La fotito de marras no fue rentable para el pueblo iraquí. Cada día, desde la ocupación, ese pueblo paga con sangre las consecuencias de tanta camaradería fotogénica. Sin embargo, hay quien ha sabido rentabilizarla. Sobre todo, económicamente. Y me refiero, claro está, a los dos ex presidentes; porque al que sigue en activo ya le […]
La fotito de marras no fue rentable para el pueblo iraquí. Cada día, desde la ocupación, ese pueblo paga con sangre las consecuencias de tanta camaradería fotogénica.
Sin embargo, hay quien ha sabido rentabilizarla. Sobre todo, económicamente. Y me refiero, claro está, a los dos ex presidentes; porque al que sigue en activo ya le llegará su turno cuando abandone el cargo y pase a recaudar las comisiones de los contratos otorgados a sus amigos, los «reconstructores» de Irak.
Y así, el pasado viernes nos enterábamos de que Tony Blair iba a ser fichado por el banco JP Morgan (por si cabía alguna duda les aclaro es un banco estadounidense) como asesor a tiempo parcial por la razonable cifra de un millón de dólares al año. Perdonen que manifieste en público mi curiosidad, sé que no es de buena educación, pero, ¿se habrá planteado trabajar a tiempo completo? ¿O le alcanzará para llegar a fin de mes con ese sueldo y prefiere disfrutar de la vida contemplativa el resto de horas del día que no está asesorando?
Y si hablamos de nuestro ex presidente, José María Aznar, hace tiempo que comenzó a rentabilizar su posado con un contrato en News Corporation, empresa del grupo Murdoch (les señalo que, casualmente, también es norteamericano), en donde, a pesar de ser el consejero peor remunerado -se ve que en Estados Unidos todavía no nos toman demasiado en serio ni para pagar los favores-, cobra la nada desdeñable cifra de algo más de 187 mil dólares anuales. A los que habrá que añadir lo que ingrese, que no sabemos, por sus clases en Georgetown y por su asesoramiento en Centauros, una empresa de inversiones especulativas que opera normalmente desde el paraíso fiscal de las Islas Caimán.
Pero es que no para ahí la cosa. También Rodrigo Rato, tras su fugaz paso por el Fondo Monetario Internacional -que no es estadounidense pero, para el caso, como si lo fuera y cuyo nombramiento fue una forma, como otra cualquiera, de pagarle a su jefe el dichoso posado-, pasará a cobrar 200 mil euros anuales como asesor del Banco Santander.
En fin, que a esos precios no me extraña que los tres estuvieran tan sonrientes y Rato, por detrás, frotándose las manos.
Alberto Montero Soler ([email protected]) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y miembro de la Fundación CEPS. Puedes ver otros escritos suyos en su blog «La otra economía».