La República de Rusia ha dejado atónitos a los países occidentales pues pese a las prolongadas sanciones que estos impusieron contra Moscú desde 2014, su economía se abrió paso y hasta se reforzó en los últimos años. El presidente Vladimir Putin expresó recientemente que estos han sido años difíciles tanto para el país como para […]
La República de Rusia ha dejado atónitos a los países occidentales pues pese a las prolongadas sanciones que estos impusieron contra Moscú desde 2014, su economía se abrió paso y hasta se reforzó en los últimos años.
El presidente Vladimir Putin expresó recientemente que estos han sido años difíciles tanto para el país como para aquellos que tuvieron que garantizar un desarrollo estable y superar las dificultades que surgieron de la economía mundial, pero que el Gobierno no solo hizo todo lo que pudo, sino más que eso.
La economía rusa ya es menos vulnerable ante todo tipo de choque e influencia externa y el fundamento macroeconómico creado en los últimos años servirá de una buena base para el futuro desarrollo de la economía, pues la inversión extranjera se duplicó en 2017 al llegar a 19.400 millones de euros nivel más alto en los últimos cuatro años, agregó Putin.
El diario Izvestia indicó que p or primera vez en la historia contemporánea del país se registró un descenso generalizado de los precios, en agosto, los bienes y servicios se abarataron un 0,5 % y, en septiembre, un 0,1 % por la restricción de la política monetaria y crediticia. Otros factores que contribuyeron fueron las buenas cosechas y el estable tipo de cambio de la moneda rusa. En general, la inflación disminuyó a niveles inferiores al 4 % en 84 de las 85 regiones del país.
La producción de alimentos agrícolas se ha incrementado en más de 5.000 millones de dólares desde que en 2014 se restringieran las importaciones desde Estados Unidos y de La Unión Europea, la exportación agrícola aumentó considerablemente y alcanzó los 17 millones de toneladas, para convertirse en el número uno a nivel mundial.
Para Rusia los reajustes adoptados han permitido desarrollar su potencial y talento y crecer no solo en producciones agrícolas sino en sectores como equipos de radio, aviación, industria aeroespacial, farmacéutica, construcción de maquinarias pesadas y la agricultura.
La industria, tras varios años de recesión y lenta recuperación, en 2017 creció más rápido de lo esperado al alcanzar 1,2 %, el doble que en 2016.
La industria mecánica resultó la principal en el sector pues de enero a noviembre logró un aumento del 50 % las locomotoras del crecimiento de la economía rusa, debido al ascenso de la demanda proveniente de la minería, que elevó la producción de hidrocarburos y de combustibles producto al alza de precios de estos productos.
La producción de vagones de carga subió en 60,9 % a la par que el programa de renovación del parque ferroviario aceleró la confección de vagones de viajeros a un 65,4 %.
En ese período, y según datos oficiales de la empresa Gazprom, las exportaciones de gas se acrecentaron 8,7 % hasta situarse en 175 000 millones de metros cúbicos, mientras que su producción creció un 14,6 % hasta alcanzar los 426.000 millones de metros cúbicos, motivado por el alza en la demanda de Alemania y Austria.
Las empresas textiles tuvieron gran ventaja competitiva en el mercado nacional gracias al decrecimiento de las importaciones y a la disminución del tipo de cambio del rublo en 2016 que motivaron un alza del 7,6 %.
El comercio al por menor se recuperó poco a poco de la recesión al cerrar el año con incrementos del 2 %.
Entre todas las ramas de la economía, el mejor resultado lo obtuvo el sector financiero que registró una subida del 5,1 %. Importante resultó el saneamiento a gran escala efectuado por el Banco Central de Rusia en tres grandes entidades del país: Binbank, Otkritie y Promsviazbank.
Desde 2016, Rusia comenzó a reducir la dependencia de su moneda del oro negro tras adoptar una regla presupuestaria que incluye la compra de divisas extranjeras a cuenta de los ingresos adicionales acumulados cuando el precio del petróleo supera los 40 dólares por barril. Si hace dos años, la correlación entre el rublo y el petróleo alcanzaba el 80 %, ahora la dependencia ha disminuido hasta el 30 %.
Asimismo, el gobierno tiene previsto introducir en este 2018 bonos en yuanes en el mercado nacional por un valor de 1.000 millones de dólares para los inversores chinos.
El ministro de Finanzas Anton Sivanov explicó que aunque Moscú no tiene necesidad de emitir los bonos en yuanes, su introducción en el mercado ruso servirá como instrumento alternativo de préstamos internos si los inversores extranjeros se asustan por el endurecimiento de las sanciones.
Las ilegales medidas económico-financieras han costado a Moscú perdidas por unos 55 000 millones de dólares al provocar en su principio la huida de capitales, bajar el volumen de las inversiones e impedir a bancos tener acceso a créditos foráneos, (cuestiones que ha ido superando) mientras que Occidente el perjuicio ha sido de 100 000 millones de dólares debido a las sanciones que impuso Rusia como contra medidas.
El diario británico The Financial Times ha reconocido el empuje económico que ha logrado esa nación pese a la aberrante postura occidental, pues ha podido impulsar el desarrollo de sus empresas.
Para 2018 se espera que con la correcta política aplicada por sus dirigentes, la economía y la industria del país pudieran alcanzar un crecimiento de hasta el 4,5 %.
Todo lo anterior confirma que confirma el gigante euroasiático ha podido adaptarse a las sanciones de Occidente, y superar la dinámica negativa y pasar hacia una trayectoria de crecimiento.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.
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