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Reseña de «Entre la extinción y el rescate», de Carlos Lavore

Fuentes: Rebelión

Carlos Lavore escribe un importante libro, Entre la extinción y el rescate: las resistencias de los pueblos contra el modelo neoliberal (Penguin Random House, 2021), de un gran valor diagnóstico-analítico-propositivo ante la grave crisis que vive la humanidad, agravada por pandemias, guerras que pueden escalar a un enfrentamiento entre potencias nucleares, éxodos poblacionales, catástrofes humanitarias y emergencias climáticas. Cuauhtémoc Cárdenas, en el prólogo, deja asentada la existencia de un nuevo colonialismo, tecnologizado y financiarizado, cuidadoso de una formalidad institucional diseñada a propósito y meticuloso en la construcción del relato legitimador, pero cruel a la hora de extraer riquezas, avasallar pueblos y someter gobiernos. Prácticamente ningún elemento de la naturaleza quedó sin ser objeto del extractivismo, dejando tras de sí pobreza, desigualdad, desolación, contaminación y devastación ambiental.

La obra está permeada de un contacto prolongado de su autor con organizaciones comunitarias y de producción cooperativa de México y América Latina, a ras del suelo, resistencias propositivas que nutrieron testimonios y fueron delineando el enfoque del trabajo. También importantes fueron las actividades desplegadas por la Fundación para la Democracia y por México hoy, entre 2015 y 2020, a través de seminarios, diplomados, foros regionales y nacionales, reuniones con grupos, comunidades y organizaciones de diversa naturaleza, rurales y urbanas. Lavore va exponiendo sus reflexiones a lo largo de siete capítulos con títulos autoexplicativos: Extinción, despojos, hegemonía, concentración, efectos, resistencias, rescate, cerrando con tres reflexiones a modo de epílogo.

Idea clave es lo que Lavore denomina estructura de la dominación, que responde a un proyecto de dominación. “Su complejidad puede desagregarse de forma analítica en tres componentes, estrechamente interrelacionados; el capital financiero y las grandes empresas, trasnacionalizados; el Estado, las instituciones y la normatividad, readecuados; las corporaciones de la comunicación y de los medios digitales omnipresentes. Es decir, poder económico-financiero, poder político y poder mediático, con alto grado de concentración y un sólo fin verdadero: el control sobre la naturaleza, las riquezas, los gobiernos y los pueblos. El desmontaje integral de esta estructura es condición para que las propuestas emancipatorias se concreten y perduren. Todo planteamiento político de izquierda que no aborde esto es una simulación” (cursivas mías). Coincido plenamente con esta perspectiva sobre la izquierda, ante las evidentes simulaciones del gatopardismo realmente existente, particularmente en México.

Lavore describe lo que ocurre en el planeta, en América Latina y, en particular, México. Explica el andamiaje del poder hegemónico concentrado, visibiliza las resistencias y sus capacidades transformadoras y reflexiona sobre el devenir posible. Desde este enfoque sistémico, presenta una secuencia iniciada con el proceso de extinción de la vida planetaria, o de una parte de ella, reflejado en el derretimiento de polos y glaciares, la destrucción de selvas y bosques, el agotamiento de recursos fósiles y minerales, la sobrexplotación del agua, la hiperurbanización y el cambio climático. Ese proceso tiene lugar en América Latina a partir del despojo, el saqueo de bienes y recursos naturales y en la explotación de la mano de obra, con gastada ilusión del progreso y el desarrollo alimentando los discursos oficiales y las expectativas de las personas, y propiciado por una hegemonía constituida por el capital trasnacional, los instrumentos institucionales de la dominación y las corporaciones mediáticas, el acompañamiento del crimen organizado y, agregaría, procesos de militarización y paramilitarización. En esta recolonización, los efectos de ese poder hegemónico y concentrado sobre nuestros países se expresan en el extractivismo, la organización subordinada de los territorios y las ciudades, la subordinación de la política a la economía, y en la construcción del sentido común neoliberal, patriarcal y machista, que excluye alternativas y refuerza individualismo, consumismo, exitismo, competencia, egoísmo y colonización cultural. La resistencia la conforman los pueblos originarios, la movilización de las mujeres contra el patriarcado y múltiples organizaciones, que se relacionan con numerosas y notables experiencias de rescate por parte de las organizaciones comunitarias y en colectivos de diversa naturaleza.

La crisis sanitaria y climática expone todas estas contradicciones, tensiones y procesos, por lo que es preciso, indica Lavore, aprovechar la experiencia de los pueblos y reinventar al mundo, reinventar América Latina, reinventar-nos, tras un ideal de igualitarismo y comunitarismo, más necesario que nunca, en relación armónica con la Madre Tierra, a favor de la vida. ¡En hora buena, Carlos!

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