Como los mercados bursátiles del mundo suben y bajan como un yo-yo, todo lo que se habla en los medios financieros es si una nueva recesión se acerca y cuándo llegará. Los expertos financieros buscan indicadores económicos que puedan guiarlos en la oscuridad. El favorito es la ‘curva de rendimiento de bonos invertidos’. Esto es […]
Como los mercados bursátiles del mundo suben y bajan como un yo-yo, todo lo que se habla en los medios financieros es si una nueva recesión se acerca y cuándo llegará.
Los expertos financieros buscan indicadores económicos que puedan guiarlos en la oscuridad. El favorito es la ‘curva de rendimiento de bonos invertidos’. Esto es la diferencia entre la tasa de interés anual que se obtiene de un bono del gobierno (que tiene una vida de diez años) y la tasa de interés por comprar un bono a tres meses o dos años de vencimiento.
La curva de las tasas de interés para bonos con diferentes vencimiento es generalmente ascendente, lo que significa que si se compra un bono del gobierno se espera obtener una tasa de interés más alta que si se compra un bono a tres meses o a dos años. Pero, a veces los bonos del gobierno caen por debajo del rendimiento de los bonos a tres meses. Entonces se produce la llamada «curva de rendimiento invertida».
¿Por qué pasa esto? Lo que ocurre es que los inversores en activos financieros (bancos, fondos de pensiones, fondos de inversión, empresas) están tan alarmados por la marcha de la economía que evitan tener acciones o bonos de empresas. Hacerlo es demasiado arriesgado y, por lo tanto, prefieren mantener activos más seguros con los bonos de Alemania, Japón, Estados Unidos o del Reino Unido. Estos países no van a quebrar como una empresa o un banco.