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Involucrado en la trama de corrupción que jaquea al gobierno

Renunciaron a un amigo de Temer

Fuentes: Página 12

José Yunes, asesor especial de la Presidencia, fue acusado de recibir poco más de dos millones de dólares en efectivo, en su oficina, que Temer le había pedido al empresario Odebrecht para financiar campañas del PMBD.

El gabinete de Michel Temer sufrió un nuevo traspié. Esta vez, quien cayó en desgracia fue un colaborador y amigo del presidente de Brasil, que entregó su renuncia ayer después de ser acusado de recibir poco más de dos millones de dólares en efectivo (unos seis millones de reales), en su oficina, por parte de un ex ejecutivo de la empresa de ingeniería Odebrecht, gigante de la construcción brasileña que aparece como principal involucrada en el escándalo del Petrolao. Se trata del abogado José Yunes, quien se alejó como asesor especial de la Presidencia de Brasil y se convirtió en la primera baja desde que la semana pasada comenzaron a filtrarse las delaciones premiadas de los 77 ejecutivos y ex ejecutivos de la empresa que negociaron con la fiscalía una reducción de penas y sanciones a cambio de revelar sobornos y financiación ilegal de campañas. «Renuncio porque no puedo ver mi nombre manchado por irresponsables denuncias de personajes menores con quien nunca tuve contacto directo o de terceros», manifestó Yunes en su carta de renuncia, en la que negó todo tipo de acusaciones. En el texto que entregó a Temer, difundido por la oficina de prensa de la Presidencia, Yunes dice además que dimite para preservar su dignidad y mantener encendida la llama cívica que le hace creer en los inmensos potenciales del país.

El caso de Yunes involucra directamente al presidente brasileño, quien fue denunciado de pedir unos tres millones de dólares (10 millones de reales) al titular del grupo empresarial, Marcelo Odebrecht, para financiar campañas de su fuerza, el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB). Yunes fue acusado por el delator Claudio Melo Filho, un ex ejecutivo de Odebrecht, de recibir una millonaria suma en efectivo en su estudio ubicado en la ciudad de San Pablo, producto del pedido de Temer, quien también negó las acusaciones.

Otro de los salpicados por la declaración prestada por Melo Filho fue el secretario a cargo del plan de privatizaciones del gobierno, Wellington Moreira Franco, sobre cuya posible renuncia conjeturaba ayer la prensa brasileña. Sin embargo, Moreira Franco salió al paso a esa hipótesis con una breve nota oficial en la que afirmó que está dedicado a sus tareas habituales en el gobierno. «No abandono las luchas cuando creo en ellas», aseguró.

La versión que involucra a Temer fue confirmada en sede judicial por Marcelo Odebrecht a los fiscales de la Operación Lava Jato, que investigan hechos de corrupción entre empresas y políticos a partir del escándalo de sobornos en Petrobras. La delación premiada de 77 ejecutivos de Odebrecht, que prometen confesar haber corrompido a funcionarios y haber donado ilegalmente dinero para cubrir gastos de campaña, a cambio de buscar negocios con todos los estamentos del Estado, generó una de las crisis que enfrenta actualmente el gobierno de Temer.

Folha de San Pablo indicó que Marcelo Odebrecht, condenado a 21 años de prisión y quien negocia pasar en  2017 al régimen abierto o domiciliario, contó cómo en el Palacio del Jaburú, residencia del vicepresidente, Temer le pidió, junto con el actual jefe de gabinete, Eliseu Padilha, dinero para el PMDB. Según el delator Melo Filho, el 60 por ciento de ese dinero fue entregado en forma ilegal para la campaña a gobernador del estado de San Pablo en 2014 de Paulo Skaf, afiliado al PMDB y titular de la poderosa federación industrial Fiesp.

El edificio de la Fiesp, todo un símbolo en la Avenida Paulista, fue precisamente blanco anteanoche del ataque de manifestantes que pedían la salida de Temer del gobierno, sobre todo porque la federación industrial financió a los grupos juveniles que organizaban las manifestaciones contra la corrupción y a favor del juicio político de la destituida presidenta Dilma Rousseff.

La manifestación se produjo luego de que el Senado aprobara definitivamente la enmienda constitucional, que congela por 20 años el gasto público, una medida inédita en el mundo porque los futuros presidentes deberán someterse a esta indicación de la Carta Magna para enviar sus presupuestos al Parlamento brasileño.

Según Folha, el patriarca de la empresa, Emilio Odebrecht, quien también participa del acuerdo de delación premiada -que incluirá el pago en Brasil, Estados Unidos y Suiza de multas por 2700 millones de dólares- deberá detallar su relación con los ex presidentes Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva. Lula es juzgado por corrupción y lavado de dinero por el juez Sérgio Moro por una denuncia de la fiscalía, que sostuvo que la empresa constructora OAS le entregó un departamento en Guarujá como parte de los favores recibidos en haber vencido contratos en Petrobras.

A su vez, Lula denunció por abuso de poder a Moro ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y ante instancias superiores brasileñas, a los comisarios y fiscales de la Operación Lava Jato. La confesión del grupo Odebrecht puso de relieve un escenario de financiación ilegal de la política en Brasil, que ahora alcanza a nombres como Aécio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ex gobernador de Minas Gerais y principal aliado del PMDB de Temer en el gobierno surgido tras la caída de Rousseff. Temer pidió al fiscal general, Rodrigo Janot, que acelere las causas para esclarecer la responsabilidad de los políticos en la trama de corrupción para que la operación no interfiera en las medidas de gobierno.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/8833-renunciaron-a-un-amigo-de-temer