Si la indexación garantiza que cada vez que ataquen al bolívar y eleven la inflación haya un ajuste automático en proporción y velocidad de los salarios, entonces la movilidad salarial en Venezuela quedaría determinada por quienes, desde Miami, vía web, fijan a sus reales ganas la tasa del dólar paralelo.
Pero no solo serían los salarios. La propuesta de los economistas Tony Boza, Juan Carlos Valdez, acompañada por Pasqualina Curcio, Andrés Giussepe, Rodolfo Sanz, también prevé que serán indexados el presupuesto público de inversión/gasto y, por lo tanto, la cantidad de dinero que circula en la economía, con lo cual quienes fijan a su antojo político el dólar paralelo incrementarían su capacidad para influir en políticas y decisiones propias de la Asamblea Nacional, Ministerio de Finanzas y del BCV.
Ojo. La deducción anterior es de quien suscribe este artículo, para cuya argumentación toma las apreciaciones del economista Luis Enrique Gavazut, expuestas en el análisis En respuesta a Jesús Farías y la controversia sobre la indexación salarial. Aquí señala: “…la propuesta de indexación salarial, en caso de que llegase a instrumentarse, no mejorará la situación actual en que se encuentra la economía venezolana y, por el contrario, podría empeorarla. En particular, no estabilizará, es decir, no detendrá el deterioro del salario real, ni mucho menos lo aumentará, que es, en última instancia, el propósito fundamental que se persigue con la indexación”.
Para más adelante explicar que “según los proponentes de la indexación, no solo salarial, sino también tributaria, presupuestaria y del ahorro, el elemento central de la guerra económica es la manipulación cambiaria por factores económicos externos. Así, mientras persista la manipulación política del tipo de cambio, con la indexación se busca revertir la pulverización del salario real y el deterioro de los servicios que presta el Estado”, explica.
Gavazut arguye: “El poder adquisitivo de la clase obrera venezolana ha caído en gran medida por la gran reducción de los ingresos de la República, a consecuencia importante de las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra el país. El bloqueo criminal del gobierno yanqui ha ocasionado una brutal contracción de la producción y, por lo tanto, del ingreso nacional. Asimismo, ha provocado el incremento espantoso de los precios, lo cual ha conducido al desplome dramático de los salarios”.
“Nuestros ingresos petroleros se desplomaron dramáticamente, pasando de más de 45 mil millones de dólares antes del bloqueo a menos de mil millones en el pasado año 2020, a consecuencia del terrible ataque que sufre nuestra economía. Ese desplome arrastró a toda la economía. Incluso, la Relatora de la ONU y un informe de la GAO en Washington han reconocido los efectos devastadores de las sanciones estadounidenses en la economía, en general, y en los salarios, en particular”.
“En primer lugar, no se puede distribuir un ingreso (salario) que no existe y este ingreso se genera, precisamente, produciendo. En segundo lugar, para bajar la inflación, necesariamente, hay que desactivar la especulación cambiaria y, para ello, se requieren divisas. Eso también pasa por producir y exportar más. Por la naturaleza actual de nuestra economía, el mayor esfuerzo para generar divisas en el corto plazo se tiene que concentrar en el petróleo”.
Incluso aun faltaría. En paralelo hay que romper las cadenas monopólicas y oligopólicas de producción y distribución e ir fracturando la arraigada visión del Estado como botín de dólares baratos, lo cual implica afianzar conciencia sobre la primacía de lo nacional venezolano, aspectos que exigen incluir nuevas y diversas armas de la lucha contra la guerra económica que la ubican como una labor cultural de carácter multifactorial. El dólar paralelo incide en las decisiones económicas del país porque hay condiciones internas que favorecen su recepción y absorción.
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/salarios-venezolanos-fijados-desde-miami/