Los planes para privatizar a partir de mayo tres importantes ríos del occidental y populoso estado malasio de Selangor desataron protestas de organizaciones alarmadas porque los recursos naturales pasen a manos privadas. Mediante concesiones por 30 años, tres firmas administrarán un río cada una y asegurarán su limpieza. También se encargarán de reparar riberas dañadas […]
Los planes para privatizar a partir de mayo tres importantes ríos del occidental y populoso estado malasio de Selangor desataron protestas de organizaciones alarmadas porque los recursos naturales pasen a manos privadas.
Mediante concesiones por 30 años, tres firmas administrarán un río cada una y asegurarán su limpieza. También se encargarán de reparar riberas dañadas por extracción de arena y de profundizar los lechos para impedir desbordes e inundaciones.
A cambio, se les permitirá dragar los ríos para extraer arena y realizar «proyectos de desarrollo controlado» para generar ganancias. También podrán organizar actividades ecoturísticas y recreativas.
Pero no está claro si se permitirá a esas empresas vender el agua de los ríos, que son una fuente clave para el suministro hídrico en la región central de la península malasia.
El gobierno quiere privatizar los ríos Selangor, Langat y Klang porque no están limpios y, según alegan los funcionarios, su mantenimiento supone un gasto enorme para el Estado. La privatización involucraría solamente a los tramos que corren dentro de Selangor, que también alberga a la capital nacional.
Pero todos los ríos dentro del territorio federal de Kuala Lumpur tienen su fuente en Selangor. Un funcionario dijo que el gobierno de ese estado estaba pronto para negociar con Kuala Lumpur para expandir el alcance de la privatización, incluyendo los tramos de los ríos que corren dentro de la ciudad.
El gobierno asegura haber identificado a las tres firmas, pero sus nombres todavía no fueron revelados.
Mientras, está en juego una importante reforma del sistema de suministro de agua del país. Selangor y Kuala Lumpur privatizaron sus servicios en enero de 2005, cuando una empresa privada, Syabas, obtuvo una concesión por 30 años.
Igual que la privatización del suministro de agua, la medida de privatizar los tres ríos generó fuertes críticas. «Hay falta de transparencia en el acuerdo de concesión», dijo Tenaganita, una organización defensora de los derechos de los trabajadores, agregando que no hubo «absolutamente ninguna consulta a la sociedad civil».
Esta falta de transparencia sólo generará corrupción, pérdida de recursos y daños ambientales, por motivos puramente económicos, agregó la organización,…
Estos no son ríos comunes, tienen una importancia estratégica. El río Selangor es una fuente clave de agua potable para Kuala Lumpur y Selangor. Suministra agua a haciendas agrícolas, plantaciones e industrias, además de servir a granjas dedicadas a la acuicultura de agua dulce.
El río Langat, de 120 kilómetros, es otra fuente hídrica vital de agua potable, con importantes obras en Cheras, cerca de Kuala Lumpur.
La cuenca del río Klang es la región más densamente poblada del país. El río abastece a cerca de cuatro millones de personas, alrededor de un sexto de la población del país, en Kuala Lumpur y en áreas de Selangor.
En la parte superior de esa cuenca hay dos represas para mitigar inundaciones y distribuir agua, pero algunos tramos río abajo, están contaminados y constreñidos por el desarrollo, y no parecen más que la corriente de las alcantarillas.
Más de la mitad de los ríos de Malasia están contaminados por aguas servidas sin tratar o tratadas parcialmente, así como por vertidos industriales, desechos agrícolas y procedentes de la cría de animales, construcciones y otras actividades.
Según los críticos, la decisión de privatizar los ríos pone en la mira a las agencias estatales previamente encargadas de administrarlos y, lo que es más importante, de hacer frente a las causas reales de la contaminación.
«Toda esta idea de limpiar los ríos plantea preguntas sobre el rol de (agencias tales como) el Departamento de Saneamiento e Irrigación», dijo Charles Santiago, coordinador de la Coalición Contra la Privatización del Agua, que recibió el respaldo de 127 organizaciones de la sociedad civil.
Bajo fuego, el gobierno del estado de Selangor respondió que la privatización aspiraba a asegurar la limpieza de los ríos, y no a convertirlos en propiedades privadas.
«No existe tal cosa como la obligación de pagar para extraer agua de los ríos», dijo el ministro jefe de Selangor, Mohamad Khir Toyo. La población podrá trotar en sus orillas, nadar o pescar en ellos, resaltó.
Pero no está claro qué tipo de control o propiedad tendrán las firmas sobre el suministro de agua procedente de esos ríos y cómo financiarán sus operaciones. Además, quedan sin responder algunas enormes cuestiones relativas a si las empresas privadas pueden mantener limpios cursos de agua sin atacar las fuentes de la contaminación.
Y no son sólo las organizaciones de la sociedad civil las que plantean estas interrogantes. «¿Cómo van a hacer los concesionarios para mantener los ríos limpios? ¿Van a restregar las aguas?», preguntó P. Gunasegaram, editor ejecutivo del semanario empresarial The Edge, en un irónico comentario cuestionando que no hubo un llamado abierto para licitar la privatización..
«Para (que haya) ríos limpios, uno tiene que controlar lo que fluye hacia él», agregó, y esto requiere la apropiada eliminación de los vertidos del saneamiento y desechos, la reducción de los residuos líquidos y la aplicación de las leyes. «¿Alguna vez los concesionarios serán capaces de hacer eso?», agregó.
Esta no es la primera vez que la privatización amenaza a ríos asiáticos. En un proyecto de 1998, un tramo del río Sheonath fue traspasado a una firma nacional bajo un acuerdo para suministrar agua al centro industrial Borai, en lo que fue el primer caso de privatización en India. La medida generó protestas de comunidades locales cuyo sustento dependía de ese curso de agua.
Más recientemente, otras organizaciones sudasiáticas protestaron contra un controvertido plan para interconectar ríos transfronterizos y desviar un tercio del agua del Brahmaputra, 60 por ciento del cual es utilizado para la irrigación y el mantenimiento del ecosistema de su cuenca.
Santiago lamentó que los responsables de privatizar ríos en Malasia no consideren el futuro del país y la administración sustentable del recurso. «Ellos sólo toman en cuenta los intereses a corto plazo y las ganancias de la industria», afirmó.