La fundación Ford fue históricamente una cobertura de la CIA, pero en las últimas décadas, al salir a la luz esas relaciones, desarrolló un nuevo método de injerencia. La Fundación promueve un modelo estadounidense tan hegemónico como el que más, pero con un barniz menos unilateral y agresivo que la diplomacia de los neoconservadores hoy […]
La fundación Ford fue históricamente una cobertura de la CIA, pero en las últimas décadas, al salir a la luz esas relaciones, desarrolló un nuevo método de injerencia.
La Fundación promueve un modelo estadounidense tan hegemónico como el que más, pero con un barniz menos unilateral y agresivo que la diplomacia de los neoconservadores hoy en el poder, tratando de formar a los futuros dirigentes del mundo y garantizar que los que se opongan a esa hegemonía no lleven su retórica más allá de los epítetos de campaña.
Promueve medios alternativos y de izquierda que no son en absoluto complacientes en el tratamiento de la vida política estadounidense. Sin embargo, raramente publican artículos sobre el papel de las fundaciones, ONGs y Agencias financiadas por el departamento de estado de EEUU o algún sucedáneo ni sobre las sospechas de auto-atentado en los hechos del 11 de septiembre de 2001.
Recientemente se difundió que el gobierno venezolano expulsó a los representantes de una ONG con sede en EEUU llamada Human Right Wacht. La razón fue una nueva operación, similar a las que viene montando dos meses antes de cada elección, desde medios opositores. Globovisión fue el vehículo elegido en la ocasión.
«Uno de los propósitos de este informe es que no queremos que el modelo chavista se expanda por América Latina», confesó el expulsado José Miguel Vivanco, director de Human Right Watch, en una entrevista publicada el domingo 21 de septiembre por el diario El Mercurio, de Chile.
Miembros de la Asociación Americana de Juristas, Maximiliano Márquez, Carlos Chacón y Ernesto Amezquita, manifestaron que en la próxima reunión del Congreso de Juristas Latinoamericanos a realizarse en Buenos Aires, llevarán la denuncia acerca de que la organización Human Rigth Wacht es, en realidad, una trasnacional que trafica con los derechos humanos y que funciona como una empresa que es contratada por particulares para elaborar informes sobre derechos humanos en contra de gobiernos latinoamericanos que no están en la línea política de Estados Unidos.
Sobre la expulsión de Human Rigth Wacht el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), que preside el periodista Horacio Verbitzky, tituló: «Organizaciones de derechos humanos de la región repudiaron la expulsión de miembros de Human Rights Watch de Venezuela».
La Fundación Ford , en su página oficial, declara haber contribuido en los últimos años a la financiación del CELS, señalando que el aporte correspondiente al año 2007 -el ultimo publicado- fue de 300 mil dólares.
La estrategia de la Fundación Ford del «regalo envenenado» a organizaciones de izquierda o progresistas tiende, en definintiva, a facilitar el triunfo del menos radical sobre el que más molesta.
El delegado regional de Human Right Wacht es el mismo Verbitzky, quién no oculta su afinidad con el actual gobierno, pero no ocurre lo mismo respecto de la relación amistosa de éste con el proceso encabezado por Hugo Chavez, a quién llama «el teniente coronel», blasón que en el contexto argentino actual no equivale precisamente a un elogio.
El domingo14 de septiembre, en su columna de Pagina12 publicó:
«Sus diatribas y denuncias (sobre la masacre de Pando) coincidieron en forma exacta con la difusión de las audiencias en Miami en el juicio contra el rico empresario petrolero venezolano Franklin Durán». «Chávez dijo también que había detectado un complot para asesinarlo del que hasta ahora no ha allegado más pruebas que una grabación …. La televisión opositora reprodujo el mismo video y señaló -prosigue Verbitsky- que su fecha impresa decía 2005.»
De un solo golpe, ignorando la profusión de pruebas y sólo con la información de una cadena de televisión (otra vez «Globovisión») que conspira abiertamente contra Chavez, desmintió la existencia de un plan de asesinato y legitimó la actuación de tribunales colonizados por las mafias anticastristas de Miami (los mismos que mantienen secuestrados a los cinco antiterroristas cubanos sin que HRW haya tomado nota).
La cadena Globovisión es socia de nuestra conocida SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) otra entidad conducida desde y por EEUU. Lo extraño es que Pagina12 también lo sea. Los colaboradores prestigiosos y honestos de ese diario deberían decir algo al respecto.
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(1) Los datos históricos de la Fundación Ford corresponden a la investigación realizada por la Red Voltarie publicada por la UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) titulada «La Fundación Ford: fachada filantrópica de la CIA»