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¿Destrucción consentida?

Repsol invade el planeta

Fuentes: Argenpress

A mediados de mayo, el flamante presidente Antoni Brufau presentaba en Madrid, ante una eufórica Junta General de Acccionistas, los pormenores de la trayectoria corporativa de Repsol-YPF. Proyectada en un data show a todo color sobre las cortinas del anfiteatro, una sopa de cifras macroeconómicas hacía babear El presidente Kirchner (Izq) saluda a Antoni Brufau […]

A mediados de mayo, el flamante presidente Antoni Brufau presentaba en Madrid, ante una eufórica Junta General de Acccionistas, los pormenores de la trayectoria corporativa de Repsol-YPF. Proyectada en un data show a todo color sobre las cortinas del anfiteatro, una sopa de cifras macroeconómicas hacía babear

El presidente Kirchner (Izq) saluda a Antoni Brufau presidente de Repsol YPF.

al inversionista más cauteloso. No en vano Repsol-YPF, una de las 15 petroleras más pesadas del planeta, vive a expensas de un enquistamiento mundial de la matriz energética. Todos dependemos, consumimos y vivimos de y entre petróleo; principalmente energía (calefacción, electricidad y transporte), plásticos y derivados del petróleo. La población mundial, sobre todo del Norte, vive cautiva del consumo de petróleo, inmersos en una macro-economía global crematística.

Cifras de alta volada

El 12 de mayo de 2005 Antoni Brufau, expresidente de Gas Natural, se presentó por primera vez a la Junta de Accionistas como presidente, después de la retirada apresurada de Alfonso Cortina(2). Brufau y la directiva de Repsol presentó como logro un beneficio neto de 37% en el primer trimestre de 2005(3) . En el último año Repsol ganó en sus operaciones 1,483 millones de euros, descontando los gastos, queda un beneficio neto de 845 millones de euros, o sea unos 1.000 millones de dólares o el sueldo anual de 8 millones de argentinos o el de 17,8 millones de bolivianos.

Brufau enfatizó la fortaleza y gran capacidad de generación de resultados de la compañía. En todos los rubros suben los beneficios: operaciones 40%, refino y marketing 112%, química 293 %, gas y electricidad 32,2% y el área de exploración y producción ‘apenas ganó 650 millones porque es el sector que realiza inversiones en nuevos pozos’.

En esta vorágine de cifras en crecimiento, uno podría llegar a confundirse respecto de a qué se referían cuando en los noventa nos hablaban del ‘Crecimiento Sostenible’, término que siguen utilizando en sus folletos los consorcios petroleros.

Estos resultados se produjeron, en palabras de la empresa, en un contexto caracterizado por un continuo aumento de los precios internacionales del crudo y por la debilidad del dólar frente al euro. El indicador del margen de refino de la compañía se situó en 7,32 dólares/barril(4) .

El precio internacional de crudo, se ha duplicado en los últimos años, llegando en 2004 a superar los 50 dólares por barril, lo que reporta a Repsol 42 dólares netos.

En Bolivia y otros países, Repsol produce petróleo en boca de pozo a 1 dólar de costo y paga unas regalías que no superan el 18% en Bolivia, o un 12% en Argentina, o sea ni veinte centavos de dólar por barril.

Teniendo en cuenta que la producción mundial de crudo tocará techo este año y a partir de ese momento se predice una escalada de precios sin vuelta atrás, Repsol tiene aseguradas ganancias millonarias por los próximos años. Mientras no se cambie la matriz energética de dependencia febril de los combustibles fósiles, y la legislación de los ‘corruptos noventa’ perdure en los países latinos, el negocio va para largo.

La onda expansiva

Mediante la compra de acciones, intercambio de activos y privatizaciones agresivas, Repsol ha extendido sus patas en todo el planeta., Excepto en Oceanía, el consorcio petrolero realiza negocios en todos los continentes. En Asia, Repsol saca petróleo de Kazajstán, Irán e Indonesia. En Africa, succiona hidrocarburos en Marruecos, Argelia, Libia, Arabia Saudí, Sierra Leona, Liberia y Guinea Ecuatorial. En Europa, principalmente en el sector refino y marketing, Repsol tiene sucursales en Portugal, España, Francia, Italia y Dinamarca.

Pero es el continente americano el que ha sufrido más su expansión territorial. Desde Canadá, Estados Unidos, México y Chile, donde apuesta por la venta de gas natural, hasta países meramente productores como Cuba, Trinidad, Tobago, Venezuela, Colombia, Ecuador, Peru, Bolivia, Brasil, y Argentina. Sin embargo, es erróneo pensar que el gas o petróleo que saca de los Andes, llega a España en forma de productos combustibles. Son las poblaciones de los mismos países productores los que compran sus propios recursos, en una petrodependencia letal que hace pagar a precios internacionales los hidrocarburos producidos localmente.

Privatizaciones corruptas

Sería ingenuo pensar que Repsol logró posicionarse entre las petroleras con más reservas de América Latina sin aprovechar la complicidad de los gobiernos corruptos que ostentaban el poder en la década de los noventa. El continente vivía un contexto de democracias frágiles con cierta resaca de las dictaduras militares, que desarticularon los tejidos sociales. Los bancos multilaterales y la misma Embajada de Estados Unidos instrumentalizó a los diferentes presidentes para cumplir sus propósitos.

Si repasamos los historiales de cada uno de los presidentes de los noventa, entenderemos más sobre qué clase de terreno ha jugado Repsol en su expansión territorial. Bucaram en Ecuador, Fujimori en Perú, Sánchez de Losada en Bolivia y Menem en la Argentina… presidentes que facilitaron a Repsol el camino de las privatizaciones, todos ellos arrastran cargos judiciales de corrupción, malversación de fondos, negocios ilícitos y hasta muertes. Incluso la operación financiera más promocionada, la compra de YPF por parte de Repsol en la Bolsa de Nueva York, tiene indicios de ilegalidad, algo que se está tratando en la Fiscalia Federal Nº 4 de la Argentina, en base a la denuncia de 1.500 ex-trabajadores de YPF(5) .

Al parecer, la venta de las acciones de YPF estaría viciada y según denuncian, Menem vendió YPF en Nueva York dos días antes que saliera anunciado en el Boletin Oficial del Estado. Es más, se vendieron hasta las acciones que no eran propiedad del Estado sino de los trabajadores de YPF.

En Bolivia, el proceso de Capitalización de las empresas estatales, también ha sido cuestionado. En 1995 Bolivia se desprendió de todas sus empresas públicas con sólo la promesa de inversión de las multinacionales. YPFB, la empresa estatal de hidrocarburos que mantenía el 50% del Tesoro General de la Nación, fue repartida entre los consorcios Enron-Shell, Bp-Amoco y Repsol YPF. Aparte, los 76 contratos de exploración y producción de hidrocarburos fueron declarados ilegales por el Tribunal Constitucional ya que, según la ley, deberían ser aprobados por el Congreso y no directamente por el Poder Ejecutivo.

Visto el panorama, la expansión territorial de Repsol no está tan consolidada como presumen, pues se enmarca en los límites de una legalidad borrosa. Peor aun si uno averigua cómo es su accionar en el interior de los bloques petroleros donde opera.

El territorio en conflicto

Las enormes concesiones petroleras donde opera Repsol no son un desierto de arena con pozos petroleros y camellos. En América Latina, el petróleo quedó atrapado en la faja subandina-amazónica, región habitada por un mosaico de culturas originarias que respetan ricos ecosistemas tropicales como la garantía de su supervivencia cultural.

De norte a sur, Repsol invade el Resguardo Unico Uwa en Colombia, apoyando su accionar con el financiamento de grupos paramilitares(6) . En Ecuador, aparte de ser socio del destructivo oleoducto de Crudos Pesados, el Bloque 16 invade el Territorio Huaorani de Ecuador, donde el año pasado fue masacrado el último clan de Tagaeris, los últimos habitantes no contactados de la Amazonía Ecuatoriana .

En Perú, Repsol invade, entre otros, el territorio de los Shipibos y Ashanikas. Tras el rechazo boliviano a su proyecto de exportación de gas a Estados Unidos, ahora pretende sacarlo de la selva de Camisea. Los Nahua, que fueron contactados por Shell en los años ochenta cuando se inició la exploración gasífera en este territorio, sufren un alarmante declive poblacional.

En Bolivia, la compañía tiene un total de 22 bloques petroleros con un total de 4.973.511 hectáreas(7), concesiones que se superponen a un total de 17 Territorios Indígenas repartidos en las regiones amazónica y chaqueña. Los bloques Rurrenabaque y Tuichi abarcan los territorios de las etnias amazónicas chimanes, mosetenes y tacanas. Aparte, la etnia nómada Esse Ejja, que recorre las playas del río Beni, también se verá afectada por las operaciones hidrocarburíferas, aunque no tiene un territorio titulado. El bloque Sécure atraviesa el Territorio Indígena Multiétnico, donde conviven comunidades chimanes, moxeñas y yurakarés; el Territorio Indígena Chimán y el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure, refugio ancestral de la etnia yurakaré.

La fragilidad ecológica de los ecosistemas amazónicos, al ser intervenidos, coincide con la fragilidad cultural de los grupos étnicos que los habitan. Su reducido número de habitantes y el escaso contacto los hace propensos a romper bruscamente sus actividades tradicionales, trabajar para la empresa con contratos temporales que introducen en las comunidades hábitos como el alcoholismo, el abandono de la familia o de las actividades agrícolas y recolectoras.

En la región chaqueña, Repsol invade varios Territorios Comunitarios de Origen de la etnia guaraní, como Charagua Norte, Kaami, Itikaguasu y Tapiete. Estos territorios, ubicados en la llanura chaqueña, también son afectados por la construcción de dos gasoductos de 500 km. que transportan el gas chaqueño a Santa Cruz, donde es exportado a Brasil por el Gasoducto Bolivia – Brasil.

En Argentina, Repsol invade y contamina varias comunidades mapuches en la provincia de Neuquén. El conflicto más conocido es la contaminación del yacimiento de Loma de la Lata, donde las comunidades Kaxipayiñ y Paynemil presentan niveles de intoxicación alarmantes por la acumulación de más de 17 metales pesados en sus tejidos. En 2004 apareció el primer caso de anencefalia fetal. Aunque desde hace años el problema se debate en la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos y por su parte los mapuches han demandado a Repsol por 445 millones de dólares en la justicia ordinaria, las posibilidades de supervivencia cultural han sido arrebatadas a estas comunidades(8).

Consumidores cautivos

Controlar la energía es tener el poder. Si el más importante recurso energético es escaso y no renovable, como el petróleo y el gas, quienes manejen ese bien tienen el poder(9) . Las economías nacionales fluctúan en estrecha dependencia con las oscilaciones del precio del petróleo. Los ciudadanos consumen petróleo para vivir, ya sea en su estado combustible como sus productos derivados, principalmente plásticos. Es más, enormes masas de población urbana están atrapadas en el círculo vicioso de trabajar para mantener un auto, y tener un auto para trabajar.

Las compañías petroleras, verdaderos conglomerados financiero-industriales, forman parte también de las élites gobernantes de los países, moldeando a sus anchas las políticas públicas de energía y transporte. De esta manera se conducen desde arriba las futuras necesidades del ciudadano, convirtiendo a la población en consumidores cautivos.

¿Por qué se deterioran las infraestructuras de transporte público a la vez que se invierte en grandes carreteras? ¿Por qué a todos los municipios se les ocurrió rodear su pueblo con un corredor de servicios alejados del ciudadano de a pie?

La publicidad televisiva ayuda también a intoxicar las preferencias del pueblo, empujando al trabajador a endeudarse en créditos bancarios para comprar un coche, que generará gastos para el resto de sus días. El círculo se cierra. Los bancos invierten en la industria automovilística y petrolera; los ciudadanos invierten el tiempo de sus vidas en trabajar para pagar el coche y mantenerlo.

Otro rubro clave es la energía, ya sea calorífica o eléctrica. Teniendo en cuenta que la electricidad viene principalmente de la quema de gas y petróleo, no sorprende el creciente consumo eléctrico en nuestra vida cotidiana. Porque a pesar de las innovaciones tecnológicas que apuntan a la eficiencia energética, la cuenta familiar de kilowatts sigue ascendiendo. ¿Será que también nos están empujando a consumir más? La construcción de más de 40 plantas de ciclo combinado en el Estado Español, centrales capacitadas para quemar tanto fuel como gas natural, puede respondernos a la pregunta. Los consorcios energéticos necesitan más consumidores para su nueva oferta de kilowatios.

La desinformación del consumidor o su resignación de cambiar nada, ayuda a las transnacionales a expandirse. Sin embargo, en la boca del pozo petrolero, ahí donde no queda otra que defender el territorio para sobrevivir, las poblaciones tienen por delante una larga lucha. Desde los acomodados países del norte, en vísperas de un cambio climático que también golpeará nuestras ventanas, no podemos seguir ignorándolos.

Tentayapi expulsó a Repsol

En la serranía del Aguaragüe (Bolivia), donde se descubrieron las reservas más grandes de gas, el bloque Caipipendi invade la comunidad Tentayapi, el último reducto de los guaraníes simbas de Bolivia. Su comunidad y territorio son 20.000 hectáreas de monte chaqueño salpicado por pequeñas parcelas de maíz, la base económica que convierten en proteína de cerdo para vender y comprar jabón, azúcar, hierba mate…

En 2004 Repsol ingresó a esta comunidad para hacer su estudio sísmico, contratando a algunos jóvenes de la comunidad para machetear el monte, enterrar explosivos cada 25 metros y detectar donde van a pinchar uno de esos pozos millonarios de metros cúbicos de gas. La consulta previa a la comunidad, obligación estipulada por las leyes bolivianas y tratados internacionales, resultó ser un papel con huellas digitales, pues los Tentayapis no saben leer. También Repsol entregó latas de alcohol metílico para debilitar la cohesión comunitaria.

Finalmente la voz de los ancianos se impuso y se logró expulsar a la empresa. Actualmente, Tentayapi ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad y están preparados para enfrentar un conflicto de largo aliento para mantener su territorio libre de operaciones petroleras. Su lucha merece ser acompañada.

Notas: 2) hijo del ministro franquista de Interior Alberto Cortina de Alcocer), el cual posee un alto porcentaje de acciones y aparte ganaba 2.8 millones de euros de sueldo anual. 3) 12/05/2005: Resultados primer trimestre 2005- www.repsolypf.com 4) En un año el resultado de las operaciones sube un 40% hasta 1.483 millones de euros. El cash flow generado crece un 21% y permite reducir deuda en 297 millones. El resultado del área de refino y marketing se incrementa un 112%. La producción de hidrocarburos aumenta hasta 1.132.000 barriles/día. Las ventas de productos petrolíferos suben un 7,3%. Fuente: www.repsolypf.com 5) Causa 8568/99 caratulada ‘YPF S.A. S/ Delitos de Acción Pública. Ver htpp://extrabajadores.tripod.com.ar 6) Denunciado por Amnistía Internacional en El País, mayo 2004. 7) Datos de YPFB 1998 y 2000 citados en M. Gavaldà, M. Gandarilla, H. Rodríguez, B. Rioja, Repsol en Bolivia, un acercamiento de los impactos de Repsol en el Beni, Chapare y Chaco, Consultoría para Intermón-Oxfam, Cochabamba, 2002. 8) Ver Hernán Scandizzo Las petroleras y el nuevo desierto, en http://argentina.indymedia.org/news/2005/04/281720.php 9) Graziano, Walter, Hitler ganó la Guerra, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2004.

* Marc Gavaldà participa en el Observatori Transnacional. Autor de La Recolonización, Editorial Icaria, Barcelona 2003. Marc Gavaldà participa en el Observatori Transnacional. Autor de La Recolonización, Editorial Icaria, Barcelona 2003.