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Riesgos en redes de valor en América Latina y el Caribe

Fuentes: Rebelión

En el mes de enero de este año (2016), El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha publicado el documento (Nota técnica Nº IDB-TN-922) Gestión integral de riesgos para cadenas de valor, elaborado por dos miembros del banco, Agustina Calatayud y Juan Antonio Ketterer. Es obvio que he elegido la palabra «redes» en lugar de «cadena» […]

En el mes de enero de este año (2016), El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha publicado el documento (Nota técnica Nº IDB-TN-922) Gestión integral de riesgos para cadenas de valor, elaborado por dos miembros del banco, Agustina Calatayud y Juan Antonio Ketterer. Es obvio que he elegido la palabra «redes» en lugar de «cadena» por los motivos que expresé en este mismo blog, en mi artículoParticipación de América Latina y el Caribe en la fabricación integrada mundial. Una visión de conjunto (13 de marzo de 2015): «prefiero «red de valor» a la expresión del informe «cadena de valor», por distinguir la simple secuencia a la que alude la cadena de la retícula más compleja a que aludimos con la idea de «red» que me parece más ajustada a la realidad de cómo se produce hoy en día mundialmente, en que la simultaneidad se ha convertido en ventaja deseable frente a la secuencialidad de antaño.» Donde yo escriba «redes de valor», los autores escriben «cadenas de valor», ahorrándome la expresión «cadenas de valor globales» por estar subsumidas en mi denominación de «redes».

Tras una introducción que pone de relieve la importancia de las redes de valor, que califica de «paradigma del comercio interno e internacional en el siglo XXI» (p.6), señala el retraso relativo de América Latina y el Caribe (ALC, en adelante), utilizando como indicador («proxy«, le llama sin necesidad, pues un indicador ya lo es de suyo) el comercio de bienes intermedios, pero lo antecede de un «Si se toma» como indicador de la participación en cadenas de valor, o sea si aceptamos su petición, el valor de dicho comercio fue (OCDE, 2013) de US$4 billones para los países desarrollados y tan sólo US$ 0,5 billones para la ALC, en tanto Asia superaba los 2,5 US$ billones, pero nos ofrecen estos datos sin ponderación alguna, ni en razón del PIB total de las regiones, ni número de habitantes ni Valor Añadido Industrial, etc., lo cual resta relevancia a los datos que presentan. Que las empresas de ALC se inserten mediante la provisión de bienes que requieren escasa transformación y tecnificación principalmente commodities en algunos países como Chile, Ecuador y Perú, es un hecho conocido.

El largo párrafo (pp. 10 a 12, con gráficos incluidos) que dedica a la relación entre la participación de una empresa en redes de valor y su productividad quiere dar a entender lo que, por otra parte, se ve forzado a admitir que no se ha establecido relación de causalidad, quedando en mera correlación estadística, El vínculo de la productividad con empresas exportadoras e importadores se refieren al PIB y no al valor añadido y sin señalar la relación import-export de las empresas que participan de redes de valor.

Las nuevas formas de la organización industrial: «out-sourcing, far-sourcing, off-shoring, producciónjust-in-time, orientación al consumidor y flexibilidad para responder a la volatilidad de la demanda, han incrementado la complejidad de la gestión de las cadenas de valor y, con ello, la incertidumbre y la mayor probabilidad de la ocurrencia de riesgos.» (p. 12) En esto último radica el meollo de la nota técnica publicada por el BID, en la aparición de unos riesgos que dificultan la inserción en redes de valor, en identificar sus posibles orígenes y en proponer alternativas para gestionar dichos riesgos.

El cuadro 1 de la Nota técnica (p. 16), sistematiza los tipos de riesgo identificados: sistémico, de mercado, operativos, de crédito y de liquidez, señalando el ámbito en el que pueden impactar, las fuentes que lo generan y un ejemplo para cada caso. Ya en la página 49 y tras detenerse en análisis y ejemplos, el «Cuadro 2. Riesgos, fuentes, acciones e instrumentos de prevención/mitigación», añade una medida cualitativa de la probabilidad de ocurrencia (alta, media, baja), así como la de la magnitud del impacto, además de las acciones e instrumentos.

Dr. Fernando G. Jaén Coll. Profesor Titular de Economía y Empresa de la UVIC-UCC

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.