Recomiendo:
0

Según el BID, los emigrantes conforman migrantes la sexta nación más populosa del orbe

Fuentes: La Jornada

Cerca de 125 millones de personas envían dinero a 500 millones de familiares

Una de cada 10 personas en el mundo participa directamente en la transferencia de remesas, pues se estima que unos 125 millones de personas emigradas envían dinero periódicamente a 500 millones de familiares en sus países de origen, un total que convertiría a este grupo en la sexta nación más populosa del orbe, señala un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El instituto agrega que los emigrantes latinoamericanos y caribeños enviaron a sus países 45 mil 800 millones de dólares en 2004, un incremento de 20 por ciento respecto a 2003, lo que consolida a la región como primer destino de estas transferencias, según el BID. La cifra supera a la suma de toda la inversión extranjera directa y la cooperación externa recibida por la región.

México fue el principal receptor de remesas en Latinoamérica, con 16 mil 600 millones de dólares, un incremento de 25 por ciento respecto a 2003.

Los 25 millones de emigrantes latinoamericanos y caribeños, asentados principalmente en Europa y Estados Unidos, han hecho de esta región el primer destino de remesas, en un mercado global que mueve unos 120 mil millones de dólares anuales, reveló el BID.

A México, el principal receptor de remesas en la región, le siguen Brasil, con 5 mil 624 millones de dólares, y Colombia, con 3 mil 857 millones.

El crecimiento de las remesas se ha dado a lo largo de la región. América Central y República Dominicana, sumadas, superaron los 10 mil millones de dólares; los países andinos, más de 7 mil millones, mientras en Haití las remesas superaron por primera vez los mil millones de dólares anuales.

Estas sumas reflejan tanto aumentos considerables en los volúmenes de remesas como la mejoría de los mecanismos para rastrear estos flujos, según la institución financiera multilateral.

Cerca de 25 millones de emigrantes latinoamericanos viven y trabajan fuera de sus países de origen, y 16 millones envían dinero de forma regular a sus familias, en un promedio de entre 200 y 300 dólares mensuales.

»De esos 25 millones de personas, cerca de 18 millones viven en Estados Unidos, contribuyendo con 34 mil millones de dólares el año pasado», dijo Donald Terry, director del Fondo Multilateral de Inversión del BID, al Financial Times de este martes.

Los datos son »un reflejo de las importantes tendencias en los mercados laborales mundiales. Su importancia va mucho más allá de los individuos que envían 200 o 300 dólares a sus familias», agregó Terry.

»A diferencia de la cooperación externa», destaca el BID en un comunicado, »las remesas suelen llegar directamente a beneficiarios en lugares donde difícilmente entra» la cooperación internacional. »Y mientras los flujos internacionales de capital han fluctuado con los ciclos de mercado, las remesas han seguido creciendo, incluso durante recesiones económicas», añadió.

Casi 75 por ciento de las remesas a la región procedieron de Estados Unidos (unos 34 mil millones de dólares).

En años recientes Europa se ha convertido en el destino de mayor crecimiento de la inmigración latinoamericana, y ya representa 12 por ciento del mercado de las remesas a esta región, según el BID.

Japón es una fuente importante de remesas hacia Brasil y Perú, mientras Canadá lo es para Jamaica y Haití. El resto corresponde a flujos entre países latinoamericanos.

Según el BID, los emigrantes están reconfigurando el mercado de trabajo global y en décadas recientes la emigración por causas económicas ha crecido a una tasa cuatro veces mayor a la tasa de crecimiento de la población mundial, lo que ha multiplicado el valor de las remesas.

»Este proceso tiene características profundamente empresariales. Dada la escasez de oportunidades en sus patrias, muchos trabajadores latinoamericanos y caribeños, particularmente aquellos de zonas rurales, se saltan la etapa de urbanización en sus países para emigrar directamente al extranjero», afirma el organismo.

En la actualidad, una de cada 10 personas en el mundo participa directamente en la transferencia de remesas y unos 125 millones de trabajadores emigrantes envían dinero periódicamente a 500 millones de familiares en sus países de origen.

»El próximo desafío es darle a estos millones de esforzados trabajadores y sus familias más opciones para utilizar su propio dinero. Ellos se ocuparán de lo demás», afirma el BID, al pedir que se faciliten los trámites.