No podemos ser indiferentes con la crisis de Mercal, el pueblo está sufriendo consecuencias que pudieran ponerlo a pensar en volver atrás, ante la ausencia de un tratamiento revolucionario para este gravísimo problema. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la profunda crisis en Mercal es producto de la reproducción del capitalismo en el seno […]
No podemos ser indiferentes con la crisis de Mercal, el pueblo está sufriendo consecuencias que pudieran ponerlo a pensar en volver atrás, ante la ausencia de un tratamiento revolucionario para este gravísimo problema. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la profunda crisis en Mercal es producto de la reproducción del capitalismo en el seno de esa institución, que nació para la transición y ya es tiempo de relanzarla con un enfoque socialista.
Desde el 2003 vimos surgir y crecer a Mercal hasta constituirse en la mayor red social de distribución de alimentos (15 mil puntos de venta), con una inmensa cobertura en los sectores populares (15 millones de beneficiarios) y rotación de grandes volúmenes (6 millones de toneladas diarias). Con ese gigante derrotamos al golpismo. Tenía que ser así, porque nuestro comandante Chávez lanzó la Misión Mercal como una política publica para romperle el espinazo a la especulación y garantizar la seguridad alimentaria de todos los venezolanos. Se fijan porque el interés imperialista en que Mercal desaparezca. Así no habrá con que combatir la especulación del mercado, ni ofrecer seguridad alimentaría.
El problema de fondo en Mercal, a nuestro entender, no es lo que todo el mundo piensa y dice: alimentos en mal estado, doble facturación, autorobos, colas, acaparamiento, deudas y problemas laborales. Esos son síntomas de una causa raíz. Mercal está herida de muerte y no precisamente por esas desviaciones operativas, sino porque se han reproducido las prácticas del capitalismo: a) fortalecimiento de las roscas especuladoras con productos subsidiados, b) importación indefinida, exagerada y sin control, de productos de origen agropecuarios y c) subsidio a las cadenas agroindustriales propiedad de los golpistas que quieren que Chávez se vaya. Basta revisar las etiquetas. En conclusión, el capital sigue acumulándose en las cuentas bancarias de unos pocos. Para remate existe un divorcio total entre Mercal y las misiones productivas, los lanceros de Vuelvan Caras no tienen entrada a Mercal para colocar sus productos. Ese es el veneno que esta acabando con la vida de Mercal. En esta etapa de la revolución, no es suficiente quejarse, ni denunciar, tampoco reclamar. Es obligatorio impedir las fallas catastróficas, corrigiendo a tiempo los errores.
Definitivamente, hay que salvar a Mercal. Proponemos líneas generales para un plan de lucha. Lo fundamental es encender el 5to Motor Constituyente en las entrañas de Mercal. La organización popular (contralores sociales, comités de alimentación, lanceros y lanceras, red de bodegueros) debe participar en el relanzamiento de Mercal con propuestas legítimas. Esto no es problema exclusivo de gerentes, fiscales, diputados o Disip. Solo el pueblo salva a Mercal. (I) Elaborar una estrategia coherente y de conjunto para garantizar la soberanía alimentaría y productiva. Una verdadera alianza Pueblo-Gobierno (Mat, Minep, Minal y el pueblo organizado) (II) Obligar en lo inmediato, a los grandes productores de carne, pollo, leche, huevos, maíz y yuca, que recibieron créditos del gobierno, a entregar la producción a Mercal. (III) Municipalizar las compras para tener en los estantes: Chivo paraguanero, pescado del Orinoco, pollo guariqueño, hortalizas andinas, queso de Upata, arroz de portuguesa, maíz de La Paragua, entre otros. Para ser coherentes con el Desarrollo Endógeno. (IV) Desarrollar Planes de Producción Agropecuaria con los lanceros, lanceras, cooperativas y Núcleos de Desarrollo Endógeno anticipándoles el pago de las cosechas. (V) Transformar a Mercal C.A en una empresa social dirigida colectivamente por los empleados, productores agropecuarios y agroindustriales patriotas, consejos comunales.
Podemos salvar a Mercal si respondemos a la dificultad presente con eficacia política y calidad revolucionaria.