El lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, (ACU -por sus siglas en inglés-), por parte de los países del este asiático en este mes de marzo, podrá traer no solo sorpresas, crisis y conflictos; sino también grandes cambios. Este evento por si sólo, encierra una gran complejidad en el acontecer de las relaciones internacionales, y […]
El lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, (ACU -por sus siglas en inglés-), por parte de los países del este asiático en este mes de marzo, podrá traer no solo sorpresas, crisis y conflictos; sino también grandes cambios.
Este evento por si sólo, encierra una gran complejidad en el acontecer de las relaciones internacionales, y naturalmente afecta la conformación del nuevo orden mundial que se está constituyendo a la sombra de la guerra de invasión contra Irak por parte de Estados Unidos y del Reina Unido. Ese nuevo orden mundial si bien aún no está claramente conformado y definido, tiene por lo menos un epicentro geográfico: El Asia.
Se puede estipular algunos elementos relevantes que demuestran como los Estados Unidos, comienza a ser desplazado de su papel como una única superpotencia mundial: la crisis política que sufre el gobierno de Bush y el desgaste producto de los duros reveses recibidos en Irak; la crisis económica acarreada por las invasiones de Afganistán y de Irak, que golpea sobre todo al déficit fiscal1 (en 2005 fue de más de 350 mil millones de dólares y en 2006 superará los 400 mil millones de dólares, según cálculos preliminares divulgados por la Casa Blanca, www.elpais.es. 2006-01-13), dos anteriores informes sobre el estado fiscal, pasaron desapercibidos, ya que, coincidieron con las mencionadas guerras de agresión, un ataque a Irán2 o a Siria a finales de marzo podría coincidir con un nuevo informe; el unilateralismo por parte de la Casa Blanca, para resolver los conflictos internacionales y; la pérdida de credibilidad de Estados Unido, debido a las torturas infligidas a los presos en la cárcel Abu Ghraib en Irak, al tratamiento inhumano a los prisioneros en la base militar estadounidense en Guantánamo, convertida en un auténtico campo de concentración y, al secuestro y traslado en vuelos fantasmas y al confinamiento en cárceles clandestinas de ciudadanos de diferentes países, por parte de la CIA, con el cómplice silencio de la degradada Unión Europea.
Debido a esto, pero sobretodo a los nuevos cambios que se están produciendo en el ámbito internacional, los ojos del mundo se dirigen hoy a lo que esta aconteciendo en el Asia. Y uno de los más importantes fenómenos que allí se esta produciendo, es el futuro lanzamiento del ACU, que se producirá sin retardos el mes de marzo; sorpresa mundial no solo por el hecho económico en sí mismo, sino por los actores que hacen parte de esta iniciativa.
Después de la crisis económica sufrida en el sureste asiático, años 1997-98, y conocida como el «efecto Dragón», producto de las maniobras especulativas, encabezadas por George Soros; además de las graves y profundas consecuencias que genero para estos países y para el mundo entero, hizo que afloraran una serie de propuestas para fomentar una integración monetaria regional. Los países asiáticos vieron la necesidad de controlar colectivamente sus divisas frente al dólar, por medio de una cesta dólar-euro-yen o en su defecto establecer un entramado análogo al sistema monetario europeo.
Los resultados positivos en el avance hacia la ACU, será que estabilizará las tasas de cambio, promoverá el comercio intra-regional, simplificará la planeación, y fomentará la participación fronteriza en los mercados de obligaciones locales. Por lo que establecer y mantener un sistema de cambios estables ayudara a preparar a la región para la introducción de una moneda única, y así de esta forma Asia estaría imitando el camino materializado por la Unión Europea. Este salto estará lleno de seducciones pero también de notable riesgos, a pesar a ello, este será el derrotero que decididamente emprenderá el Sureste Asiático.
En el caso europeo, la Unidad Monetaria Europea, (ECU -por sus siglas en inglés-), que fue introducida en 1979, con la creación del sistema monetario. El ECU fue utilizado a nivel oficial, así como en el mercado privado puesto que representó un promedio europeo. De la misma forma la ACU se podrá utilizar en un principio como unidad de contabilidad y numerario para políticas de tasas de cambio en los países del este asiático. Las autoridades monetarias podrán utilizar la ACU como unidad de cuenta para la coordinación de la política regional.
El ACU podrá ser usado para medir el grado de desviación de los tipos de cambio de las monedas de acuerdo a un promedio regional. Los países del este asiático podrán anunciar un tipo de cambio oficial de sus monedas nacionales frente al ACU y utilizarla también como referencia al aplicar sus políticas de tasas de cambio, incluso en ausencia de la coordinación política.
Ya a finales de diciembre del año pasado, Masahiro Hawai, jefe de la oficina del Banco de Desarrollo Asiático (BDA), para la integración económica de la región con sede en Manila, informaba de cómo la ACU devendra en la cesta de cambio monetario de los países que la conformarán, la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN – por sus siglas en inglés-) más Japón, China y Corea del Sur (ASEAN+3), donde deberá ser compilada y establecida la valoración de cada una de las divisas, lo cual sería revelado en el año 2006 (ver Daily Times, 2005-12-20). El anuncio del lanzamiento de la cesta ACU, la hizo el pasado ocho de febrero, el presidente del Banco de Desarrollo Asiático, Haruhiko Kuroda, señalando que esto tendrá lugar el próximo mes de marzo (ver Kyodo News , 2006-02-09).
La ASEAN+3, es la organización que abarca a los 10 países miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático -ASEAN- más China, Japón y Corea del Sur. Y la ASEAN agrupa a Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Estos países establecerán un enorme entramado bilateral de cambio de monedas mutuas, bajo un esquema llamado «Iniciativa Chiang Mai», política económica que proporcionará a los Bancos Centrales de Asia, de un poder de fuego extra, para casos en los que se repetirán ataques especulativos, como los acontecidos a finales de los 90’s del siglo pasado, impidiendo de esta manera, que sus sistemas monetarios caigan y que sus monedas se vean devaluadas.
Por ello, la ACU, se describe como un criterio de control de cambio sobre el valor de las monedas en la región del Sudeste Asiático. La cesta sobre la que se basará la ACU será el promedio de las monedas usadas en la ASEAN+3, el cual será un indicador útil para las autoridades monetarias en su política de formulación de las tasas de cambio. Lo que permitirá controlar a la ACU, el movimiento colectivo de las monedas asiáticas contra mayores monedas extranjeras, como el dólar y el euro; y a su vez posibilitará la circulación de cada uno de las monedas de los países de la región frente al promedio presentado por la ACU. Todo ello, facilitará el desarrollo de un mercado de bonos multi-monetarios y la profundización del mercado de capitales, haciendo que pueda en gran medida reducir la exposición a choques extranjeros. Para lo cual el BDA publicará y revisará cada día desde el comienzo de marzo un índice estadístico, en su página web.
Zhang Bin, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China considera que «para las economías del este de Asia que se han acercado más en comercio e inversiones, se trata de un intento audaz para mejorar todavía más la cooperación económica en esta región», People’s Daily Online, 2006-02-06.
El ACU, aunque aún no sea una divisa física, será un duro golpe al debilitado sistema basado en el dólar-centrismo, emprendido por los países pertenecientes a la ASEAN+3, que nadie podrá soslayar, mucho menos los expertos en el tema.
Más pese a, su no física presencia, la ACU podrá ser usada como divisa virtual cuyo valor se determinará tomando en consideración factores como las divisas de los 13 países que formarán parte, el PIB, el volumen comercial, etc. No cabe la menor duda que las divisas más fuertes y con mayor peso serán la de China, Japón y Corea del Sur que tendrán la ponderación más significativa en el nuevo sistema monetario. Bajo este plan, el yuan chino influirá más que ninguna otra moneda, seguido por el yen japonés y el won surcoreano. El soporte fundamental de la ACU reposará sobre el PIB conjunto de estos tres países, unos 7.5 trillones de dólares, es decir, el 22 por ciento del PIB mundial.
La ASEAN+3 con este magistral movimiento económico se estará posicionando detrás de Estados Unidos y de la Unión Europea en cuanto al PIB se refiere, lo que no se ha reflejará en la tenencia de una divisa como el dólar o el euro, ya que la ACU podrá suplir con creces tal carencia monumental. Para tratar de no crear pánico ni temores a la otra orilla del Atlántico norte, Zhag Bin, argumenta que aún todavía hay obstáculos por delante que retrasarán su concreción por un buen periodo, pues a la Unión Europea la experiencia monetaria le tomó más de veinte años hasta llegar al Euro.
Viendo el actual desarrollando de la situación política en esta parte de continente asiático, no deberá sorprendernos por qué la ASEAN+3, en su última cumbre del pasado 12 al 14 de diciembre de 2005, en Kuala Lumpur, no sólo, evadieron la invitación a Estados Unidos y más al contrario extendieron la invitación a Rusia, la que como convidado estrella, planteó allí la necesidad de crear un mecanismo para garantizar la seguridad de los recursos energéticos (petróleo, gas, carbón, etc.) a nivel mundial, comprometiéndose a compartir sus inmensas riquezas energéticas con los miembros de la ASEAN+33.
El lanzamiento del ACU, revela los rápidos, sorpresivos e inesperados cambios, que acontecen en la política internacional y del nuevo orden mundial en ciernes, y en el que definitivamente la balanza del poder se traslada a pasos agigantados al continente asiático y de no ocurrir nada extraordinario, será el lugar geográfico en el que se definirán los grandes problemas de la humanidad en las próximas décadas. Y en el que quizás la ACU se convierta en la nueva moneda global.
* Víctor M. Wilches: Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología.
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2. Entrevista a Vladimir Zhirinovsky, vicepresidente de la Duma rusa. Russian Ultranationalist Leader Expects U.S. to Attack Iran in Late March, en www.mosnews.com, 2006-02-07.
3 Wilches, Víctor. Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen Factores Objetivos para una Nueva Guerra Fría?. Ed. GrönMåne, diciembre 2005).