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Dos tercios están en China; 42 millones de personas cumplen jornadas exhaustivas

Salarios de miseria, el reverso de las marcas producidas en zonas francas

Fuentes: La Jornada

Violaciones a los derechos de los trabajadores en Bangladesh y Honduras, entre otros países

Salarios de miseria, jornadas exhaustivas, acoso y amenazas: es la vida cotidiana de los 42 millones de trabajadores, a menudo mujeres y niños, empleados en las 3 mil zonas francas del planeta, de ellas dos tercios en China, según el movimiento sindical mundial.

La Confederación Independiente de Sindicatos Libres (CISL), primera organización sindical mundial con 148 millones de afiliados, denuncia esta situación en un informe titulado El reverso de las marcas: condiciones de trabajo y derechos de los trabajadores en las zonas francas de exportación.

Desde los años 70, estas zonas atraen a inversionistas extranjeros gracias a ventajosos regímenes fiscales y a una regulación flexible.

Pero los sindicatos se interrogan sobre la «contribución real» de estas inversiones a corto plazo a países como Bangladesh, República Dominicana, Honduras, Madagascar o Sri Lanka, donde se han constatado graves violaciones de los derechos de los trabajadores.

Según un recuento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay 3 mil zonas francas de exportación en el mundo, de las que dos tercios se encuentran en China.

La mayoría de las zonas francas se encuentra en países que han ratificado las ocho convenciones de la OIT, aunque muchas empresas están exentas de aplicar el derecho del trabajo.

Por ejemplo en Bangladesh, ningún sindicato está autorizado a penetrar en ninguna de las seis zonas francas de exportación, donde el trabajo infantil y el acoso sexual son moneda corriente, no se pagan las horas extraordinarias y el chantaje del despido se enarbola constantemente, denuncia la CISL, reunido en congreso en Japón.

En Filipinas, las tres zonas francas de Luzón, cerca de Manila, albergan a empresas asiáticas, estadunidenses y europeas que pagan menos de 250 pesos, o cinco dólares por día.

«Los sindicatos no logran entrar. Es un gran problema. Llegamos a organizar estos trabajadores, pero es muy lento», denuncia Demócrito Tolo Mendoza, del Trade Union Congress of the Philippines , que cuenta con un millón de miembros.

En septiembre de 2003, la CISL difundió un video con ocasión de la Conferencia de la Organización Mundial de Comercio en Cancún (México), en el que mostraba malos tratos físicos a los asalariados de la empresa Corazón de Honduras.