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Entrevista a Andrei Guskov, embajador de Rusia en Cuba

Rusia ha superado la desaceleración económica

Fuentes: Rebelión

El embajador de esa nación en Cuba, Andrei Guskov analiza los logros y desafíos de su país y las estratégicas y estrechas relaciones con la Isla del Caribe

—¿Cómo se encuentra la economía rusa en momentos de pandemia y cómo ha enfrentado las extorsiones lanzadas por Estados Unidos y otros países europeos?

— Guskov.- Las consecuencias negativas de la pandemia de coronavirus afectan a todo el sistema de relaciones económicas mundiales y a casi todos los estados, dada la alta interdependencia e interconexión de las economías. Rusia enfrentó este desafío con dignidad y mejor que muchos otros países (la caída del PIB en 2020 fue de 3,6 %, menos que en las naciones de Europa y Estados Unidos). La situación con la COVID-19 en Rusia está bajo control y el Gobierno hace lo necesario para combatir esta peligrosa enfermedad. Ya hemos empezado la inmunización masiva de la población con vacunas nacionales como Sputnik V (la primera registrada en el mundo), EpiVacCorona, CoronaVac y Sputnik Light y  suministramos nuestros fármacos a otros estados, incluso a países de América Latina, en el marco de los esfuerzos internacionales contra la COVID.

Gracias a las medidas de apoyo oportunas y bien calculadas a las industrias y empresas, se ha logrado superar la desaceleración de la economía y llegar a su recuperación, que se refleja también en la dinámica de la demanda interna y la disminución gradual de la tasa de desempleo. El Gobierno ruso está enfocado en suprimir las consecuencias negativas en la esfera social y prestar toda la ayuda necesaria para apoyar a las familias y a las capas más vulnerables de la población.

El otro factor que afecta la economía rusa son las ilegítimas extorsiones unilaterales e injerencistas de Occidente. Es un fenómeno de la presión integral sin precedentes sobre los estados que aplican una política exterior e interior independiente de orientación nacional. Se trata del uso de una amplia gama de instrumentos, incluyendo sanciones financieras, restricciones de visado, campañas de desinformación. En esencia, estamos lidiando con los intentos de imponer bajo el pretexto artificial la división del mundo en los «seleccionados» con respecto a otros países.

Rusia considera importante intensificar los esfuerzos para reducir los riesgos de sanciones y los posibles costos para los operadores económicos. En particular, dar pasos encaminados a una desdolarización gradual de la economía nacional, la transición a la facturación en divisas nacionales o monedas que sean alternativas al dólar, la creación de los nuevos sistemas de pago internacionales.

Las restricciones nos obligaron a implementar la política de sustitución de importaciones y buscar soluciones domésticas. Entre los resultados ya logrados están el fortalecimiento de la estabilidad financiera y la soberanía económica de Rusia, el aumento de las capacidades de exportaciones y la reducción de la dependencia de la coyuntura global.

Algunos sectores de la economía rusa como la industria aeroespacial, la pesada, radioelectrónica, farmacéutica y especialmente la agricultura, han mostrado un crecimiento de 3 %, y con apoyo del Estado han adquirido fuerte impulso para su desarrollo en condiciones de las sanciones. El país se ha convertido en el mayor exportador mundial de trigo, ha incrementado la producción nacional de alimentos. En 2020 Rusia vendió 79 millones de toneladas de productos agrícolas y alimentos por valor de 30 700 millones de dólares (20 % más que en 2019). Es una paradoja pero realmente las extorsiones lanzadas por Estados Unidos en algún sentido nos ayudan a diversificar la economía rusa.

—¿Cómo marchan las relaciones entre Rusia y Cuba, a cuánto ascienden los intercambios y cuáles son las proyecciones futuras?

— Guskov.- Cuba es uno de los socios estratégicos y aliados más importantes de Rusia no solo en la región de América Latina y el Caribe, sino en el mundo.

El excelente estado de relaciones se complementa con el avance dinámico de la colaboración bilateral mutuamente beneficiosa en la esfera económico-comercial y científico-técnica. En este sentido el papel clave pertenece a la Comisión Intergubernamental Ruso-Cubana para la Colaboración Económico-Comercial y Científico-Técnica. Es una plataforma principal para las negociaciones, el trabajo en el marco de la cual no se para aun en el periodo entre sus sesiones plenarias cuando se llevan a cabo intercambios en los 14 Grupos de Trabajo. El dialogo abarca todos los ámbitos de la cooperación multifacética: energía, siderurgia, transporte e infraestructura, agricultura, ciencia y educación, medicina y biofarmacéutica.

Las empresas rusas participan en la realización de un número de proyectos incluidos en el Plan de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta 2030. En las condiciones de la pandemia de la COVID-19 hicimos algunos ajustes en el cronograma de su ejecución. En el transcurso de la XVIII Sesión ordinaria de la Comisión Intergubernamental celebrada los recientes 31 de marzo y 1 de abril en La Habana fueron aprobadas las decisiones pertinentes para asegurar la realización ulterior de los proyectos conjuntos priorizados.

Quisiera señalar también el desarrollo enérgico de la cooperación en la esfera del turismo. En el año 2019 el número de turistas rusos que vinieron a Cuba ascendió a una cifra record de 178 000. En 2021, hasta la fecha, unos 35 000 rusos pasaron sus vacaciones en la Mayor de las Antillas. Actualmente Rusia ocupa uno de los primeros lugares entre los países emisores del turismo a Cuba.

Las relaciones entre los dos países en su larga historia han pasado varias pruebas y siempre fueron orientadas hacia el futuro. Hoy nos unen la aspiración mutua para continuar el fomento progresivo del dialogo político y los vínculos económico-comerciales y científico-técnicas en el espíritu de la asociación estratégica a base de la amistad, solidaridad y el beneficio recíproco.

Nuestros países defienden de una manera abierta, consecuente y firme sus convicciones en cuanto a la necesidad de respetar la soberanía y la no intervención en los asuntos internos de los estados. Con los amigos cubanos vemos desde las posiciones comunes la inadmisibilidad de la sustitución del derecho internacional por “cierto orden”, el cual están promoviendo y tratando de imponer Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Trabajamos juntos para crear un orden mundial más justo, democrático y multipolar.

—Ante las agresivas medidas de Washington contra Rusia, ¿cómo ha sido la colaboración de su país con China, Irán, Venezuela y otras naciones?

— Guskov.-Las relaciones de Rusia con cualquier país son autosuficientes y no dependen de la coyuntura internacional inclusive de la situación actual en nuestra interacción con Estados Unidos. No hacemos alianzas contra nadie y vamos a seguir actuando de acuerdo a nuestros intereses nacionales y construyendo cooperación con las naciones extranjeras.

En lo que se refiere a nuestra colaboración con China, Irán y Venezuela, así como con Cuba, tenemos relaciones muy especiales de socios. Con estos países gozamos de pleno respeto mutuo de intereses, mantenemos el diálogo constructivo sobre todo el abanico de asuntos bilaterales y globales. Éste último incluye entre otras cosas la enérgica condena por parte de nuestros estados a las medidas coercitivas unilaterales que se aplican por Washington soslayando el Consejo de Seguridad de la ONU. Como dijo nuestro canciller Serguey Lavrov estas acciones de los Estados Unidos son las reincidencias del pensamiento neocolonial en la política exterior y Moscú junto con Beijing, Teherán, Caracas, La Habana y otros, las rechazamos.

—¿Cómo evalúa la situación creada en la frontera de su país con Ucrania así como las acciones de la OTAN y Estados Unidos en la región?

—Guskov.- Lamentablemente la situación en nuestra frontera con Ucrania sigue siendo muy complicada. La principal razón es la aspiración belicista de Kiev que aún tiene ilusiones de resolver el conflicto en Donbass por medio de la fuerza pasando por alto las medidas pacíficas y diplomáticas. Con este objetivo la parte ucraniana concentra tropas y armamentos en la región mencionada.

Al mismo tiempo en la propia Ucrania y en los países occidentales se lleva a cabo una campaña mediática agresiva destinada a echarle a Rusia la culpa de provocar la escalada del conflicto mencionado bajo falsos pretextos. Paralelamente, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN siguen organizando los ejercicios militares en el territorio de Ucrania, país que no forma parte del bloque. Solo para este año están planificadas siete actividades de este tipo. Se continúa el apoyo financiero, material y logístico a las Fuerzas Armadas ucranianas por parte de la OTAN, inclusive los suministros de las armas letales y el adiestramiento por parte de especialistas occidentales. 

Todo eso no contribuye a la seguridad en la región y provoca una seria preocupación de Moscú. Instamos a que Kiev cumpla las obligaciones asumidas en el marco de los Acuerdos de Minsk reconocidos por Naciones Unidas, y a que Ucrania y los países de la OTAN acaben con la campaña propagandística de rusofobia y cesan las respectivas preparaciones militares.

En esta relación altamente apreciamos la postura de invariable solidaridad de Cuba con Rusia expresada por el Canciller Bruno Rodríguez quien denunció los movimientos de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en dirección a las fronteras de nuestro país como una grave amenaza a la paz y seguridad internacionales.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.