El dinero que remiten representa más de lo que organismos internacionales prestan
Los migrantes latinoamericanos deben enviar a sus países de origen más de 60 mil millones de dólares en 2006, mientras más trabajadores de naciones pobres siguen migrando a Estados Unidos y Europa en búsqueda de mejores empleos, informó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un documento publicado este miércoles.
Cerca de 25 millones de latinoamericanos están trabajando fuera de sus países de origen, y el dinero que envían a sus familias representa más de lo que el Banco Mundial y el BID prestan en forma conjunta a la región, estimaron especialistas.
Las remesas, que totalizaron 53 mil 600 millones de dólares el año pasado, son una fuente clave de ingresos para América Latina y un gran negocio para los bancos y compañías de transferencia de dinero en la región.
»La gente en Latinoamérica necesita empleos y las economías de Europa occidental y Estados Unidos necesitan los trabajadores», dijo Donald Terry, gerente del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del BID, a periodistas en Quito.
En Ecuador, donde la pobreza afecta a más de la mitad de una población de 13 millones de personas, el dinero enviado por los migrantes es la segunda fuente de ingresos, detrás de las exportaciones de petróleo, totalizando más de 2 mil millones de dólares cada año.
En mayo, cientos de miles de activistas a favor de la inmigración en Estados Unidos marcharon por las calles de distintas ciudades, desde California a Nueva Inglaterra, para pedir medidas que saquen de 11 a 12 millones de inmigrantes ilegales de las sombras.
Algunos países europeos están preparando leyes más duras para restringir la inmigración desde Africa y Latinoamérica.
En 2005, México se ubicó primero en flujo de remesas, al recibir 20 mil millones de dólares, mientras Brasil se ubicó en un lejano segundo lugar con 6 mil 400 millones de dólares enviados al país.