» de la DIM-, dolores en la columna, músculos, de cabeza por hambre y sin ella, problemas auditivos que lo llevan a perder el equilibrio y a caer, fiebre recurrente en las noches, problemas en las rodillas, «estallidos descomunales dentro de mi (su) cabeza… ¡PUN!» -permanentes durante el sueño interrumpido no contó-, sol, lluvias, caminatas en «…marchas interminables cargados como mulas…». Pregúntele Usted compañero Presidente, a los galenos militares, como dice él que le contó a Usted por escrito, «… si no es posible que por lo menos su cuerpo esté ‘desbatao’…», con secuelas de guerra severas.
Nos gustaría tener la oportunidad, hermano Presidente, de verle a los ojos y decirle con profundo dolor, la vergüenza que tenemos dentro, en el alma, por tener preso en la Revolución Bolivariana a otro Alí Primera; el dolor que sentimos, si al Camarada Julián lo entregaran, sería como ver nuevamente, se le cortaran otro vez las manos a Víctor Jara, o como si se le atacara a punta de metralleta a Pablo Neruda, o como se fusilasen los sueños de Benjo Cruz («El cantor de Bolivia»).
Julián Conrado es el «Ali Primera colombiano» y así se le conoce desde hace años en nuestra Patria. No es un hecho oportunista ni aventurero hacer la comparación. Hoy se ha levantado la esperanza del refugio de Julián en cientos de artistas, trabajadores de la cultura en general e intelectuales orgánicos a nivel nacional e internacional, vinculados y adscritos muchos de ellos en la Coordinadora «QUE NO CALLE EL CANTOR».
El Caso de Julián Conrado, trasciende su condición física y humana. Es un hecho profundamente ético, moral y político. El costo que tendría en la solidaridad internacional seria gigantesco. Intelectuales de la talla de Itsvan Mezaros, James Petras, Noham Chomsky, Earle Herrera, José Vicente Rangel, Eleazar Díaz Rangel, Luis Britto Garcia han levantado su voz en defensa de Julián, entre muchos otros. Artistas como Iqui Qalam de Canadá, Lilia Vera, La Chiche Manaure, Sol Mussett, Sandino Primera, La Cantera, El Frente de Creadores Militantes, son algunos de los que «se han revelado» por la justicia y el refugio para Julián. Comunidades en las Islas Canaria acaban de realizar un acto de solidaridad con Julián, en plena frontera con Colombia en el Táchira, bien ya el de Barinas, Barquisimeto y siguen preparándose muchos más en el país y en el exterior.
Desde la Coordinadora «QUE NO CALLE EL CANTOR» y FUNDALATIN, junto a otros, hemos y estamos trabajando para contrarrestar los efectos negativos en la solidaridad con la revolución bolivariana de esos perniciosos precedentes, junto a su perenne difundido propósito internacionalista de paz con justicia.
A su edad Comandante, que es la de Julián también, en la selva colombiana, son más las bajas para los insurgentes de enfermos, o de viejos, que las del combate, y por supuesto, que las deserciones.
Para muchos por razones arto conocidas y denunciadas por Usted, con la guerra sicológica mediática contra los pueblos, es fácil ver el «terrorismo» en la insurgencia colombiana y hacerse los de la vista gorda con el terrorismo del Estado colombiano que sigue con sus «falsos positivos» y fosas comunes, con cámaras de gas incluidas, cientos de dirigentes sindicales, campesinos, indígenas, comunitarios y activistas por los DDHH siguen siendo asesinados, desplazados o expatriados en la hermana Colombia, alcanzando las políticas santanderianas de «Paz Democrática» records mundiales.
Le sugerimos revise uno de los últimos artículos de su representante para la defensa de Venezuela en el cumplimiento de los DDH, Germán Saltrón, «Hasta cuando guerra en Colombia».
A Julián le indilgan el «cargo» de «terrorista» y «narco traficante» en EEUU-Colombia, los mismos cargos que nos han indilgado a muchos, incluyéndolo a Usted, pero sus propios medios (RCN, Caracol Radio, El Tiempo, Globoterror, CNN, etc.) dicen que él es: «…Él cantante de las FARC», «Ideólogo del Secretariado», «Representante del secretariado de las FARC, en las mesa de ‘Diálogos para la Paz del Cagüan’ en el Área Temática de Juventud y Cultura».
Es decir es un «criminal» con el canto, las ideas y la paz. Mientras, el común contaminado o desinformado y el propio gobierno colombiano llaman y reconocen como «rebeldes» a los criminales mercenarios de EEUU/OTAN en Oriente Medio, porque «luchan contra el eje del mal», en el cual también lo meten a Usted. Comandante, esos «rebeldes» con los que los apoyan si son sus enemigos, si obedecen al eje del mal, para el florentino del pueblo bolivariano, y por supuesto también para nosotros los «terroristas».
Otros personajes, que en nada lo ayudan, tratan de justificar sus conductas o silencios cómplices por supuestas «razones de Estado» o de «Geopolítica». Los más inmorales, irresponsables y ramplones dicen: «Se trata de la cabeza de Chávez o la de Julián», irrespetándolo a Usted y a Julián como pasa con todos los adulantes, al asociar la fuete de vida de Ustedes y/o Julián a la condición de que muera su hermano, también los hay iguales pero «más estrategas»: «…
Es que la CELAC y Venezuela como ‘zona de paz’ está por encima de todos», enarbolando un falso dilema: «paz o principios con dignidad, o entrega»; o dicen: «… estamos amarraos, no tenemos alternativa»; o sencillamente se lamentan en voz baja: «… que vaina no…», «… que cagada chica…»; y los hay «despistados», «inocentes»: «… ¡veeerga panita, …no puede ser¡», olvidándose o traicionando así el compromiso bolivariano revolucionario y despreciando la reciente experiencia Libia entre muchas otras. Echando por la borda nuestro futuro, en el que es obligado vencer. Esa ignorancia o pragmatismo sin principios nos conducen, como mínimo, a la criminalidad del secuestro-detención, a extinguir o abolir el derecho de Asilo y/o Refugio Humanitario, que tanto ha costado en vidas y luchas a los pueblos libertarios del planeta.
Recuerde Comandante, al Profeta Isaías, al que poco le gusta citar a las cúpulas eclesiásticas, a la que también nos llama «terroristas».
«Reposará en la estepa la equidad, y la justicia morará en el vergel; el producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua. Y habitará mi pueblo en el albergue de paz, en moradas seguras y en posadas tranquilas» (Antiguo Testamento, Profecías de Isaías, Capítulo 32, versículos del 16 al 18)
Además Señor Presidente y Comandante, aparte de todo lo anterior, oiga o lea sus nuevas canciones desde la cárcel, Julián sigue componiendo y cantando para seguir amando, venciendo y viviendo en patria bolivariana, no en una cárcel, no en Colombia-EEUU donde pretenden que Usted lo envíe.
Haga que sea posible su lema de vida, «el propio de él mismo»: ¡Amando venceremos!
Tal vez los carceleros y médicos, seguro con buena voluntad la mayoría, no entienden lo de sus sufrimientos y dolencias, no le informan nada a Usted. «… Debe ser que por las cámaras que tienen para vigilar, me ven cantando; lo que pasa es que yo, como dijo Alí Primera… ‘cuando recibo palos y golpes, alzo la frente y canto’…», nos dijo en la visita.
De regalo a Usted Comandante, como cuando cumplió Julián 100 días de tormento, hoy a seis meses de calvario bolivariano, y ante de la audiencia de 24 en el TSJ, y de su reunión con Santos, le enviamos estas estrofas de una de sus nuevas canciones que nos cantó Julián, en una de las última visita, parida en su Carraca de Boleíta en el DIM:
Quiero decirle a Venezuela
que lo que teme mi corazón
no es propiamente la extradición
ni los candados ni las cadenas
es la triste mancha que a ti te queda
si es que toman esa decisión
Se enojaría Manuela y Simón
No la perdonaría Alí Primera
Dirá el Che Guevara con arrechera
¡Coño así no es la revolución!
Coro
Soñando un mundo mejor
soñando un mundo más bueno
descubro que el prisionero
es quien me tiene en prisión.
¡Amando venceremos!
Julián Conrado
Por la recuperación definitiva suya y la de Julián, hacia la cima y triunfo eterno para ser un «tilín» mejores, quedamos a la espera de justicia,
Tamanaco de la Torre
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