La llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 cambió el destino de los ingresos petrolíferos, en tanto pasaron de las transnacionales al pueblo, proceso consolidado desde 2003 con la Política de Plena Soberanía Petrolera. El viraje representó un multimillonario financiamiento a programas de desarrollo económico y social, entre ellos las misiones de salud y […]
La llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 cambió el destino de los ingresos petrolíferos, en tanto pasaron de las transnacionales al pueblo, proceso consolidado desde 2003 con la Política de Plena Soberanía Petrolera.
El viraje representó un multimillonario financiamiento a programas de desarrollo económico y social, entre ellos las misiones de salud y educación Barrio Adentro y Ribas (para culminar el bachillerato), respectivamente.
También recibieron un notable impulso proyectos agrícolas, de infraestructura y de seguridad alimentaria, como Mercal, Pdval y las casas de alimentación que en su conjunto benefician regularmente a más de 11 millones de venezolanos, el 40 por ciento de la población.
Solo la misión Barrio Adentro en sus diferentes versiones ha contado en sus siete años de existencia con recursos superiores a los cinco mil millones de dólares, para llevar salud gratuita y de calidad a todos los rincones de la nación suramericana.
De acuerdo con el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, bandera de esos logros ha sido la transformación de Petróleos de Venezuela (PDVSA) de una empresa servida en bandeja de plata a intereses privados y foráneos en una entidad socialista sujeta a pleno control del Estado.
Estamos hablando de ingresos por 255 mil millones de dólares en función de la inclusión social, de los cuales 96 mil millones nunca hubiesen sido posibles con la vieja PDVSA, aseguró el titular el 3 de agosto en el balance de gestión 2009 de la compañía.
Ramírez explicó que la Política de Plena Soberanía Petrolífera significó llevar las antiguas asociaciones estratégicas en materia de explotación de crudo a empresas mixtas con mayoría de acciones para el gobierno venezolano.
Las regalías pasaron de uno a 33,3 por ciento, el impuesto sobre la renta de 34 a 50 y la participación de PDVSA de un máximo de 30 a 60 por ciento, con lo cual garantizó el total control operacional, precisó.
Según el funcionario, otra muestra innegable del cambio es la protección de los yacimientos de hidrocarburos.
Ahora nuestros socios deben garantizar un factor de recobro (aprovechamiento de los pozos) de un 20 por ciento, mientras antes las transnacionales no cumplían obligaciones al respecto y llevaban a cabo una verdadera depredación de nuestros recursos, advirtió.
Para Ramírez, el nuevo escenario caracterizado por el beneficio social de los ingresos petrolíferos y la soberanía en la administración del crudo desata campañas mediáticas y guerras sucias.
«PDVSA está bajo asedio de quienes aquí y en el exterior se molestan, porque ahora sus ingresos terminan invertidos en el desarrolló socio-económico del país y no en el bolsillo de las transnacionales», apuntó.
En ese sentido, recordó que el gobierno y el pueblo derrotaron en 2003 un paro petrolífero, momento que marcó el despegue de las medidas de soberanía en el sector.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=210694&Itemid=1