El mundo entero se está concentrando en solventar la crisis financiera global, esfuerzo que consume mucha energía que podría ser empleada para evitar el deterioro de la situación derivada de la carestía de alimentos, advierten los expertos. La crisis alimentaria está lejos de estar resuelta y el tumulto en el mercado financiero mundial ha perjudicado […]
El mundo entero se está concentrando en solventar la crisis financiera global, esfuerzo que consume mucha energía que podría ser empleada para evitar el deterioro de la situación derivada de la carestía de alimentos, advierten los expertos.
La crisis alimentaria está lejos de estar resuelta y el tumulto en el mercado financiero mundial ha perjudicado aún más la seguridad alimentaria global y ha hecho más volátiles los mercados de producción agrícola.
Una crisis alimentaria con múltiples causas
De acuerdo con el último informe sobre el panorama alimentario de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, siglas en inglés), los altos precios registrados desde 2005 hasta 2007 han hecho que otras 75 millones de personas pasen hambre, aumentando el número de personas con desnutrición en el mundo hasta los 923 millones.
Los factores tradicionales como el incremento demográfico y la escasez de suelos cultivables y recursos hídricos y los factores no tradicionales como el desarrollo de los biocombustibles y el cambio climático han tenido un profundo impacto sobre la seguridad alimentaria, indicó Fang Cheng, veterano economista de la FAO.
El cambio climático implica un coste para la agricultura, la pesca y la producción acuática, deteriorando las condiciones de vida de los habitantes de las zonas rurales, más vulnerables a las turbulencias económicas.
Por otra parte, el desarrollo de biocombustibles que provienen de cultivos ha minado la oferta de alimentos. La producción de biocombustibles se ha más que triplicado desde 2000 hasta 2007 y la demanda de caña de azúcar, maíz y semillas oleaginosas, materias primas para producir biocombustibles, continuará subiendo en los próximos 10 años, un factor que puede seguir elevando los precios de los alimentos, según el mencionado informe de la FAO.
El director general de la FAO, Jacques Diouf, advirtió que el desarrollo de biocombustibles amenazaba con alterar el rol de los terrenos agrícolas y con incrementar las emisiones de gases con efecto invernadero. Urgió a los países más revelantes a que considerasen la cuestión alimentaria a la hora de tomar sus decisiones políticas.
Mercado de alimentos desestabilizado en medio de crisis financiera
La actual crisis financiera puede seguir debilitando la seguridad alimentaria y el mercado de producción agrícola en términos de producción y consumo, indicó Abdolreza Abbassian, secretario del Grupo Intergubernamental sobre Cereales de la FAO.
En los mercados de alimentos crecen las incertidumbres para el próximo año debido a la crisis crediticia que están sufriendo los principales productores de alimentos de Estados Unidos, Europa y Brasil, que puede tener como consecuencia la reducción de las zonas cultivables y de la producción.
Además, la tragedia financiera puede debilitar aún más la capacidad adquisiva. Cada vez hay más personas que tienen que dirigirse hacia alimentos más baratos y bajos en nutrientes, lo que puede llevar al aumento de la malnutrición, especialmente en los países más pobres.
Durante la Cumbre sobre Alimentación de la FAO, el pasado mes de junio en Roma, las naciones ricas se comprometieron a donar 20.000 millones de dólares USA para ayudar a aquéllos que más estaban sufriendo la carestía de alimentos, recordó Abbassian, pero hasta ahora sólo se han desembolsado menos de 200 millones.
A consecuencia de la crisis financiera global, dijo Abbassian, las naciones ricas pueden «olvidar» las promesas que han hecho en Roma si las turbulencias del mercado monetario se alargan sin señales claras de llegar a un fin inmediato.
De acuerdo con datos difundidos este lunes por la emisora Radio Angulo, de la provincia de Holguín, la expectativa de vida antes de la Revolución era de unos 57 años, debido al atraso socio-económico en que se encontraba esa parte de la isla antillana.
Actualmente, la esperanza de vida en Cuba es de 77,97 años, cinco más que el promedio en Latinoamérica y el Caribe, en tanto creció también la natalidad en los últimos meses.
Desde sus inicios, la Revolución puso en marcha un sistema nacional de salud pública que garantizó la atención médica gratuita para todos los cubanos, independientemente de su edad, sexo, religión o filiación política.
En la esperanza de vida también ha influido la garantía de una canasta básica familiar subsidiada por el Estado, que se ha mantenido en Cuba pese a la crisis mundial de alimentos, señaló Radio Angulo.
La Oficina Nacional de Estadística reveló el crecimiento estable de nacidos vivos en 2008, tendencia que había disminuido en los últimos tiempos, lo cual agudizaba el envejecimiento poblacional de los cubanos.
Como alternativa a ese proceso de envejecimiento y por la necesidad de fuerza productiva, el parlamento aprobó el sábado una nueva Ley de Seguridad Social que extiende cinco años la edad laboral.
Las autoridades consideran que los cubanos llegan hoy a la tercera edad con más salud física y mental que en 1963, cuando fue establecido el sistema de seguridad social vigente. La principal labor de los agricultores del mundo es incrementar la producción para alimentar a una población cada vez mayor. De acuerdo con Diouf, la producción de alimentos tendría que duplicarse en 2050 para alimentar a una población de unos 9.000 millones de personas.
Diouf ha propuesto celebrar una cumbre en el primer semestre de 2009 para esbozar un nuevo orden agrícola y encontrar 30.000 millones de dólares USA al año para erradicar el hambre de la Tierra de una vez por todas.
En una sesión especial de la Conferencia, el órgano de gobierno de la FAO, de 191 miembros, celebrada el mes pasado en Roma, Diouf dijo que se necesitaba una cumbre mundial porque «después de más de 60 años (desde que se fundó la FAO), era esencial crear un nuevo sistema para la seguridad alimentaria mundial».
El director general señaló: «Debemos corregir el sistema actual, que genera inseguridad alimentaria mundial debido a las distorsiones del mercado internacional derivadas de los subsidios agrícolas, los aranceles aduaneros y las barreras técnicas al comercio, pero también de la desigual distribución de recursos de la ayuda oficial para el desarrollo y de los presupuestos nacionales de los países en desarrollo».
Proponer una suma así para salvar a la humanidad del hambre no es irrazonable, teniendo en cuenta que en apenas unas semanas se han encontrado sumas 100 veces mayores para afrontar la crisis económica global, puntualizó Diouf.