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Sobre las bravuconadas neofascistas y la cobardía

Fuentes: Vermelho (Brasil)

Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

El pasado 31 de noviembre el hijo del presidente brasileño Jair Bolsonaro y líder del PSL en la Cámara, Eduardo Bolsonaro, afirmó, en una entrevista concedida a la presentadora Leda Nagle en su canal de Youtube, que de producirse una radicalización de la izquierda brasileña sería conveniente resucitar el AI-5, que aprobó la dictadura militar brasileña en 1968 para facultar de poderes extraordinarios al presidente de la República y anulaba las garantías procesales y constitucionales.

En respuesta a esas declaraciones, Felipe Frazao, del periódico Estado de Sao Paulo, realizó una ronda de preguntas a los expresidentes Collor, FHC, Dilma y Temer. La respuesta de la expresidenta Dilma Roussef -víctima de torturas durante la dictadura militar- recogida en el siguiente texto, fue sustancialmente abreviada en el mencionado artículo.

Sobre las bravuconadas neofascistas y la cobardía

Nadie, en los órganos de prensa, puede decir que está sorprendido por las opiniones del diputado Eduardo Bolsonaro a favor del AI-5. Ciertamente, nadie puede sorprenderse porque ya son varias las manifestaciones en contra de la democracia por parte de la familia Bolsonaro.

Defendieron la dictadura militar y, por lo tanto, el AI-5; alabaron regímenes totalitarios y a dictadores; homenajearon al torturador y a la tortura; confraternizaron con milicianos. Desde siempre pensaron y actuaron a favor de una vuelta al pasado.

Antes de las elecciones no había dudas a respeto. Durante las elecciones y tras ellas, mucho menos, ya que se manifestaron en contra de la democracia y de sus principios civilizatorios siempre tuvieron la oportunidad de hacerlo.

Lo grave es que nunca recibieron de la prensa la oposición enérgica que merecían. Al contrario, creo que la prensa hizo la vista gorda al crecimiento del neofascismo bolsonarista, porque este adoptó la agenda neoliberal.

La cuestión es que, aparte de las cuestiones propias del neofascismo, la extrema derecha defiende la retirada de derechos y de garantías al trabajo y a la jubilación; las privatizaciones desnacionalizantes de las empresas públicas y de la educación universitaria y la suspensión de la fiscalización y de la protección ambiental de la Amazonia y de las poblaciones indígenas. No es posible alegar sorpresa o asustarse ante la defensa del AI-5. Verdaderamente, en aras de poner en marcha la agenda neoliberal, en la mejor de las hipótesis se desentendieron creyendo que podrían cooptar o moderar a Bolsonaro.

Pero la defensa del AI-5 y de la dictadura siempre estuvo en su discurso.

Acordémonos de que el llamado hijo 03, que ahora dice que considera el AI-5 necesario, es el mismo que, hace algún tiempo, dijo que «un soldado y un cabo» sobraban para cerrar el STF. Obviamente, sin el poder coercitivo del AI-5, esto nunca sería posible.

El presidente, entonces diputado, defendió en el pleno de la Cámara un voto con el que homenajeó a uno de los más notorios y sanguinarios torturadores del régimen militar. Recordemos que ese coronel actuó con semejante brutalidad contra los opositores del régimen militar porque estaba protegido por el AI-5.

Jair Bolsonaro afirmó en una entrevista que la dictadura militar cometió pocos asesinatos de opositores políticos. Y que los militares debían haber matado «por lo menos unos 30 mil». También afirmó, en la campaña del año pasado, que, si venciera las elecciones, sólo le quedarían dos caminos a los petistas -el exilio o la prisión-, pero… ¿de qué forma se podría conseguir eso si no es por medio de la fuerza brutal de un acto institucional como el AI-5?

Es extraño que me pregunten que es lo que pienso de la última declaración sobre el AI-5, ya que toda mi vida luché, y continúo luchando, contra el AI-5, sus semejantes y sus defensores. El Estadão, que me hace esta pregunta, también debe y tiene que responder esa pregunta, ya que su posición editorial ha sido, dígase con mucha gentileza, como mínimo ambigua ante el ascenso de la extrema derecha en el País.

Quién nunca cuestionó las amenazas de la familia Bolsonaro con la firmeza necesaria y que, en nombre de una oposición ciega, cobarde e irracional al PT, se inhibió ante el crecimiento del odio y de la extrema derecha, se hizo cómplice de la desafortunada defensa del autoritarismo neofascista.

Fuente: http://www.vermelho.org.br/noticia/324469-1


Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar la autoría, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.