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Rusia, ¿sexta economía mundial?

Fuentes: Rebelión

La afirmación de dirigentes rusos de que ese país se colocará en poco tiempo entre las seis potencias económicas más fuertes del mundo, solo podrá concretarse si logra convertirse de proveedor de energía y materias primas, en exportador de tecnología, maquinarias, y servicios de puntas. Esa nación euroasiática sufrió una transmutación violenta que la llevó, […]

La afirmación de dirigentes rusos de que ese país se colocará en poco tiempo entre las seis potencias económicas más fuertes del mundo, solo podrá concretarse si logra convertirse de proveedor de energía y materias primas, en exportador de tecnología, maquinarias, y servicios de puntas.

Esa nación euroasiática sufrió una transmutación violenta que la llevó, en un abrir y cerrar de ojos, de un socialismo condescendiente (ex Unión Soviética) a un capitalismo desmedido. Empresas, minas y servicios pasaron de ser propiedades públicas, al sector privado que en muchas ocasiones ni abonaron el importe al Estado.

El presidente Dmitri Medvedev en un discurso ante la XII edición del Foro Económico Internacional efectuado a principios de junio en San Petersburgo, presentó un proyecto de modernización hasta 2020 que atraerán inversiones multimillonarias para la reconstrucción, modernización y construcción de aeropuertos, carreteras, industrias y de los juegos olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi.

Enfatizó que el país requiere técnicas y conocimientos modernos pues el objetivo es situarse entre las seis potencias económicas más fuertes del mundo y para eso debe superar la dependencia de la exportación de materias primas y energía y concentrarse en llevar tecnología de punta a barcos, aviones, software y técnica atómica, así como la nanotecnología que fue elevada a proyecto nacional.

Seguidamente, en el mismo Foro, el vice primer ministro Igor Shuvelov ratificó las palabras del presidente y dio como un hecho que Rusia ocupará a finales de este año ese anhelado lugar mundial.

Para lograr ese objetivo las transformaciones deben ser grandes pues como se conoce, Rusia no cuenta con tecnologías de avanzada y sus productos industriales no pueden competir a nivel internacional con los de los países desarrollados y con los de otros como China, Taiwán, Corea del Sur, India, por citar algunos.

En 2007, Rusia se situó, según el Fondo Monetario Internacional en la 11 posición mundial con un Producto Interno Bruto (PIB) de 1 166 560 millones de dólares, por detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania, China, Reino Unido, Francia, Italia, España, Canadá y Brasil, en ese orden.

El boletín oficial No. 26 publicado por la embajada de Rusia en Cuba, señala que en los años 90 se redujo el comercio exterior, que por primera vez en varias decenas de años resultó ser un negocio particular, que tenían como fondo las reformas de mercado ocurridas en el país.

Las administraciones de Mijail Gorvachov y Boris Yeltsin llevaron al país a una profunda crisis económica y a la perdida de su papel predominante en peliagudos problemas de la arena internacional.

Datos oficiales indican que en 2000 el índice de pobreza en Rusia había alcanzado la cifra de 30%. Los años de capitalismo la debilitaron enormemente y afectaron la mayoría de población.

Durante el período del gobierno de Vladimir Putin, comenzó a revertirse esa situación y en los últimos ocho años la pobreza se redujo a 14%; el crecimiento total del PIB fue de casi 70% (más de 7% anual), el de la industria 75% y el de las inversiones 125% que le permitieron situarse en el 11 lugar del orbe.

La atención medica que sufrió una extensa desatención, esta volviendo a equilibrarse con la instalación de más de 40 000 unidades de equipos de diagnóstico y atención gratuita al 90% de las embarazadas y a menores de edad (medida adoptada debido a la baja natalidad).

El gobierno de Medvedev tiene como objetivo convertir a la nación en un centro financiero internacional de influencia con una línea de control estatal y privado, impuesta por Putin, que hasta el momento le ha dado resultado.

Se delineo un nuevo enfoque en la elevación del nivel de vida de los ciudadanos para tratar de resolver los problemas sociales de salud pública, vivienda, educación y en la atención agrícola.

Ahora se prevén la creación de nuevas corporaciones estatales para reanimar determinados sectores de la economía donde según Shuvalov «donde el sector privado y los mecanismos de mercado no pueden reaccionar por su cuenta». Las corporaciones operarán de acuerdo a mecanismos de gestión corporativa, transparencia y con especialistas altamente calificados. Entre estas se citan el banco estatal Vnesheconobank para atender el sector financiero y crediticio; Rosnanotex para desarrollar la nanotecnología; Rostejnologi para potenciar la industria de maquinarias y Rosatom para potenciar la energía nuclear. También aparecen los gigantes estatales de la Aeronáutica Unificada (OAK) que aglutina a las principales fábricas de aviones de uso civil, y la Corporación Naviera Unificada que abarca los astilleros rusos dedicados a la construcción de buques y tecnología naviera.

En estos ocho años, Moscú se transformó en una superpotencia energética al ser el segundo exportador mundial de crudo y el primero de gas natural, lo que junto a un mejor control de las ganancias y a los exorbitantes precios alcanzados por ese combustible le abrieron las puertas hacia su deseque económico.

Asimismo, el control sobre las ganancias de la exportación de petróleo (impuestos petroleros) le permitió incrementar el Fondo de Estabilización (Stabfond) y con esos ingresos se liquidaron todas las deudas de la ex URSS.

Los ingresos de petrodólares crecieron en el Stabfond y a finales de 2008 este organismo se dividió en el Fondo de Reserva (para caso de cataclismo financiero mundial) y el Fondo de Bienestar nacional que se utilizará en la reforma de pensiones.

Moscú esta volviendo a resurgir como potencia mundial y hoy no se puede hablar de defensa de mísiles estratégicos, el nuevo orden mundial, prioridades geopolíticas, resolución internacional de conflictos, cooperación nuclear, estabilidad estratégica o percepciones de seguridad si no se tiene en cuenta la posición del gigante ruso.

El país más grande del mundo con 17 075 400 kilómetros cuadrados y una población de 145,3 millones de habitantes con alto índice de desarrollo educacional humano puede alcanzar la meta de convertirse en la sexta potencia económica pero para lograrlo tendrá que trabajar duro.