Todos los costarricenses hemos recibido con gran pesar y dolor para nuestros bolsillos y familias los datos que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos sobre el crecimiento en el nivel general de precios en el país, que vienen únicamente a confirmar lo que ya hemos sufrido en nuestra debilitada economía familiar: la […]
Todos los costarricenses hemos recibido con gran pesar y dolor para nuestros bolsillos y familias los datos que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos sobre el crecimiento en el nivel general de precios en el país, que vienen únicamente a confirmar lo que ya hemos sufrido en nuestra debilitada economía familiar: la continua obligación de realizar mayores desembolsos para atender las necesidades básicas de alimentación, vestido y otros.
La publicación de los datos del índice de precios es acompañada de profusas justificaciones del Poder Ejecutivo y las autoridades monetarias sobre las supuestas causas del crecimiento en la inflación y la imposibilidad de tomar medidas para contrarrestarla o al menos mitigarla, enfatizando en particular que todo tiene su origen en el incremento en el precio del petróleo.
Sin embargo, tales argumentos son rebatidos en una artículo publicado en la página 17 de la edición número 306 de la Revista Actualidad Económica, donde se indica que la medida tomada por el Banco Central de Costa Rica para reducir la caída en los fondos de inversión es responsable del incremento en el índice general de precios, pues produjo un crecimiento real (no nominal) del 26% en la base monetaria, sea más de 6 veces el crecimiento esperado en el producto interno bruto.
Es conveniente señalar que cuando se presentan incrementos de esta naturaleza en la liquidez total de la economía, sin estar respaldados en un crecimiento real de la producción nacional, se genera un aumento general en el nivel de precios, pues la mayor cantidad de colones disponibles deben competir por una misma cantidad de bienes en la economía.
Así las cosas, surgen algunas interrogantes que debieran responder las autoridades del país:
1. Si la decisión de invertir en fondos de inversión es completamente privada, y cuando los precios de los bonos estuvieron al alza estos inversionistas privados recibieron excelentes ganancias, por qué cuando este precio cae el Banco Central debe acudir en su ayuda y pasarnos la factura vía inflación a todos los costarricenses?
2. En una economía de corte neoliberal como la nuestra, por qué las autoridades monetarias no dejaron que las fuerzas de mercado actuaran y ajustaran el precio de bonos sobrevalorados, que habían alcanzado elevados valores como resultado de acciones propias del mercado de valores?
3. Está facultada la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica para tomar medidas en auxilio de inversionistas privados, cuando estas tienen un efecto perjudicial sobre la colectividad?