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Salvemos la banca, no los banqueros

Fuentes: naciodigital.cat / Rebelión

Llegados a la actual situación, todos compartimos el interés en salvar el sistema financiero. Mejor dicho, todos esperamos salvar la confianza, que mantendrán los compromisos contractuales y que los propietarios podrán sacar los ahorros depositados en la entidad -o en otra- y, en todo caso, el Estado se encargará de que así sea. De hecho, […]

Llegados a la actual situación, todos compartimos el interés en salvar el sistema financiero. Mejor dicho, todos esperamos salvar la confianza, que mantendrán los compromisos contractuales y que los propietarios podrán sacar los ahorros depositados en la entidad -o en otra- y, en todo caso, el Estado se encargará de que así sea.

De hecho, la mayor parte de propuestas que hacen las diversas autoridades institucionales internacionales y nacionales, directa o indirectamente pretenden apuntalar el sistema financiero distribuyendo el coste entre amplios colectivos de individuos de varios estados. Las recientes exhortaciones hechas por Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, en su discurso pronunciado en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores en Berlín, van en este sentido. Pone de manifiesto la relación entre el endeudamiento privado y el público (cuando éste tiene el propósito y la necesidad de salvar a aquél en cuanto a la solvencia y liquidez de cajas y bancos, como ya expliqué hace tiempo). Más crecimiento, cortafuegos más amplios e integración más profunda, son maneras de encabezar las ideas concretas ya sabidas de que en la zona euro hay un riesgo de ver aumentada la carga de la deuda como consecuencia de un menor crecimiento y una menor inflación que la retroalimenta.

Sabido es que hay que capitalizar los bancos y que algunos países deben ajustar sus finanzas; que Italia y España necesitan que haya mayor dotación para salvamento, no tanto para que puedan necesitarla como para hacer creíble que podrían disponer de ella en todo caso, que el Banco Central Europeo debe dar liquidez suficiente y que hay que mutualizar el riesgo del sistema bancario transfronterizamente. Respecto al resto del mundo, las contribuciones de los Estados Unidos y Japón tienen que ver con la reducción de los déficits en el futuro y los mercados emergentes y países avanzados que puedan deben estimular su demanda interna.

Pero salvar el sistema financiero no significa exculpar sus directivos, ni mucho menos permitirles que lleven los recursos de las entidades en forma de jubilaciones millonarias o indemnizaciones de cualquier tipo. Ellos han contribuido a crear la situación en la que nos encontramos y hay que asuman la cuota de este coste.

Fernando G. Jaén es Profesor Titular. Departamento de Economía y Empresa. Universidad de Vic

http://www.naciodigital.cat/opinionacional/noticiaON/2998/salvem/banca/banquers

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