La solidez del sistema financiero venezolano, apoyada en mayores ingresos por exportaciones petroleras y la transparencia en la gestión fiscal, surge hoy como un respaldo importante a la política presupuestaria del gobierno. Según datos del Banco Central de Venezuela (BCV), los desembolsos del ejecutivo llegaron en los primeros nueve meses del año en curso hasta […]
La solidez del sistema financiero venezolano, apoyada en mayores ingresos por exportaciones petroleras y la transparencia en la gestión fiscal, surge hoy como un respaldo importante a la política presupuestaria del gobierno. Según datos del Banco Central de Venezuela (BCV), los desembolsos del ejecutivo llegaron en los primeros nueve meses del año en curso hasta 85,2 billones de bolívares (39 mil 600 millones de dólares). Esa cifra, indicaron expertos, representa en la práctica un incremento del 47 por ciento en comparación con similar periodo del pasado ejercicio. De esa suma, los gastos ordinarios fueron de 76,1 billones de bolívares (35 mil 390 millones de dólares), mientras que los extraordinarios -entre ellos los correspondientes a la amortización del débito- llegaron a 9,1 billones de bolívares (cuatro mil 210 millones de dólares). Ese nivel de desembolsos, indicó el ente emisor, encontró su apoyo en el repunte del 25 por ciento de los ingresos fiscales de enero a septiembre, los cuales llegaron a 91,6 billones de bolívares (42 mil 600 millones de dólares). Especial relevancia tienen este año las ventas de hidrocarburos en el mercado internacional, con un valor promedio para la cesta venezolana de crudo superior a los 50 dólares el barril. Paradójicamente, el diseño del presupuesto para el 2006 tomó como referencia una cotización de 26 dólares, cifra que fue revisada hasta los 29 dólares en los estimados del 2007. Por ello, durante el lapso analizado, el aporte de la industria petrolera creció en el 44 por ciento, hasta 41,7 billones de bolívares (19 mil 300 millones de dólares). La estrategia presupuestaria del gobierno, añadieron los expertos, tiene como prioridad este año el gasto social y ya para el venidero las asignaciones a ese sector oscilan en torno al 44 por ciento de la suma total prevista.