La brecha de riqueza entre familias hispanas y blancas no hispanas en Estados Unidos se ensanchó desde fines de los años noventa, indicó un estudio del Centro Hispano Pew, difundido este lunes. El promedio neto de las posesiones de una familia hispana en 2002 fue de 7 mil 932 dólares, apenas 9 por ciento del […]
La brecha de riqueza entre familias hispanas y blancas no hispanas en Estados Unidos se ensanchó desde fines de los años noventa, indicó un estudio del Centro Hispano Pew, difundido este lunes.
El promedio neto de las posesiones de una familia hispana en 2002 fue de 7 mil 932 dólares, apenas 9 por ciento del promedio neto de posesiones de hogares blancos no hispanos, 88 mil 651 dólares, señaló el estudio. El valor promedio de posesiones de una familia negra no hispana fue de sólo 5 mil 988 dólares, agregó.
El estudio indicó que la recesión estadunidense de 2001 afectó más a las minorías, ya que entre 1999 y 2001 la riqueza promedio de las familias hispanas y negras no hispanas cayó 27 por ciento, mientras la de las familias blancas no hispanas subió 2 por ciento.
Las minorías enfrentan un acceso más limitado a los mercados financieros y mayores barreras para comprar su propia casa, explicó el Centro Hispano Pew, que basó su estudio en un análisis de datos de la Oficina del Censo.
»La brecha de riqueza debería disminuir a medida que la población hispana envejezca y adquiera mayor educación, especialmente títulos universitarios», dijo Roberto Suro, director del centro.
»La población hispana también está empezando a establecerse en nuevas áreas como Raleigh (Carolina del Norte), Omaha (Nebraska) y Nashville (Tennessee), y esta tendencia puede ayudar a más familias latinas a convertirse en propietarias», añadió.
Los hispanos son relativamente jóvenes, en general no tienen educación superior, están concentrados en regiones donde el costo de la vivienda es muy alto, como en Nueva York y California, y muchos son inmigrantes, lo cual contribuye a sus menores niveles de riqueza.
Un 74.3 por ciento de las familias blancas no hispanas eran propietarias de sus hogares en 2002, contra 47.3 por ciento de las familias hispanas y 47.7 por ciento de las familias negras no hispanas