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Revocatorio, tentación autoritaria y crisis: Las cúpulas No Nos Representan

Fuentes: Equipo Operativo Nacional, Marea Socialista

Editorial #13


La última medida del ejecutivo para el ahorro eléctrico es una muestra contundente de la situación del país: el Estado ya no es capaz de asegurar su labor diaria y cierra sus funciones administrativas de miércoles a domingo.

Lo mismo sucede con el abastecimiento de alimentos y medicinas. La organización de distribución de alimentos casa por casa, que es un síntoma claro de escasez extrema, demoraría para cubrir, y lo haría parcialmente, las necesidades de la población, al menos dos meses. Hasta que estén juramentados los «Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP)» y levantado el censo de cada comunidad. Demasiado tiempo en las actuales circunstancias.

Mientras tanto sigue la larga penuria para conseguir medicamentos en un recorrido estéril por establecimientos que permanecen vacíos. Y el racionamiento en el suministro de electricidad y agua se ha vuelto un mal endémico. Es evidente, para el que quiera ver, que estamos a punto de cruzar el umbral que lleva a la emergencia humanitaria.

En este contexto se han puesto en marcha los mecanismos para habilitar el proceso hacia el Referendo Revocatorio del presidente Maduro. Luego de muchas idas y vueltas el Consejo Nacional Electoral ha entregado a la cúpula de la MUD las planillas para recolectar las firmas de la primera etapa de este proceso.

Entre tanto, el discurso de la cúpula oficial sube de tono. El diputado Diosdado Cabello denuncia un golpe de estado organizado desde el exterior por un General que hasta hace meses era considerado un «héroe» por el gobierno y hoy es denunciado como corrupto, golpista y agente de la CIA. La manera de formular la acusación suena más a amenaza que a advertencia.

Desatada la crisis también en el terreno político, las semanas y meses próximos serán de extrema turbulencia.

Para enfrentar la crisis, más democracia

El Referendo Revocatorio es un derecho constitucional. Como explicaba el presidente Chávez cuando aceptó el desafió en 2004 y lanzó la batalla de Santa Inés. Se trata de evaluar la gestión del gobierno. Es un mecanismo democrático que a mitad de periodo devuelve la soberanía al poder originario para que sea el pueblo el que decida si sus gobernantes están cumpliendo con lo prometido o con las expectativas de la población que los eligió. Y en ese sentido lo defendemos como uno de los mecanismos más participativos de nuestra Constitución.

Por lo mismo rechazamos todo tipo de persecución o amedrentamiento hacia los ciudadanos que decidan apoyar la iniciativa. Lo mismo que toda maniobra ilegitima que busque que ese derecho no pueda ser ejercido.

Las denuncias de un golpe en proceso, realizadas por el Ministro de Defensa y jefe de las FANB, General Padrino López, igual que las del diputado Cabello, con fecha fija inclusive, golpe que debe ser conjurado y evitado, no justifican limitación alguna de los derechos democráticos.

En ese sentido, frente a cualquier amenaza de restricción de los derechos y garantías que establece nuestra constitución, rechazamos todo intento de limitar, todavía más, esos derechos, o de suspender esas garantías. Repudiamos la tentación totalitaria que pudieran encerrar esas advertencias.

Dicho esto, queremos señalar que la cúpula de la MUD recurre a la utilización de este derecho, luego de buscar todo tipo de caminos no democráticos y conspirativos para cumplir un objetivo que, de hecho, fue anunciado el día de la asunción de la nueva Asamblea Nacional como meta superior incluso, a la solución de la grave crisis por la que atravesamos: Salir de Maduro como sea.

La práctica demagógica de esta cúpula se puede ver cuando no clarifica los mecanismos para convocar al referendo y cuando miente en las colas de las firmas, anunciando que así se resolverán la escasez y la inflación. Creando la falsa ilusión de una solución automática de los problemas de nuestro pueblo por el simple hecho de firmar. Cuando aprueba leyes que solo intentan aumentar la falsa polarización.

Esta cúpula es tan manipuladora como la oficial, secuestran las decisiones importantes de la mirada, decisión y control popular. El plan de emergencia económica que prepara la Asambleas es producto de la elaboración de «especialistas» tanto de la MUD como de simpatizantes del oficialismo que, como es público comparten la misma receta monetarista, y no es llevado a debate con la población ni abierto a la confrontación pública con ideas diferentes o propuestas alternativas.

Dividida por apetitos personalistas y de facciones partidarias, la cúpula de MUD no se pronuncia contra los atropellos que sufren los derechos democráticos de otros. Dejaron pasar sin resistencia la intervención por parte del TSJ de su aliado Copei, y por supuesto, mucho menos rechazan el atropello del CNE contra Marea Socialista. Por el contrario como con muchas otras políticas, son cómplices junto al PSUV en este caso, del pacto del «polvo cósmico y la arena de playa», que dejó por fuera de la disputa del 6/D, a sectores importantes del pensamiento político nacional como quedó expresado en la histórica cantidad de votos nulos que se contabilizaron en esa elección.

Estas son algunas de las consideraciones por las que alertamos a los ciudadanos que buscan ejercer su legítimo derecho al revocatorio, que no se dejen manipular por unos dirigentes que como han demostrado a lo largo de su historia reciente, piensan más en sus intereses corporativos y de cúpula, que en las necesidades del pueblo que vive de su trabajo.

Pero es importante resaltar aquí que, más allá de la intención y la política de ambas cúpulas; el pueblo venezolano ha demostrado, hasta ahora, que entiende que la búsqueda de una salida a la crisis global que atravesamos, debe ser con más democracia y participación y no con menos.

Abrir un canal internacional de ayuda para enfrentar la emergencia

La gravedad de la actual situación obliga a mirar la realidad cara a cara. Si no se comienza a revertir el desabastecimiento, si no se detiene la escalada hiperinflacionaria, si no se pone un freno al deterioro social y en los servicios, estaremos entrando en un desmoronamiento de más difícil resolución que el actual.

Nuestra situación es similar a un desastre natural de magnitudes superiores en 100 veces al reciente terremoto en Ecuador o a la provocada por la guerra civil en Siria y no sería una exageración compararlo con los peores años del Periodo Especial cubano. En esas circunstancias Venezuela ha demostrado una enorme solidaridad con todos esos países y con muchos otros, acosados por crisis económicas y políticas enormes como fue el caso de Argentina en 2001.

Es necesario un llamado público a la solidaridad de todos ellos, los integrantes de CELAC, ALBA y UNASUR, y de socios comerciales internacionales que han hecho muy buenos negocios con nuestro país en las épocas de las vacas gordas como China y Rusia.

El llamado es para abrir inmediatamente un canal internacional de ayuda de esos países y de los que entiendan el llamado de manera solidaria, sin condiciones, en alimentos, medicinas e insumos imprescindibles para atender las necesidades básicas de la población. Y este suministro debe realizarse a manera de shok.

Por otra parte, ni los «Motores» de la economía productiva del gobierno y mucho menos el Arco Minero, ni la apertura petrolera enmascarada que propone la Asamblea detendrán la crisis, solo la profundizaran. Por eso al tiempo que se busque frenar la caída en barrena de este desquicio, hay que iniciar un gran debate nacional sobre el modelo productivo que el país va a seguir. Las propuestas de ambas cúpulas confluyen, disimuladamente, en un nuevo pacto que podríamos denominar de «borrón y cuenta nueva» al no atacar la principal causa que nos ha llevado a esta situación: la corrupción descarada y el patrón mafioso de acumulación de capital privado.

El primer punto de este debate es: cómo obtener los 50.000 millones de dólares de financiamiento necesario para frenar el actual desastre y revertir el camino al abismo en el que nos encontramos. En este sentido es que planteamos estas propuestas:

a) Depósitos de venezolanos en el Exterior. Declaraciones públicas, tanto del gobierno como de la MUD, coinciden en que las cuentas en el exterior de venezolanos privados, ascienden a la cifra de MM$ 300.000.- (Trescientos mil millones de dólares). Estos cálculos tienen como fuente de origen instituciones internacionales de crédito, por lo que su existencia está probada y los titulares de esos fondos son conocidos.

Existe una sospecha fundada de que gran parte de este enriquecimiento súbito (esos depósitos se duplicaron en los últimos cuatro o cinco años) se debe al Desfalco que ha sufrido el país.

Por eso mientras logramos instalar un gran movimiento nacional por la Auditoria Pública y Ciudadana, que desnude el origen criminal de esos fondos y a los responsables del Desfalco, exigimos que se aplique inmediatamente un impuesto especial sobre los depósitos en el exterior, que incaute al menos el 10% de ellos.

Con esto lograríamos una base de financiamiento superior a los MM$ 30.000.- (treinta mil millones de dólares). Los fondos así obtenido deben estar bajo escrutinio de una comisión especial integrada por personalidades y/o movimientos de ética incuestionable y abierta a mecanismos públicos de control social y ciudadano.

b) Deuda Externa Soberana. Según venimos sosteniendo, una parte importante de la deuda externa del país es producto de operaciones financieras especulativas e ilegítimas. El mismo mecanismo de la auditoria pública lo demostrará. Mientras tanto proponemos declarar una moratoria en los pagos de esa deuda.

En lo que hace a la deuda de PDVSA, que tiene las mismas características oscuras que la deuda soberana, proponemos iniciar una agresiva ofensiva para la suspensión negociada de su pago (sujeto al resultado de la Auditoria Publica) por un periodo no menor a cinco años.

Con esta medida (sobre la deuda soberana y de PDVSA) el país se ahorraría entre 2016 y 2017, cerca de MM$ 20.000.- (Veinte mil millones de dólares)

c) Deuda en divisas de operaciones de comercio internacional. Una de las justificaciones del desabastecimiento por parte de las cámaras empresariales, es la deuda en divisas que el estado mantiene con sectores importadores.

Pero todo el sistema de otorgamiento de divisas está cuestionado por corrupto. Y es de público conocimiento que una parte sustancial de esa corrupción tiene que ver con maniobras delictivas en las importaciones y con el otorgamiento de divisas a empresas de maletín, fantasmas.

La Auditoria publica y Ciudadana podrá determinar, qué parte de esa deuda es verdadera y cuál es parte de aquellas maniobras. Lo mismo que identificará a los responsables.

Pero, como medida extraordinaria por la gravedad de la crisis, proponemos: que sean canceladas con bonos especiales de la república, con vencimiento a diez años, las deudas cuyos titulares acepten cobrar un 30% del total de lo que reclaman, pero con el compromiso de reiniciar sus operaciones.

Al mismo tiempo es necesaria una corrección inmediata, urgente, de los ingresos de los sectores populares. El estado debe garantizar que el salario y los ingresos familiares no sean menores al valor de la canasta básica como exige el texto de nuestra constitución.

Ni PSUV ni MUD: las cúpulas No Nos Representan.

Sería de una soberbia inadmisible pretender pronosticar como sucederán los próximos hechos. Pero algo es seguro, como sea que resulte el desenlace de esta disputa política y social, ya sea en 2016, 2017 o 2018, su resolución vendrá con la instalación de un nuevo gobierno. Y es para diputar en ese terreno que debemos prepararnos.

En los últimos cuatro años hemos visto por parte de las cúpulas políticas tradicionales, el desprecio hacia la situación del pueblo y el país.

Si la dirección del PSUV y el gobierno ha tratado con sordera, maltrato, soberbia y desprecio a nuestro pueblo, algo similar sucede con la dirección política de la MUD. Concentradas en conservar unos o en recuperar los otros, el control político y económico sobre el país, ambas cúpulas no han mostrado iniciativas consistentes con la solución de los problemas que sufre el pueblo que vive de su trabajo.

Han dejado al desnudo su cinismo. Y han puesto al descubierto su falta total de proyecto nacional. Unos abandonando tempranamente el ideal bolivariano por un pragmatismo servil, y los otros tratando de ocultar su verdadera intención neoliberal.

Dispuestos a enfrentar la falsa polarización en la que estas cúpulas pretenden atrapar a la sociedad toda, es que hacemos un llamado a la construcción de una nueva referencia política. Sin renunciar a nuestra procedencia como parte del chavismo crítico y con la conciencia del deber de revisar los errores propios, nuestro llamado es transversal.

A los que viven de su trabajo, a los jóvenes cansados de la manipulación, a los que están asqueados de la corrupción y el maltrato de las elites. A los no soportan la trama de silencio, miedo y falsa polarización que se pretende imponer sobre toda la sociedad. A todos ellos los llamamos a construir una nueva referencia, plural, democrática y solidaria. Una nueva referencia política que ponga en pie un nuevo horizonte de esperanza.

Está en nuestras manos hacerlo, porque estás cúpulas, No Nos Representan.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.