El socialismo mágico merodea por el laberinto de ideas. Repiqueteaba en mi cráneo una tonadilla que aún hoy tarareo. Un jinete recortó con su espejado sombrero de cuero el espinoso horizonte del Sertão. Un encuentro en la frontera del sueño. Volta Seca, Zé Baiano, Ponto Fino y Levino Ferreira. Corto Maltés se cruza con Corisco, […]
El socialismo mágico merodea por el laberinto de ideas. Repiqueteaba en mi cráneo una tonadilla que aún hoy tarareo. Un jinete recortó con su espejado sombrero de cuero el espinoso horizonte del Sertão. Un encuentro en la frontera del sueño.
Volta Seca, Zé Baiano, Ponto Fino y Levino Ferreira. Corto Maltés se cruza con Corisco, el Diablo Rubio. La macumba resucita muertos. Héroes y bandidos. Los cangaçeiros vengan las afrentas, ejemplo de un pueblo miserable y místico, que se rebela en «La Guerra del Fin del Mundo» de Canudos, el Contestado y Caldeirão. Historia social de Brasil. Lampião estrena sus correrías con Sinhô Pereira, ataca la hacienda de la baronesa de Água Branca y como jefe del Cangaço diseña una política de alianzas que le permite controlar territorio y, simultáneamente, mantener una guerra prolongada. Finalmente, la persecución de los nazarenos y las volantes lo emboscan. Relatos de cordel, cananas cruzadas, poetas armados que entonan versos de bala: «Mi rifle tira cantando, porque soy buen cantador. Mientras mi rifle trabaja, mi voz lejos se explaya, zumbando del propio horror». 1938: Las cabezas de María Gomes Bonita y Virgolino Ferreira Lampião son expuestas a degüello en el altar patrio de los coroneles. Estado Novo totalitario Getúlio Vargas.
Brasil, tierra nativa, cabocla, esclava, quilombola, pobladora y colona. Las masas bailan en el funeral de Glauber Rocha. El cine antropófago deglute antagonismo y con Oswald Andrade devora a José de Galimatías, para quien el derecho es ejercicio de posibilidad. Dios y el Diablo en la tierra del sol, «somos todos la misma cosa», sentencia Antonio das Mortes, cazador de cangaçeiros y asesino del santón Sebastião. Estética de hambre, violencia, revolución y sueño. Didáctica épica. Arte como «magia capaz de embrujar» al ser humano para que «no soporte más vivir en esta realidad absurda». La cultura revolucionaria choca en 1964 con un golpe militar que canaliza hacia la Amazonia la presión popular de los campesinos sin tierra. Las ocupaciones y acampadas son reprimidas por la dictadura castrense hasta que rebrotan en 1979, sin apagarse los rescoldos en Rio Grande do Sul, preludiando lo que será el MST.
Radio Favela: emisión en los arrabales. El PT de Lula gana las elecciones del 2002 con el apoyo de la izquierda, de los desposeídos que lo adoran y de los movimientos sociales. No hay tregua. Intelectuales como César Benjamín, James Petras o Emir Sader advierten del rumbo neoliberal que toma el gobierno. Los indicadores alertan: Tras operarse un cambio profundo en el paradigma social brasileño, corren vientos de corruptelas y traiciones políticas. –