1. La nueva edición del libro I del Capital que he coordinado para las «Opere Complete di Marx ed Engels» (vol. XXXI, Napoli, La città del sole, 1600 páginas) pretende mostrar al lector el estado de la cuestión tras las significativas novedades surgidas durante la publicación de la nueva edición histórico-crítica, la segunda Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA […]
1. La nueva edición del libro I del Capital que he coordinado para las «Opere Complete di Marx ed Engels» (vol. XXXI, Napoli, La città del sole, 1600 páginas) pretende mostrar al lector el estado de la cuestión tras las significativas novedades surgidas durante la publicación de la nueva edición histórico-crítica, la segunda Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA 2 ) , monumental proyecto de 114 volúmenes en proceso de realización desde hace cuarenta años y lejos de finalizarse [1] .
La circulación de las obras de Marx ha sido escasa en las últimas décadas; recientemente ha sido reemprendida su publicación, aspecto sin duda positivo. Sin embargo, en casi todos los casos, simplemente se han vuelto a publicar los textos clásicos o se los ha reeditado en base a las ediciones tradicionales. Por el contrario, la gran novedad de la MEGA consiste, esencialmente, en haber mostrado que muchas de las obras más significativas de Marx diferían de las lecturas históricamente realizadas. De manera que no son, tan solo, las interpretaciones de Marx y Engels las que hay que revisar, sino las mismas fuentes textuales sobre las que las interpretaciones se han realizado o pueden realizarse. La nueva edición del primer libro del Capital parte, por primera vez en el mundo occidental, de esta premisa.
Es sabido que Marx no publicó personalmente el segundo y tercer volúmenes; lo hizo Engels después de su muerte, en 1885 y 1894 respectivamente. Para el segundo, Engels disponía de 8 manuscritos redactados desde 1865 a finales de 1870, a niveles bastante dispares de finalización, en cualquier caso ninguno listo para la imprenta. [2] Para el tercero tenía sustancialmente un gran manuscrito de 1864/5 y pocas reelaboraciones posteriores de escasa relevancia [3] . El tercer libro, si bien apareció el último, es, en realidad, poco más que un borrador; la situación es algo mejor para el segundo, aunque, también para este, no exista en absoluto una versión definitiva. El primer libro es aparentemente el más acabado, por cuanto el mismo Marx envió a la imprenta dos ediciones alemanas – 1867 y 1872/3 – y una francesa – 1872/5 -, todas con muchísimos cambios. Aun así, tampoco disponemos de una versión definitiva del primero ya que la última aparecida, la francesa, es considerad por Marx mejor en cuanto al contenido pero decididamente insuficiente a nivel lingüístico [4] . En 1883, año de la muerte de Marx, Engels envió a la imprenta la tercera edición alemana, en la que Marx no participó en primera persona; había dejado apuntes y notas al margen en las ediciones precedentes, pero será Engels quien siga y no siga sus indicaciones [5] . Esto ha ocasionado situaciones paradójicas, por ejemplo respecto a la división en capítulos y secciones, con lo que quien sigue las ediciones francesa e inglesa tiene una división y quien sigue la edición alemana y las traducciones basadas en ella, tiene otra división. Resumiendo: para comprender a Marx no se puede prescindir de la compleja estratificación del texto, que, en el caso de la teoría del capital, consiste en 15 volúmenes en 24 tomos, es decir, toda la segunda sección de la MEGA.
2. La presente edición tiene por objeto presentar al lector italiano todos los textos por nosotros conocidos que Marx escribió con la intención explícita de realizar el libro I del Capital. Con ello se ha intentado tener en cuenta un cierto número de traducciones existentes, italianas y no italianas, tanto desde un punto de vista lingüístico como editorial en un sentido más general. Ninguna de ellas, excepción hecha, en parte, de la edición en castellano a cargo de P. Scaron, está a la altura de la problemática actual. De hecho, la cuestión fundamental es que, después de la MEGA, no se sabe exactamente qué publicar cuando se pretende enviar a la imprenta el libro I del Capital. ¿Cuál es la edición de referencia si no existe una de última mano de Marx? Se ha visto que no es posible utilizar la francesa por varios motivos. De modo que las opciones son dos: o la II ed. alemana, o la IV, en la que Engels continua añadiendo (pocos) pasajes de la francesa, pero que por lo demás es casi igual a la III. En 1975, en clave antiengelsiana y con la idea de publicar un «auténtico» texto marxiano, Scaron decidió usar la II para su edición en castellano, introduciendo como variantes las versiones sucesivas. Si bien es esta una opción legítima bajo ciertos presupuestos, con todo, se presta a críticas a mi entender sustanciales. La principal es la siguiente: encontramos como notas, y no en el cuerpo del texto, partes no solo consideradas por Marx superiores, sino publicadas por él en la ed. francesa; los materiales «viejos» se hallan, en cambio, en el cuerpo del texto. Por el contrario, usando la IV, sustancialmente igual a la III, se presenta al menos la mayor parte de ese contenido en el cuerpo del texto. De todos modos, nótese, por ejemplo, cómo ninguna de las dos opciones, la II o la IV ed. alemanas, muestre el cuerpo del texto según la subdivisión «final» de la ed. francesa. En realidad, la única solución sería publicar todas las ediciones íntegramente, operación editorialmente prohibitiva. «Crear» una obra reconstruyendo el texto en base a los manuscritos marxianos para el libro I sería una operación de redacción, de la que sería difícil valorar su «marxianidad». Por todo ello, en esta edición nos ha parecido razonable adoptar como base textual la IV ed. alemana de 1890 a cargo de Engels; respecto a esta, se ofrecen las principales variantes de todas las demás (I, II, III ed. alemanas, ed. francesa). Los textos de referencia son los aparecidos en la MEGA, II sección, vol. 5-10.
No obstante, en esta edición no se muestra sólo el tradicional texto del Capital con sus variantes; además de estas (centenares de páginas) se ofrece la primera traducción del Manuscrito 1871-72, presentado según la reconstrucción crítica del vol. 6 de la II sección de la MEGA; se trata de un texto muy interesante, por cuanto es el material de trabajo para la total reescritura del primer capítulo sobre la Mercancia de 1867 y del apéndice relacionado para los «no dialécticos» en la preparación de la II ed. alemana y de la ed. francesa. Con ello se dan indicaciones fundamentales sobre cómo leer el texto publicado. Por último, se tiene una nueva traducción del llamado capítulo VI inédito obtenido del manuscrito 1863/4 según lo publicado en la MEGA, II sección, vol. 4.1.
Finalmente, veamos de manera breve cómo se estructuran los dos tomos. En el primero el lector encuentra el texto de la IV ed. alemana. En el segundo se hallan las variaciones de la I, II, y III ediciones alemanas y de la francesa, los dos manuscritos indicados, I parte del manuscrito 1863-65 (el llamado «capítulo VI inédito») y el manuscrito 1871/2, y todos los instrumentos críticos: glosario, notas explicativas e índices (pesos y medidas, literatura citada, nombres, argumentos). Se trata, en total, de casi 1600 páginas.
3. Por lo que respecta a la traducción es conocido el dicho «traduttore-traditore» [traductor-traidor]; válido en general, asume un significado particular en el caso del Capital, una mezcla de lenguaje hegeliano, sarcasmo publicitario y mordacidad humorística, entre otras muchas cosas. Resulta difícil dar cuenta de todo ello. Se ha intentado hacer lo posible en cuanto a la vivacidad del estilo, pero, en relación a las problemáticas más estrictamente científicas, nos ha parecido necesario dedicar algunas páginas a la explicación de la traducción de algunos términos clave. De hecho, las opciones escogidas en esta nueva edición van ligadas a los problemas surgidos de la comparación entre las traducciones existentes y las problemáticas metodológicas desarrolladas paralelamente a la publicación de la nueva edición histórico-crítica.
Inicialmente se pensó utilizar la traducción de Cantimori y ofrecer simplemente las variantes. Aun siendo esta una válido instrumento incluso tras el paso de los años, nos dimos cuenta de cómo, de manera parecida a lo sucedido con la mayor parte de las traducciones occidentales, la misma no había sido capaz de resolver diversos y significativos problemas ligados a la complejidad categorial del texto, sobre todo en los primeros capítulos. Esta insuficiencia ha hecho imposible, para quien no pudiera acceder al texto alemán, una más profunda comprensión de las problemáticas metodológicas y del desarrollo efectivo de las categorías. En cuanto a la cuarta edición alemana, se han retraducido de nuevo los primeros siete capítulos y se ha repasado significativamente la parte restante (las traducciones de las variantes y de los otros manuscritos son todas nuevas). Como se ha mencionado, siguiendo un principio de transparencia y claridad, se ha decidido dar cuenta de las opciones de traducción en un amplio glosario. Traducir un término dado en un cierto sentido significa, de hecho, escoger entre opciones interpretativas. Siendo esto inevitable, parece correcto ponerlo de manifiesto. He aquí una lista de algunas de las categorías, entre otras muchas, a las que nos referimos: Veräußerung/Entäußerung, Ding/Sache, wirklich/reell, darstellen/vorstellen/repräsentieren, Erscheinung/Schein.
De esta forma, el lector tiene acceso al texto alemán y, si acaso disiente de las opciones adoptadas, tiene la posibilidad de dirigirse al término/categoría en cuestión.
4. No es aquí donde quisiera hablar de las posibles nuevas interpretaciones del texto, para no solaparlas con el carácter crítico de la presente edición. De todos modos, creo que se puede afirmar de manera general que algunas de las interpretaciones tradicionales, a veces relacionadas a aspectos fundamentales convertidos en sentido común al haber sido transformados en axiomas de manual, se diría que parecen ‘imprecisas» tras una lectura filológica y desinteresada del texto. Con ello quiero decir que desarrollos sofisticados de la teoría de Marx, resultado de debates complejos y de gran valor cognitivo, a menudo han partido de una formulación imprecisa de los presupuestos. Creo que la gran contribución de la filología, en un momento de crisis y de estancamiento general en el panorama teórico de algún modo conectado con Marx, consista no tanto en revivir debates seculares, hoy en día esencialmente cerrados desde hace décadas, o en trascender un Marx mal leído, sino en repensar lo correcto de las premisas de aquellas interpretaciones, su fundamento filológico. Me parece que, aun en el amplio espectro de las lecturas posibles, la filología ayude a excluir algunas seguramente infundadas, o a dar mayor o menor consistencia a otras plausibles. A mi entender esta es la opción más provechosa y científicamente fecunda a acometer y espero que esta nueva edición pueda contribuir en este sentido.
(22 Marzo 2013)
Traducción para Marxismo Crítico de Carles Soriano
[1] Para mayor información sobre la MEGA véase mi Un nuovo Marx, Roma, Carocci, 2008 y el volumen en curso de publicación MEGA2, Marx ritrovato, a cargo del llorado A. Mazzone, Roma, Mediaprint.
[2] Sobre los manuscritos para el libro II véase mi Il secondo libro del Capitale dopo la MEGA2 en «Marxismo oggi», 2010/3, pp. 32 ss., retomado en la nueva introducción al mencionado libro a cargo de A. Mazzone. pp. 25 ss.
[3] Sobre los principales problemas ligados al manuscrito para el tercer libro de 1864/5 en relación con el libro publicado, véase mi Ripartire da Marx, Napoli, La città del sole, 2001, pp. 370 ss.
[4] El hecho de que el mismo Marx dijera que esta edición fuese la aconsejable ha llevado a muchos a considerarla mejor «en general». En realidad, la reconstrucción filológica permite mostrar con extrema precisión en qué consisten las mejoras y en qué las carencias. Sin entrar en el contenido de este debate, para el mismo véase mi Introduzione al Capitale, se puede afirmar que las mejoras se hallan en la séptima sección sobre la acumulación, mientras que las carencias son … la traducción en sí misma, que por casi un tercio del texto se aleja del original hasta el punto que incluso no se encuentra el concepto de «valorización».
[5] Cfr. K. Marx, Verzeichnis der Veränderungen für den ersten Band des «Kapitals» en K. Marx, F. Engels, Gesamtausgabe, sec. II, vol. 8, Berlin, Dietz, 1989.
Roberto Fineschi ha estudiado filosofía y economía en Siena, Berlín y Palermo. Entre sus publicaciones recordamos Ripartire da Marx(Napoli 2001), Marx e Hegel (Roma 2006) y Un nuovo Marx (Roma 2008). Vencedor del premio Rjazanov, y miembro del International Symposium on Marxian Theory, con el que ha publicado diversos ensayos y libros, entre ellos Re-reading Marx. New perspective after the critical edition, Palgrave 2009.