30 de octubre de 2013. Después de largos trayectos, nos encontramos los representantes de la coordinación del CADTM-AYNA llegados para celebrar aquí, en Haití, nuestra Asamblea Regional. Haití duele. Pero al mismo tiempo despierta nuestra admiración y gratitud por la dignidad de su pueblo, por la solidaridad, por su cálida sonrisa, por la sonoridad del […]
30 de octubre de 2013. Después de largos trayectos, nos encontramos los representantes de la coordinación del CADTM-AYNA llegados para celebrar aquí, en Haití, nuestra Asamblea Regional.
Haití duele. Pero al mismo tiempo despierta nuestra admiración y gratitud por la dignidad de su pueblo, por la solidaridad, por su cálida sonrisa, por la sonoridad del creole. Y sobre todo, por su historia. Historia de lucha permanente, desde la civilización taína, pobladores originarios cuyo número era de más de un millón cuando llegaron los conquistadores (1492) y que en pocos años (1540) ya había desaparecido, luchando, con suicidios colectivos y por las pestes traídas por la «civilización» occidental y cristiana. Y, luego las plantaciones y el terrible tráfico de esclavos y la explotación del hombre y de la naturaleza. Café y azúcar, sangre y muerte en la colonia más rica de mundo.
Pero siguieron organizándose y luchando. Los cimarrones (organizados en comunidades como los kilombolas en Brasil), las múltiples rebeliones de esclavos y en esa resistencia surgieron líderes como Boukman (1791) y Toussaint L´Ouverture (1794) y Dessalines… y se abolió la esclavitud mucho antes que en otras tierras (1794) y se declaró la Independencia, formándose la primera república negra en 1804. Pero las riquezas naturales son la maldición de los pueblos… se sucedieron gobiernos inestables, sangrientas dictaduras y llegamos a hoy con una gobierno hecho a medida de intereses externos y, sobre todo, con la presencia de la MINUSTAH, la ocupación militar de casi una década, para mantener el «orden», responsable de violaciones recurrentes de los derechos humanos y hasta denunciada por la introducción de un brote de cólera que ha matado miles de haitianos. Pero el pueblo haitiano está y se recompondrá como ha hecho a lo largo de su historia. La prueba la tenemos a partir de la franca conversación que tuvimos con los compañeros de varias organizaciones.
Nos encontramos, este mismo día, con representantes de movimientos sociales en la sede de la Plataforma DDHH. La misma se conformó después del golpe de Estado y trabaja en la defensa y promoción de los derechos humanos con base en programas de investigación, intervenciones culturales, asesoramiento legal. Explicaron que la situación de los derechos humanos se ha agravado en el último período, siendo similar por sus características a la época en que se fundó, a mediados de la década del 80. Hay una situación de extendido malestar social y es urgente mejorar las condiciones de vida de la población. Por eso la necesidad de empoderar a los sectores populares, relacionarse con organizaciones del movimiento popular.
Las organizaciones presentes dieron cuenta, a continuación, del momento político que se vive en Haití y en el mundo e hicieron un breve recorrido histórico de su ámbito de acción, militancia y búsquedas de alternativas.
En primer término se presentó Eric Toussaint, que describió la situación que se vive en Europa con la profunda crisis económica, política y social, similar a la que atravesamos los países de ALC en la época de los 90. Desde el CADTM, en estos momentos, no sólo se muestra la solidaridad Norte-Sur en su lucha contra la deuda sino que, ante la situación europea, es preciso enfrentar a nuestras propias burguesías, a los organismos financieros internacionales e instalar la necesidad de la realización de auditorías ciudadanas de la deuda, que han tenido amplia repercusión en el movimiento popular. «Podemos decir que tenemos más trabajo ahora que antes» expresó. E informó, también, de que «estamos en el proceso de traslado de la Secretaría Internacional a Marruecos (ATTAC) que será compartida con Bélgica, decidido en la última asamblea de nuestra red. Este cambio nos entusiasma porque profundizaremos la articulación de la lucha contra la deuda desde el Norte y el Sur».
Fue interesante y enriquecedor escuchar el testimonio de militantes de organizaciones vinculadas al movimiento popular haitiano: campesino, de mujeres, de DDHH… que luchan, en su mayoría, desde finales de los 80.
La representante de SOFA, organización de mujeres haitianas, explicó el trabajo de su organización en 15 comunas y en 5 departamentos del país. Uno de los principales ejes de trabajo es en torno a la violencia contra las mujeres (que lleva más de 25 años). Dentro de este marco, reciben a las mujeres violentadas y promueven la participación de actores que se involucren en esta lucha. Tienen en funcionamiento un departamento de apoyo psicológico, legal y social. Todo este trabajo con un enfoque feminista, socialista y popular, esta es la identidad política manifestada. Su trabajo se involucra, también, en la lucha por la participación en instancias de poder, no sólo en organismos del Estado, sino también en espacios de toma de decisiones, ya que es importante la presencia de las mujeres a nivel comunitario. Importante rol cumplen las mujeres campesinas con un 80% de participación. Su trabajo se basa sobre todo en educación popular. Recientemente, con este objetivo, pusieron en marcha un parlamento simbólico de mujeres, que sirvió para poner en debate temas vinculados a agricultura, salud pública, participación de las mujeres, aborto, etc. Eso continuó con una consulta popular articulada con más de 50 organizaciones y cuyo tema central giró en torno al principio de la soberanía alimentaria. Completan sus ejes de trabajo haciendo hincapié en la temática de la salud de las mujeres consideradas hasta ahora sólo en su período reproductivo. Se han logrado avances en torno a la temática de la violencia, por ejemplo, en casos vinculados a violaciones. Son fundadores de la red PAPDA y están en la coordinación de MMM.
El representante del Instituto Cultural Karl Leveque explicó el objetivo de su entidad. Señaló, en primer lugar, que su nombre es en memoria de un sacerdote jesuita, que luchó no sólo contra la dictadura, sino también por la revolución socialista. Sus objetivos se centran en la educación popular y su trabajo se concentra en el sector campesino, aunque también tienen vinculación con organizaciones urbanas. Todas las organizaciones están articuladas y son miembros tanto del PAPDA como de la Plataforma por los DDHH. En igual línea están los integrantes del Centro de Investigación y Acción para el desarrollo alternativo que trabaja con jóvenes secundarios de Puerto Príncipe y en la formación de cuadros del movimiento campesino.
Hacia el final del encuentro, nosotros/as como representantes del CADTM-AYNA les manifestamos, a los compañeros y compañeras presentes nuestra solidaridad y nuestro compromiso con el pueblo haitiano. El compromiso de continuar con nuestra lucha porla retirada de las tropas de ocupación militar de la MINUSTAH, de profundizar la articulación con los movimientos populares haitianos apoyando, sobre todo, la constitución de tribunales populares contra la deuda histórica ilegítima e ilegal, ecológica y social. Y sobre todo impulsando procesos de integración desde los pueblos y para los pueblos y no al servicio del capital.
Fuente: http://cadtm.org/Secundo-informe-sobre-la-reunion
rCR