Más de 22 mil entradas por aporrea y vaya a saber cuántas miles de lecturas más por una cantidad de páginas chavistas y no que reeditaron, incluidas páginas evangélicas que tomaron esa editorial nuestra como un acto de blasfemia contra Dios como es el caso de la página de Nuvipa, trajo a sorpresa nuestra el […]
Más de 22 mil entradas por aporrea y vaya a saber cuántas miles de lecturas más por una cantidad de páginas chavistas y no que reeditaron, incluidas páginas evangélicas que tomaron esa editorial nuestra como un acto de blasfemia contra Dios como es el caso de la página de Nuvipa, trajo a sorpresa nuestra el escrito llamado «El fundamentalismo evangélico toca la puerta en Venezuela, no lo dejemos entrar».
Aclaro que el escrito propiamente no es mío sino de un compañero que le tocó en ese momento hacer una editorial al respecto en la página nuestra «Otra Política» -que por cierto con ese «autosapeo» la ponemos a las órdenes de los hackers para que la hackeen como ya hicieron con mi correo-. Pero bien, el fenómeno de su abultada lectura no es en vano. Efectivamente toda una estrategia ligada a utilizar las creencias religiosas de los pueblos como punto de partida para la creación de sectas fanáticas, totalmente intolerantes ante las culturas originarias incluidas las creencias tradicionales que movilizan la conciencia colectiva religiosa, siempre diversa, y la lucha por nuevos derechos colectivos con puede ser los de los «sexo-diversos» y tantos otros que incluyen en todo momento una sociedad de mayor libertad, igualdad y dignidad propia, se ha desarrollado con mucha fuerza en nuestramérica.
Quiero reiterar que esto no supone atacar creencia ninguna por sí misma, lo cual constituye en nuestro caso un derecho constitucional inalienable. De lo que se trata es de escarbar en qué medida la manipulación de esas creencias por sectas siempre ligadas a poderes mundiales va haciendo estragos dentro de las sociedades ansiosas de alguna «palabra» que los «ilumine» frente a las angustia de la pobreza en especial, la violencia y la descomposición social de las comunidades. Va haciendo estragos y quitándola toda voluntad de lucha y rebelión contra la injusticia vivida a los pueblos que se ahogan en este fanatismo que funde las luces de toda consciencia y las ahoga en el miedo y un Dios que solo causa terror y sentido pecaminoso de la vida.
Dentro del continente americano de norte a sur, las sectas que han operado en ese sentido han sido básicamente evangélicas, utilizando las raíces cristianas de la inmensa mayoría de nuestros pueblos, cuya historia y razón sabemos que viene de las características de la colonización de los tres continentes que hoy llamamos Américas. De las horribles masacres y esclavitudes causadas por la imposición de la colonia, superando las estructuras tradicionales de la iglesia católica siempre conservadora y reaccionaria que queda de ella siglos después, pasamos finalmente a vivir una inmensa hibridación en muchos casos muy bellas y llenas de sentido humano y de respeto al orden natural del cual venimos, que ha hecho el cristianismo con las religiones negras e indígenas originarias en un fantástico ecumenismo nuestramericano (y del cual muchos también se aprovechan para lucro propio, no podía faltar). Son mezcolanzas creadoras de un mundo espiritual particular, incluidos cristianismos que no son católicos pero tampoco evangélicos como es el caso de los trincadistas y su particular espiritismo, o muchos de los ritos medicinales amazónicos que bordean igualmente el cristianismo y el naturalismo.
Llegaron luego los fundamentalismos evangélicos todos ellos creados dentro de las sectas formadas desde el siglo XIX en norteamérica para «limpiar» la conciencia de nuestros pueblos «atrasados y bárbaros», sacarlas del «pecado pagano», de la blasfemia o de los falsos dioses, al cual acusan a todas las religiones incluida la católica por creer en vírgenes y santos, y regresarlos a la sola fe de Cristo. Muchos compañeros, como ha sido el caso de innumerables correos insultantes y hasta amenazantes que he recibido y me imagino continuarán, enviados desde la publicación de la editorial, aún siendo chavistas o aparentemente progresistas, caen en este juego macabro del fundamentalismo, queriendo demostrar que han encontrado una verdad absoluta por lo cual se dan el derecho o amenazar por blasfemo o simplemente a «perdonar» al pecador. Hay que reconocer que muchos problemas internos del chavismo particularmente esa manía de la utilización simbólica de la burocracia de cultos a héroes y figuras que no necesitan de culto ni exaltaciones sagradas como es el caso del mismo Chávez, ha facilitado esta ambigüedad en muchas personas…pero esto no es el problema ahora.
Ante esto les diría: muchas gracias pero no necesitamos ni de su oración ni de su perdón, perdón tendremos que pedirnos todos los seres humanos, perdón tendremos que darle a la naturaleza de la cual venimos y hacemos parte incluidos ustedes, si seguimos aceptando este mundo tan lleno de injusticias y desastres a las raíces terrenales de lo cual nunca hablan, solo del pecado, del temor a Dios. Mucho más que el miedo por un apocalipsis final -que si esa es la condena entonces de qué vale luchar por un mundo nuevo si ya estamos condenados al desastre por palabra divina y verdad revelada- tenemos enfrente el reto de un amor solidario invivido entre todos los seres humanos; esa es la revolución. Que Cristo venga como símbolo de lucha y liberación como sigue siendo para tantos pueblos, si esa es su necesidad bienvenida sea. Como no creyentes nos anotamos en ella porque siempre los símbolos de esperanza, de fuerza colectiva, abren los caminos libertarios que para ustedes como cristianos deben suponer el amor de tod@s. Mas no de una salvación frente a algo que nosotros como pecadores por lo visto ya estamos condenados a vivir en ese final apocalíptico que todos los fundamentalismos reciclan y recuerdan una y otra vez, con el fin de quitarle toda esperanza a los pueblos y deseo de insumisión.
Este es un mensaje que a la final va a los compañer@s evagélicos que se han identificado con el reto revolucionario. No peleen con nosotros y dejen las amenazas que también sabemos defendernos, mucho menos le hagan eco a aquellos movimientos que salen a la calle condenando derechos que les guste o no son derechos de personas tan dignas como ustedes y tan luchadoras -y de manera ejemplar en muchos casos- como ustedes. Asuman de lleno el mensaje cristiano de «Amaos los Unos a los Otros», «ama al Otro igual que a ti mismo». Recordando que ese Otro no necesita ser cristiano ni creyente, tampoco necesita de tu perdón ni de tu oración porque salga del pecado. El o ella es simplemente «Otro» al cual ustedes han de ofrendarle su amor como ser humano, como igual ese otro encontrará en su espiritualidad su forma de comprenderte y amarte, por ejemplo, será la solidaridad y el apoyo mutuo en el caso de los comunistas, movimiento que tanto odian todos los fundamentalismos por razones obvias: es el terror de los poderosos el fin de todo fundamentalismo religioso y de todo despotismo material. Acuérdense que la subversión cristiana original contra el mundo romano es la primera que habla abiertamente de la igualdad humana, igualdad de tod@s en su infinita y hermosa diferencia cultural. Chávez se cansó de hablar de eso, ¿cierto?.
Por eso decimos: «a los fundamentalismos evangélicos no los dejemos entrar». Repetimos no por estar en contra de los derechos religiosos de nadie, sino porque esos fundamentalismos, esas voces histéricas que ponen a niños a hacer obras de teatro entre tantos, ¡contra los magos! (vean la utilización que hacen estos de «marathana» que visten militarmente a niños menores representando lo que ellos suponen es el bien y el mal, algo sobre lo cual debería actuar la Lopna), no tienen nada que ver con ese Cristo originario. De verdad cosa insólita meterse con los seres más sorprendentes e inocentes de la creación humana que son los magos que por siglos han hecho lo inexplicablemente hermoso, ahora resulta que son la representación de la maldad y la perdición. Por favor hagamos la diferencia entre creencia y la más descarada manipulación reaccionaria que en este caso utiliza símbolos militaristas cuya razón no quiero adelantar pero se hace evidente, incluso en menores. Además ¿Cristo no fue un gran mago, según cuentan sus evangelios?. Vean por igual, como en las comunidades evangélicas pemonas por el río La Paragua, Bolívar, desde las siete de la noche por horas hasta que se duermen porque no aguantan más, ponen a niños a pegar gritos delirantes porque baje el espíritu santo (caso igual donde debe actuar la Lopna), mientras los pastores indígenas formados todos en EEUU o iglesias ligadas a centros nórdicos, obligan a esas comunidades a abandonar sus ritos y costumbres ancestrales y dejar a esas comunidades en la desmemoria y la incultura. Colonialismo puro, despotismo pastoral, ¿eso es amor cristiano?.
Hay que pararlos porque esto hace parte de una estrategia imperial clarísima particularmente desde que cayó el muro de Berlín, y ustedes los evangélicos que están con la libertad y no el miedo inducido, tienen una tarea clarísima en este aspecto. El imperialismo crea las condiciones para la descomposición de comunidades utilizando cualquier cantidad de agentes sobretodo ligados a la economía mafiosa y la droga, formando verdaderos terrenos de guerra social interna, escenarios para la gestación de cualquier cantidad de formas de paramilitarismo y violencia contra la comunidad y el cuerpo humano, para luego venir a traer la «salvación» en la pureza de estas verdades absolutas que generan las condiciones de sujetos sumisos, obedientes y totalmente intolerantes a la palabra distinta, imposible de producir cualquier consciencia crítica del mundo. Cristo termina siendo un déspota, un ser que nos llena de temores y culpas, y no la imagen del ser que se sacrifica en la lucha por el bien y la salvación de tod@s.
En nuestros países como ya ha operado en el caso de los fundamentalismos islámicos más terroristas como es el caso del ISIS y que ya se les fue de las manos a estos imperios siendo sus creadores en Siria se viene gestando una corriente interna que ya constituye una verdadera fuerza social que todos nosotros y particularmente los que se sientan cristianos deben enfrentar de plano. Las verdades puras y absolutas no existen, las verdades las va fraguando la propia transformación humana. Los libros sagrados ayudan y guían a los que los saben utilizar como guías espirituales, pero no salvan a nadie, la única salvación está en el pueblo, el pueblo de Dios que en el caso cristiano somos todos, no solo los elegidos de fe. Cristo es un acto transformador no una palabra escrita.
Ustedes tienen todas las razones en su propias creencias que les va a costar muchos justificar su antagonismo, mientras que nosotros comunistas ateos, o creyentes y santeros, cualquier otro credo o sencillamente no creyentes, somos el demonio en persona para estas sectas. Sectas que imponen defensa a un Estado igualmente fundamentalista, en este caso hebreo en su versión sionista, como lo es Israel. El juego de la destrucción y caos y luego la venida de estas sectas salvadoras, intolerantes que buscan la «limpieza social» como todo fascismo…si estamos de acuerdo, podemos decir que viva toda verdad de amor y liberación, no dejemos pasar el odio fundamentalista, instrumento de sometimiento de los poderosos, opio de los pueblos…
«El cristiano como tal, y si quiere serlo realmente y no solo de palabra, debe participar activamente en los cambios. La fe pasiva no basta para acercarse a Dios: es imprescindible la caridad. Y la caridad significa, concretamente, vivir el sentimiento de la fraternidad humana»…Camilo Torres
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