Revisado por Caty R.
La brillante victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de diciembre de 2006 reforzó la legitimidad del líder venezolano. Por primera vez en la historia del país, un presidente es elegido para un tercer mandato consecutivo con una aplastante mayoría. Después de una fase inicial de ocho años y resultados espectaculares en términos de lucha contra la pobreza, empieza una nueva etapa.
El 10 de enero de 2007, en el acto de su investidura para un nuevo mandato de seis años, Chávez anunció nuevas reformas económicas y sociales con el objetivo de distribuir las enormes riquezas de la nación y mejorar el nivel de vida de los habitantes. El presidente Chávez hizo partícipe de su voluntad de acelerar «la construcción de un nuevo sistema político […], social […], y económico» en Venezuela, denominado «el proyecto socialista bolivariano» [1].
El gobierno se lanzó a un proceso de nacionalización de algunas empresas eléctricas y de telecomunicaciones que se encuentran en una situación de monopolio. Las empresas privadas «Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela S.A.» (CANTV) y «Electricidad de Caracas», dependientes en gran parte de capitales estadounidenses pasaron a ser controladas por el Estado que recobra así una parte de su soberanía económica [2].
«Cantv» controla actualmente el 83% del mercado Internet, el 70% del mercado de comunicaciones telefónicas nacionales y el 42% de las llamadas internacionales. Posee cerca de 3 millones de líneas y 100.000 teléfonos públicos. La empresa de telecomunicaciones, que se concentró en la parte centro-norte, abandonó algunas regiones del país poco rentables [3].
Los ciudadanos venezolanos deberían sacar beneficio de esta nacionalización, que pondrá término a la inflación de los precios. Además, «el Estado va a invertir en zonas que no son rentables desde el punto de vista del mercado. Eso va a traer como consecuencia que todos los venezolanos, en un corto período, tengamos acceso a los servicios telefónicos», enfatizó Jesse Chacón, ministro de Telecomunicaciones e Informática. Ahora, la calidad del servicio primará sobre la rentabilidad [4].
El anuncio de la nacionalización de la empresa fue acogido de manera positiva por los empleados de Cantv. Hubo varias manifestaciones de antiguos asalariados a favor de la intervención del Estado. En efecto, numerosos conflictos enfrentan a la junta directiva, que se niega a pagar ciertas prestaciones sociales, y los trabajadores. Cerca de 1.500 jubilados de la empresa fallecieron sin recibir las pensiones que se les debían [5].
«La nación debe recuperar la propiedad social sobre los medios estratégicos de producción», declaró el presidente Chávez aludiendo a los sectores eléctrico, del agua y de las comunicaciones. Todo aquello que fue privatizado, nacionalícese», agregó [6].
Tomando ejemplo de la empresa petrolera PDVSA, el Estado desea combinar servicio público y buena gestión. «Tenemos que cambiar los falsos paradigmas que se tenían, en donde el hombre estaba al servicio de la economía. Hoy la economía debe estar al servicio del hombre y del colectivo», subrayó Alfredo Riera, presidente del Fondo Nacional de Garantías Recíprocas para la Pequeña y Mediana Empresa (Fompyme) [7].
El mercado de telecomunicaciones se abrirá ahora a pequeños operadores privados y permitirá reducir el costo de las estructuras. «Conjuntamente con ellos se desarrollarán políticas para la prestación del servicio a lo largo y ancho del país», anunció Chacón [8].
El ministro de Telecomunicaciones e Informática se congratuló por la compra de la compañía. «Logramos la recuperación de Cantv en un proceso transparente y de bajo costo para la nación», señaló. Declaró que la ética socialista será predominante en el funcionamiento de la nueva empresa y como consigna el servicio al ciudadano. «Este Gobierno ha dado la importancia debida a los sectores estratégicos de la vida del país y la Cantv será de todos los venezolanos», concluyó. La universalización del acceso a Internet, sin barreras geográficas ni sociales, es uno de los primeros objetivos de Cantv [9].
La empresa «Electricidad de Caracas», la entidad privada más grande del sector valorada en 900 millones de dólares, también fue nacionalizada. La multinacional estadounidense AES firmó un acuerdo con el gobierno venezolano cediendo el 82,14% de sus acciones. El ministro de Energía, Rafael Ramírez, insistió en la importancia y en el «interés estratégico y nacional de tener el control de todo el sector eléctrico». El ministro también afirmó que se respetarán los intereses de los 100.000 venezolanos que poseen una participación del 13% en la empresa [10].
El vicepresidente de la República, Jorge Rodríguez, recordó por su parte que las privatizaciones de los años 1990 y 2000 no beneficiaron a la población. «Venezuela no escapó a la voracidad» del neoliberalismo que es responsable de la pobreza y la exclusión. En efecto, las riquezas que generaron las privatizaciones sólo beneficiaron a una elite que transfirió rápidamente sus capitales al extranjero y no contribuyeron al desarrollo del país [11].
Rodríguez también denunció el enorme encarecimiento de las tarifas a finales de los años 90 «que fueron de las más caras del mundo». La mitad de los municipios «donde se agrupa el 40% por ciento de la población, un 75% de centros poblados no cuentan con telefonía pública», deploró, agregando que «no hubo un desarrollo de la telefonía hacia el sur del país» [12].
Washington no pudo dejar de inmiscuirse otra vez en los asuntos internos de Venezuela. La secretaria de Estado Condoleezza Rice estigmatizó «la transición negativa» que toma Venezuela. Reiteró su voluntad de subvertir el orden establecido financiando a la oposición de la cual Estados Unidos «ha sido uno de los apoyos más firmes». También recordó la enorme ayuda económica que aportaron a la organización «Súmate» cuyos dirigentes fueron procesados por espionaje y conspiración con una potencia extranjera. Rice enfatizó que el Departamento de Estado estaba elaborando un nuevo programa de financiación de los sindicatos venezolanos con el objetivo evidente de desencadenar huelgas y desestabilizar la economía del país [13].
John D. Negroponte, director de la Agencia Nacional de Inteligencia, tuvo palabras muy agresivas contra el presidente Chávez. Acusó al gobierno venezolano de aprovechar «su popularidad para debilitar a la oposición y eliminar cualquier control sobre su autoridad», olvidándose de que la oposición, barrida durante las elecciones de diciembre de 2006, se desacreditó ante el pueblo con el golpe de Estado de abril de 2002, el sabotaje petrolero de diciembre de 2002 y su incapacidad para proponer un programa creíble a los electores. Negroponte también afirmó que «el mayor riesgo para la democracia está en Venezuela y Bolivia», estigmatizando así a las dos naciones latinoamericanas que rechazan firmemente las políticas neoliberales y desarrollan programas sociales. Negroponte incluso llegó a lamentar, en una declaración surrealista, que el presidente bolivariano intentara «socavar la influencia de Estados Unidos […] en Venezuela» [14].
Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores, no tardó en reaccionar a las palabras de Negroponte. Según él, Venezuela no tiene ninguna lección que recibir de un funcionario implicado en el tráfico de drogas y armas que permitió financiar la guerra sucia contra Nicaragua y El Salvador en los años 80 y 90, «Negroponte es un delincuente que no tiene ninguna autoridad moral para hablar de Venezuela», declaró Maduro. «Estamos defendiendo el derecho de nuestros pueblos a vivir felizmente, en democracia y en paz. [Estados Unidos] debe acostumbrarse a esta nueva realidad» [15].
El presidente Chávez denunció los planes de Washington para derrocar a su gobierno. La ofensiva «viene con una fuerte carga económica», advirtió en referencia a las palabras de George W. Bush, que desea dejar de depender de Venezuela en materia de energía petrolera. El líder bolivariano fue claro al respecto: «Si no quieren comprarle a Venezuela, que lo digan y no les vendemos más petróleo». También criticó la gira de Bush por Latinoamérica, prevista entre el 8 y el 14 de marzo de 2007, cuyo objetivo es aislar a su país [16].
Venezuela encontró una manera original de responder a las declaraciones hostiles de Washington y a sus intentos probados de desestabilización. Desde 2005, Hugo Chávez ayuda a los pobres de Estados Unidos abandonados por la administración Bush, vendiéndoles combustible barato. Joseph Kennedy, ex congresista del Partido Republicano, agradeció a sus «buenos amigos de Venezuela» su solidaridad. Respondiendo a las críticas del republicano de la Florida, Connie Mack -que desea eliminar este programa que sume al gobierno estadounidense en un profundo compromiso-, Kennedy le propuso «promover una prohibición a todo el petróleo venezolano y no sólo a la pequeña cantidad [que se utiliza] para ayudar a los pobres a calentar su hogar» [17].
Agregó en su carta de respuesta: «Una vez que hayamos adoptado la Doctrina Mack y rehusado el petróleo proveniente de cada país que falle en satisfacer nuestros disciplinados estándares morales, estoy seguro de que usted disfrutará volviendo a pie a Washington, porque, ciertamente, no habrá combustible que le permita a usted volar hacia allá» [18].
Concluyó: «Me encantaría juntarme con usted para abordar la amenaza real para nuestro país, cuyo sistema es un tipo de socialismo para los ricos y el libre mercado para los pobres, un sistema que ha otorgado miles de millones de dólares a las empresas petroleras y sus ejecutivos» [19].
La población venezolana es la principal beneficiaria de estas nacionalizaciones. Ahora el servicio prevalece sobre la rentabilidad y las eventuales ganancias, en vez de ser expatriadas como se hacía antes, se reinvertirán y permitirán desarrollar el país. Contrariamente al resto de Latinoamérica, con algunas excepciones, los venezolanos tienen la suerte de contar con un presidente que sabe cumplir sus promesas.
Notas
[1] Casto Ocando, «Chávez proclama el ‘socialismo o muerte'», El Nuevo Herald, 11 de enero de 2007.
[2] Fabiola Sánchez, «Gobierno negociará nacionalizaciones en Venezuela», Associated Press, 10 de enero de 2007.
[3] Agencia Bolivariana de Noticias, «Queremos que Cantv sea una empresa tan eficiente como Pdvsa», 11 de enero de 2007; Agencia Bolivariana de Noticias, «gobierno nacional dio primer paso hacia nacionalización de la Cantv», 12 de febrero de 2007.
[4] Fabiola Sánchez, «Descartan nacionalizar telecomunicaciones en Venezuela», Associated Press, 11 de enero de 2007.
[5] Erika Hernández, «cantv: icono de la privatización a la venezolana vuelve a manos del Estado», Agencia Bolivariana de Noticias, 12 de enero de 2007.
[6] Ibid.
[7] Agencia Bolivariana de Noticias, «Nacionalización de Cantv demostrará eficiencia del Estado como gerente», 12 de enero de 2007.
[8] Agencia Bolivariana de Noticias, «Chacón se reunirá con Chávez para definir proceso de nacionalización de Cantv», 11 de enero de 2007.
[9] Agencia Bolivariana de Noticias, «Recuperación de Cantv fue proceso transparente y de bajo costo», 12 de febrero de 2007.
[10] Associated Press, «Chávez estataliza la Electricidad de Caracas», 9 de febrero de 2007.
[11] Agencia Bolivariana de Noticias, «Vicepresidente Rodríguez garantizó que habrá un mejor servicio telefónico», 12 de febrero de 2007.
[12] Ibid.
[13] El Nuevo Herald, «Rice dice que Chávez lleva a Venezuela hacia la destrucción», 8 de febrero de 2007.
[14] Néstor Ikeda, «Inteligencia de EEUU preocupada por Venezuela, Bolivia», Associated Press, 11 de enero de 2007.
[15] Agencia Bolivariana de Noticias, «Negroponte no tiene moral para hablar de Venezuela», 12 de enero de 2007.
[16] Agencia Bolivariana de Noticias, «Presidente denunció nuevo plan del imperialismo para atacar a Venezuela», 14 de febrero de 2007.
[17] Agencia Bolivariana de Noticias, «Ex congresista estadounidense defendió ayuda de Venezuela a pobres de EEUU», 13 de febrero de 2007.
[18] Ibid.
[19] David Brooks, «El envío de petróleo venezolano para los pobres en EEUU suscita un debate entre políticos», Rebelión, 15 de febrero de 2007.
El francés Salim Lamrani es investigador de la Universidad Denis-Diderot en París y está especializado en las relaciones de Cuba y Estados Unidos. Colabora habitualmente en Rebelión. Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor y la fuente.