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España

Reformas estructurales y esclavitud obrera

Fuentes: Rebelión

Asistimos a un continuo bombardeo desde la política, los medios periodísticos y doctos economistas con grandes currículos académicos, que nos hablan de la necesidad de realizar reformas estructurales en nuestra economía. Todos estos medios entienden las reformas en varios aspectos: abaratar el despido en el  mercado laboral, abaratar los salarios, reformar los planes de jubilación, […]


Asistimos a un continuo bombardeo desde la política, los medios periodísticos y doctos economistas con grandes currículos académicos, que nos hablan de la necesidad de realizar reformas estructurales en nuestra economía.

Todos estos medios entienden las reformas en varios aspectos: abaratar el despido en el  mercado laboral, abaratar los salarios, reformar los planes de jubilación, reformas educativas, etc.

Resulta sorprendente que pidan esto y que no se enteraran de la crisis económica que han generado las políticas económicas por ellos elaboradas.   Son los mismos que permitieron los escándalos bancarios cuando proponían las desregulaciones financieras.   Los mismos que defendieron políticas fiscales favorecedoras de las clases ricas.   Callaron cuando eran conscientes de que sus políticas económicas estaban creando escandalosas desigualdades sociales.   No dijeron nada de los abusivos y usureros beneficios de sectores como el bancario, el inmobiliario, etc.   Su silencio fue estruendoso con los escándalos de las gratificaciones a los ejecutivos.

Son los mismos que divinizan al MERCADO y que siendo conscientes que el origen de la crisis está en los ricos, quieren hacer pagar el coste de ésta a los pobres.   Su único planteamiento es «privatizar los beneficios y socializar las pérdidas».

Con estos avales  nos presentan las recetas de siempre, más injusticia y peores condiciones de vida para una mayoría.

Veamos las reformas estructurales que nos proponen:

   Modificación del régimen de pensiones

Nos plantean retrasar la edad de jubilación  y el alargamiento del tiempo de cálculo de la pensión, para que ésta sea menor.   Es decir, nos plantean trabajar más tiempo para ganar menos.

¿Es ésta una salida para asegurar que cobraremos las pensiones?

NO, las pensiones se van a cobrar sin problemas en los próximos cincuenta años.   Esto lo van a entender muy bien.   El porcentaje del PIB que nuestro país dedicó en 2008 era del 8,8%, mientras que la media de la Unión Europea era del 12%.   Por ejemplo Italia dedicó el 15%, Austria el 14%, Alemania y Francia el 13%.

La media de edad de jubilación en España ronda los 63 años, una de las más altas de la Unión Europea.    La tasa media de trabajadores mayores de 55  años en España es 30 puntos inferiores a la media europea.   Aquellos que propugnan el alargamiento de la jubilación, son los mismos que practican las prejubilaciones para cambiarlos por otros con contratos laborales más baratos y en precario.   Son los mismos que castigan laboralmente a no trabajar a los parados mayores de 45 años ¿No es contradictorio?

¿Sirve la alternativa de las pensiones privadas que nos proponen?   Está claro que NO.   Lo plantean porque el gran beneficiario es la banca.   En España existen fondos de pensiones desde hace 17 años, pero han tenido una rentabilidad media inferior a la inflación en un 66%, lo que hace que se haya perdido dinero.   Sirva este dato, en los países  de la zona de la OCDE la pérdida  real de las pensiones en los diez primeros meses de 2008 superaban el 20% de su valor.   Si nos vamos a experiencias como en Chile, vemos que las pensiones privadas son una ruina para el que las suscriben pero un gran negocio para los bancos.

Sólo queda defender las pensiones públicas porque si seguimos un estudio de la propia Unión Europea sobre el gasto público en pensiones, prevén un aumento desde el 8,8% del PIB de 2008 al 15,1% en el año 2060, casi al nivel actual de Italia y vemos que este país no se hunde.

Si llegado el caso las cotizaciones sociales no fueran suficientes en el años 2060, el Estado podría financiar con impuestos como se hace en  muchos países europeos, con lo cual el que sean viables o no, no es una cuestión económica sino una decisión política.

Dejen de meter un miedo infundado, defendamos con uñas y dientes las pensiones públicas sin alargar la edad de jubilación y sin modificar su cuantificación.

   La reforma del mercado laboral

Las cifras de aumento del desempleo en nuestro país resultan alarmantes.   La destrucción masiva de puestos de trabajo en España, a diferencia del resto de la Unión Europea, se produce por un ajuste abusivo, vía finalización de contratos temporales o despidos improcedentes, y no sólo por las debilidades de nuestro modelo productivo.

El problema de la temporalidad que, aún con cuatro millones largos de parados, representa el 25% de la población asalariada, muy por encima de la media de la Unión Europea que ronda el 10%.

Del millón y medio de parados nuevos que tenemos en el último año, más de un millón  cien mil de estos tenían contratos temporales, unos 334.000 son trabajadores autónomos y 74.000 son trabajadores despedidos con contratos indefinidos.   Está claro que la flexibilidad está en los trabajadores temporales y autónomos, cuyo coste de extinción del contrato es mínimo.

 ¿Por qué quieren los empresarios despidos más baratos?   Cuando desde el mundo empresarial hablan de rigidez y de falta de racionalidad del mercado laboral están mintiendo, no será porque no les es suficientemente favorable dicho mercado laboral, como se está demostrando.   Hay que solicitarles que dejen de buscar nuevas ventajas a costa de los derechos de los trabajadores.

¿Hace falta una reforma laboral? Es evidente que SI, pero no en el sentido que plantean los empresarios, la derecha política y económica, sino en otro sentido.

Nuestro mercado laboral presenta una dualidad injusta.  Es hora, que nuestro empresariado entienda el valor que tiene el capital humano, lo mime y cuide, siendo la única forma que mejoren los índices de productividad tan necesarios en nuestro sistema económico.   Dos son las medidas necesarias e imprescindibles.

La primera es prohibir los contratos temporales y precarios, permitirlos exclusivamente para aquellas actividades que son realmente temporales.

La segunda es prohibir el despido libre.   En Italia, Francia, Alemania o Suecia, que son una referencia  por su mercado laboral, el despido no es libre, ya que está altamente protegido a través de la participación de los sindicatos y del poder judicial.

Estas dos medidas son imprescindibles para empezar a hablar del mercado laboral.   Medidas bien diferentes que las que proponen el Partido Popular y los empresarios contra los trabajadores.

  La educación

El capital humano es un factor clave para el crecimiento de la productividad y es uno de los elementos de nuestra falta de competitividad.   Mientras que los empresarios no entiendan esto y sólo se planteen como abaratar este componente humano, mal vamos.   A estas alturas parece obvio que la mejora del sistema educativo   es imprescindible para nuestro país.   Algunos llevamos años reclamando en el desierto, más y mejor educación, sin embargo la respuesta que hemos recibido es el desprecio y la indiferencia.

Los últimos informes educativos publicados por PISA, OCDE….., señala que nuestra situación educativa es grave en todas las etapas educativas.   La educación carece de la financiación necesaria, unido todo ello a una mala planificación y desarrollo de las etapas educativas, con unos programas fuera de la realidad y con unos objetivos difusos y poco claros.    Cada partido ha hecho su ley educativa y así nos va

Es más necesario que nunca un pacto por la educación, pero esto es difícil de realizar porque lo que nos plantean los medios de comunicación, derecha política y empresarial es difícil de compaginar con lo que mucha gente creemos que debe ser una educación  de calidad para el futuro

Para los neoliberales, el principal factor causante de la mala educación radica en la mala organización del sistema, en la falta de responsabilidad de los agentes que intervienen en la educación (centros, profesorado, alumnado y familias), en la no organización de un sistema público de educación donde exista un mercado regulado y competitivo de la educación entre centros públicos y privados, con libertad de elección de centros y donde el dinero público siga al estudiante.

Para los neoliberales la educación universitaria no es un bien público sino que es un bien preferente.  La reforma de la financiación universitaria deberá basarse en que todo el mundo pague el coste real de su educación.

Como entenderán con estas premisas neoliberales es difícil pactar, cuando el único interés que tienen es que el dinero público se dedique a la educación privada de elite, y todo su problema educativo se reduce a la educación para la ciudadanía y las clases de religión

El futuro pasa por asegurar una financiación acorde con los parámetros de la Unión Europea, debe mejorarse ostensiblemente la Formación Profesional y una mejor estructuración de las etapas educativas y sus programas, realizar una reforma universitaria que nos acerque a Europa, como titulaciones, Erasmus, etc, pero no el sistema privatizador que nos quiere imponer Bolonia

   Las rebajas salariales

Estamos asistiendo a una ofensiva contra los salarios de los trabajadores, a los cuales pretenden hacer pagar la crisis que ellos no generaron.   La situación de muchos trabajadores es difícil cuando se les plantea la dualidad de ganar menos para asegurar el puesto de trabajo

La situación actual con continuas rebajas salariales, nos van a conducir a situaciones de casi esclavitud.   Podemos afirmar que la bajada de los salarios es síntoma de una economía enferma.   Y es un síntoma que puede hacer que la enfermedad de la economía empeore aún más.   La bajada salarial llevada a cabo en Japón (1997-2003), les ha ocasionando diez años de deflacción y de estancamiento económico.

¿La bajada salarial puede favorecer la salida de la crisis económica?   La respuesta es clara, NO.    Los salarios no están en el origen de la crisis, ni su bajada son su solución.   Lo único que sirve es para que el empresario gane más y la economía del país se estanque.

Si seguimos el  informe de IESE publicado en 2008, nos dice que el salario medio de España en comparación con el salario medio europeo (UE-25) es un 34% inferior.    El incremento del salario medio español entre 2002 al 2006 fue del 1,3%, mientras que el incremento medio salarial en Europa en ese mismo periodo de tiempo fue del 3,9%.

Cuando la situación económica era boyante no se debían subir los sueldos para que esta etapa se alargara.   Cuando la situación va mal se despide y se bajan los salarios.   Cabe preguntarse ¿Hay algún periodo de prosperidad para los asalariados?   La respuesta es NO.

El salario medio bruto anual a tiempo completo en la industria y en los servicios en España era en 2006 de 22.667 euros, muy por debajo de los de Francia, 29.224 euros, Alemania 41.038 euros, etc.     La media de la Europa del euro es de 33.000 euros y la de la Europa de los 27, está en 31.300 euros.   Está claro, que la crisis económica que padecemos no está en los salarios.

Para que veamos como ha afectado a los trabajadores las políticas de moderación salarial en época de bonanzas, un dato muy esclarecedor, en el año 2000 las rentas salariales representaban el 49,4% del PIB, a mediados del año 2008, es del 47,4% del PIB y eso que se han añadido más de cuatro millones de trabajadores.   Sin embargo, ha crecido el beneficio empresarial en ese periodo ha pasado del 40,5% al 43,7%.

El gran problema que tenemos en nuestro país es que la clase empresarial es muy deficiente, donde sólo se busca las subvenciones, el cambalache, la presión, la corrupción etc.    La mayoría de la clase empresarial ha abandonado los principios éticos y sociales que tiene la labor empresarial, por la búsqueda del dinero rápido y como sea.   Lo fundamental es el dinero, no importando las personas.   Sólo hace falta ver la trayectoria del presidente de la CEOE y las cosas que dice.

Evidentemente el país necesita reformas estructurales, pero no son las que nos dicen los que crearon la crisis, sino otras.    Es fundamental la educación y el I+D+I, las regulaciones financieras, acabar con los paraísos fiscales,  combatir la economía sumergida que alcanza al 25% del sistema productivo, la defraudación fiscal que ronda el 20% y sobre todo la vuelta de empresarios serios, dando a su función un contenido ético y social.

Denunciamos a estos tramposos del neoliberalismo, CEOE, Partido Popular, amplios sectores del PSOE, los Almunia, Fernández Ordóñez etc, y aquellos llamados técnicos que siempre defienden lo mismo y callan como muertos ante las injusticias.

Más que nunca, estemos atentos y peleemos por mejorar nuestra situación.   Está claro, que nos quieren hacer pagar su crisis.  ¿Lo conseguirán?   De todos nosotros depende.