El día 20 de febrero volví a escuchar de nuevo un programa de La Tuerka1 – casi un año después, y digo escuchar porque me encontré con la publicación del programa como archivo de audio – y fue de nuevo, a causa de que trataba sobre Venezuela- la anterior ocasión fue tras la muerte de […]
El día 20 de febrero volví a escuchar de nuevo un programa de La Tuerka1 – casi un año después, y digo escuchar porque me encontré con la publicación del programa como archivo de audio – y fue de nuevo, a causa de que trataba sobre Venezuela- la anterior ocasión fue tras la muerte de Chavez2. En dicho programa – que me resultó ameno e interesante- había dos contertulios que eran antichavistas, pero uno de ellos, señaló en varias ocasiones a Juan Carlos Monedero que la Mesa de Unidad Democrática no era la derecha de Venezuela, sino mas bien que estaba formada en su mayoría por partidos de izquierdas. Pero no fueron estas palabras las que atrajeron mi atención – y como consecuencia esta reflexión- sino mas bien el indicar que si él estaba en contra del gobierno de Chavez y ahora en contra del gobierno de Maduro, era fundamentalmente porque dicho gobierno esta ocasionando un caos en el país, una violencia extrema, una alta inflación, la falta de productos básicos e impedía la libertad de expresión, y señalaba igualmente que él condenaba todo golpe de estado, fuese de izquierdas o de derechas.
A pesar de lo que puedan parecer sus palabras, al escucharle durante el programa me daba la impresión de que él mismo se consideraba de izquierda o mas bien que muchos que esgrimen opiniones similares, no circunscritas solamente a la cuestión venezolana, se consideran de izquierdas.
A este tipo de personas, cuyo problema no es cómo se consideren, sino que en muchas ocasiones forman parte de organizaciones de izquierda, habría que recomendarles que viesen con urgencias la mastodontica y majestuosa La Batalla de Chile3 o se leyesen Diez días que estremecieron al mundo4. Y la razón es que las experiencias revolucionarias – o los caminos democráticos hacia el Socialismo- de Chile y Rusia, así como la Cubana o Venezolana, entre otras, nos han ofrecido unas lecciones fundamentales que cualquier persona o colectivo que se considere de izquierda ha de entender, comprender, asumir y luchar contra ellas. Y sinceramente, aquel que no entiende que tras una revolución existe una contrarrevolución por parte de aquellos que pueden asumir dejar el gobierno pero bajo ningún concepto el poder – que poseen gracias a la propiedad de los medios de producción- no es de izquierdas por mucho que él o su colectivo se lo crea, y además, con sus opiniones, hace el juego a la derecha. Y es que ese buenismo que muchas personas o colectivos defienden no existe, es irreal.
¿Cuáles son las lecciones que la izquierda ha aprendido a lo largo de su historia cercana?
– En relación a que todos los golpes de estado – o dictaduras- son «malos» o condenables, tanto los de izquierda o lo de derecha, es una tremenda patraña y una burda estupidez. Lo importante no es tanto el acto de golpe de estado, como qué lo causa, es decir, la razón esgrimida para el golpe, que tipo de Estado se golpea y que Estado se va a originar tras el golpe.
Por lo tanto, yo puede rechazar y condenar el golpe de Estado – y posterior dictadura- de Franco o de Pinochet, porque fue contra un gobierno progresista, que quería realizar cambios profundos en el Estado y contra los propietarios de ciertos medios de producción, pero nunca condenaré la Revolución Rusa o la Cubana, porque en este caso, eran los del «golpe» los que querían realizar los cambios contra los capitalistas. Por ello, un persona o un colectivo de izquierda siempre estará a favor de aquellos que quieran transformar el Estado burgués capitalista, ya estén estos en el gobierno o dando el golpe de Estado o en la guerrilla.
-Una persona o un colectivo de izquierda ha de entender que llegar al gobierno es difícil – ya sea de manera democrática o a través de una insurrección- pero lo verdaderamente complicado es alcanzar el poder, porque este es fundamentalmente, poder ecónomico, y para ello es necesario arrebatárselo aquellos que consideran que es exclusivo de ellos por siempre. En este caso, la persona o colectivo de izquierda, ha de saber que esto no es un robo, sino mas bien recuperar lo que es de todos y ha sido robado por unos pocos a lo largo de la historia a través de diversos mecanismos repetidos en todos los territorios.
La persona o el colectivo de izquierda ha de ser consciente previamente de que este intento o este logro va ocasionar; un caos en el país, violencia extrema, inflación, acaparamiento de productos básicos, una continua información extremadamente negativa por parte de los medios de comunicación nacionales e internacionales, etc. Estos hechos fueron reales y visibles en la Unión Soviética, en Cuba, Chile y en Venezuela – entre otros – ¿pero quién es el causante de esta realidad? ¿quién ha de asumir la culpabilidad?
Sinceramente, si una persona o colectivo de izquierda al denunciar estas situaciones que acontecieron tanto en la Unión Soviética, en Cuba, Chile y en los últimos años en Venezuela, hace responsable al gobierno revolucionario, ha de hacerse pensar el considerarse de izquierdas, o bien antes de hablar ha de leer a John Reed o ver el film de Patricio Guzmán – así como volver a leer a los autores clásicos comunistas- Es decir, claramente una persona o un colectivo de izquierda puede y debe de ser crítico con cualquier gobierno revolucionario, como el que fue el soviético, el cubano, el chileno o actualmente el de la República Bolivariana de Venezuela – y en este caso, se puede decir que los primeros en ser críticos con el proceso revolucionario que llevaban a cabo, fueron Lenin, Fidel, Allende y Chavez- pero nunca ha de olvidar «de qué lado de la barricada está» y que quién origina el caos en el país, la violencia extrema, la inflación, el acaparamiento de productos básicos, la continua información extremadamente negativa son los propietarios de los medios de producción , aquellos que no quieren devolver su propiedad, aquellos que no quieren bajo ningún concepto el ceder el poder, el cual solo es posible de alcanzar con el primer paso de la socialización de los medios de producción.
Es decir, claro que la persona o el colectivo de izquierda ha de denunciar el caos y los crímenes que acontecen durante el proceso revolucionario, pero denunciando a los responsables: los propietarios de los medios de producción, que impiden a toda costa, que estos pasen de manos privadas a manos públicas – es decir que impiden que sus beneficios o sus resultados pasen de unos pocos a muchos – y sin este primer paso no hay posibilidad alguna de democracia ni de libertad de expresión.
1http://www.ivoox.com/enclave-tuerka-jueves-20-enero-audios-mp3_rf_2859128_1.html
2http://www.youtube.com/watch?v=N92ZgMk92Hc
3http://www.youtube.com/watch?v=3pb9hXQV0d8
4http://www.marxists.org/espanol/reed/diezdias/
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