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Sobre el realismo y las tareas de la Filosofía y de la Semiótica

Fuentes: Rebelión

« El pensamiento que avanza de lo concreto a lo abstracto no se aleja de la verdad, sino que se acerca a ella. La abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del valor, etc.; en una palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma […]

« El pensamiento que avanza de lo concreto a lo abstracto no se aleja de la verdad, sino que se acerca a ella. La abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del valor, etc.; en una palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma más profunda, veraz y completa». Ilích Ulianov. Cuadernos de Filosofía.

Todo depende de donde se ubique la categoría realismo y con qué otras categorías se comparen, para tener una percepción positiva o negativa sobre la misma. Parece que optar por el realismo en la pintura no está bien visto, pero la pintura no sólo debe afectar al modo en que se pinta sino también a su contenido. Tal vez una pintura realista que apunte a un contenido que haga sublevar al perceptor, pueda ser una pintura actualmente necesaria. Tal vez pueda haber un realismo en pintura distinto al conocido. De todos modos, y en términos filosóficos, la pintura de los impresionistas también es una pintura realista. Como igualmente son pinturas realistas las obras de Picasso. Creo que una buena parte de la pintura actual se está inclinando por una abstracción vacía y obscura.

En el mundo de hoy hay una contradicción filosófica y semiológica fundamental: la que enfrenta a aquellos que ocultan la realidad con los que luchan por desvelarla y hacerla visible. Pero los modos en que se puede ocultar la realidad son muchos: hablando sólo de las causas aparente de la realidad y no de las causas esenciales, no mencionando determinados aspectos de la realidad y haciendo como si no existieran, exagerando un aspecto de la realidad en detrimento de otro, mostrando la realidad de modo lejano, o sencillamente dándole la espalda a la realidad. Muchas formas artísticas se muestran en este sentido como ocultadoras de la realidad. No estoy en contra de las formas abstractas en el arte como no estoy en contra de las formas abstractas en el pensamiento. Ya que comparto plenamente lo que el genial Ilích Ulianov expresó respecto a la Ciencia de la Lógica de Hegel en sus Cuadernos Filosóficos: «El pensamiento que avanza de lo concreto a lo abstracto no se aleja de la verdad, sino que se acerca a ella. La abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del valor, etc.; en una palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma más profunda, veraz y completa».

Como la mayor parte del conocimiento que tenemos del mundo es mediato, es necesario que la realidad se transforme en imagen para que tengamos conocimiento de ella. Pero hay muchas realidades que no se hacen imagen y, por tanto, no sabemos de ellas. Y la responsabilidad de que esto sea así recae sin duda en los grandes medios de comunicación de masas. Debemos estar siempre alerta y preguntar qué realidades no vemos; y si no nos es posible transformarlas en imágenes, transformémoslas en palabras.

Yo lucho contra toda filosofía y semiología que de cualquier modo pretenda ocultar o escamotear la realidad. Porque los discursos como las imágenes sirven a aquellos dos fines semióticos de los que hablé al principio de este artículo: ocultar la realidad o desvelarla.